Desafíos comunes
30/01/2008
- Opinión
Los procesos que viven Bolivia y Ecuador tienen grandes diferencias pero también algunas similitudes. En los dos países se han instalado gobiernos progresistas que se propone superar las nefastas secuelas de las políticas neoliberales emanadas del llamado Consenso de Washington. En los dos países, igualmente, se apunta a procesos de cambio a través de Asambleas constituyentes que establezcan un nuevo marco jurídico y político que apuntalen las transformaciones planteadas.
Sin embargo, la reciente marcha de Guayaquil (Ecuador) del 24 de enero, promovida por el alcalde derechista Jaime Nebot, nos remite a las semejanzas. Tanto en Guayaquil como en Santa Cruz (Bolivia), las elites han promovido movilizaciones y al grito de “autonomía”, que es la más reciente fórmula para defender sus intereses minoritarios, se toman las calles y difunden sus proclamas separatistas.
La activista e intelectual boliviana Elizabeth Peredo, señala que en Santa Cruz y en Guayaquil hay “el mismo discurso, la misma beligerancia, el mismo odio que parece corre por las venas de la derecha”.
Con el objetivo de transmitir algunas experiencias del proceso boliviano, Peredo visitó Ecuador (1) como parte de la delegación del Foro Social de las Américas (que también estuvo integrada por el venezolano Edgardo Lander y el peruano Aníbal Quijano), en el marco de Jornadas de Acción Global que impulsó el Foro Social Mundial (FSM) este año.
Elizabeth Peredo, quien pertenece a la Fundación Solón, con sede en La Paz, se refirió a la Asamblea Constituyente boliviana y a la Constitución que ésta elaboró y que para que entre en vigencia deberá ser sometida a un referéndum, cuya fecha aún no está definida. (Cabe indicar que la Asamblea Constituyente de Ecuador se instaló el pasado 29 de noviembre y tiene plazo hasta el mes de mayo de este año para concluir la nueva Constitución).
Peredo destacó el gran peso que han tenido en la Asamblea Constituyente los pueblos originarios de Bolivia. “Para darles una idea de la composición de la Constituyente, estamos hablando de 255 constituyentes, 134 de ellos eran del bloque afín del Movimiento al Socialismo (MAS) y de otras fuerzas. Eran el 54 % y las otras fuerzas el 46%, de las cuales el 15% eran de la fuerza más reaccionaria que es Podemos. Del total de constituyentes, el 53% por ciento era de algún pueblo originario, había una raíz muy importante de los pueblos originarios, 32 % eran quechuas, 17% aymaras y 7 % eran provenientes de los pueblos amazónicos, chiquitanos, etc.; el 33% del total de constituyentes venían del campo, también hubo un gran presencia de mujeres, el 34% de los constituyentes eran mujeres”.
Pero este proceso no ha estado exento de contradicciones y duros debates dentro del propio bloque que impulsa la transformación. Incluso había sectores que, basados en el amplio apoyo del Presidente Evo Morales, que alcanzó un 54% de la votación, decían “para que vamos a entrar en la Asamblea si ya tenemos el poder, deberíamos nomás meterle a desarrollar políticas públicas, propuestas, a construir un plan de desarrollo coherente y no entrar en el terreno de la Asamblea porque ya se advertía de que el proceso estaba colocando nuevamente la agenda de la derecha”.
Peredo señala que la Asamblea se dio, “en un principio, de una manera muy conflictiva, se tardó mucho en entrar a los temas, y cuando entramos a los temas, los debates centrales de gran polarización fueron los relacionados con la tierra y territorio, derechos de los pueblos indígenas y la justicia comunitaria”.
Este proceso, sin embargo, ha sido muy rico y en la Constitución se recogieron contenidos que reflejan la diversidad del país. “Hasta donde hemos podido llegar, es la única Constitución en el mundo que expresa los derechos de los pueblos indígenas y traduce la necesidad de la diversidad, de la pluralidad y de la convivencia entre diferentes”.
Pero además, la Asamblea Constituyente recogió todas “las terminologías e identidades que se manejan en el país y que responden a diferentes momentos históricos, responden al tema colonial, a la reforma agraria inconclusa de 1953 y a una terminología actual que es la reivindicación de la identidad indígena, porque se revelaron al término de campesinos, que era un nombre asignado por otras clases sociales”.
Un tema muy debatido en Bolivia –y que también lo será en Ecuador- fue el del Estado plurinacional. Esto se dio en un contexto en que las fuerzas de la derecha de Santa Cruz y otras regiones planteaban las autonomías departamentales que incluían, entre otros puntos, la gestión de sus propios recursos, la forma cómo van a explotar la minería, el petróleo, el agua, el control de las fronteras, su propia policía y su propia jurisdicción. En resumidas cuentas, se trata de un proyecto separatista, con fuertes tintes excluyentes y racistas. Ante ello, en la Constitución se llega a una definición de que el “Estado es unitario con derecho plurinacional”. Esto causó “muchas tensiones y conflictos, incluso una de las fuerzas de la coalición indígena, el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) se salió, pero luego volvió, porque hay un balance del movimiento indígena de que esto es lo mejor que hemos podido lograr”.
Desafíos
Al identificar los principales desafíos que se plantean actualmente los procesos de Ecuador y Bolivia, Elizabeth Peredo identificó a los siguientes:
El primero es el de crear una nueva arquitectura de la redistribución, eso es fundamental porque es el eje que cruza a nuestros países. La inequidad es la herencia colonial que ha formado élites basadas sobre todo en la propiedad de la tierra, que actualmente es un conflicto central y que provoca las resistencias de las élites.
Otro desafío son las relaciones interétnicas y la colonización, ver cómo se supera las relaciones profundamente coloniales instaladas no solamente en la relación Estado- sociedad y en la relación empleador-empleado, sino en las relaciones de la propia vida cotidiana, al interior de las familias. En el trabajo doméstico asalariado, por ejemplo, se reproduce la colonialidad instalada en nuestras casas, la doble moral en la forma cómo tratamos a la mujer.
Otro desafío fundamental es la relación con la naturaleza. El tema ambiental no está planteado de manera explícita en la Constitución boliviana, pero si atraviesa la visión de los pueblos indígenas y está incluido en varios capítulos y apartados. “En los movimientos y organizaciones sociales, y en sus dirigencias hay una convicción total sobre la sostenibilidad de la vida. Ya no podemos hablar del desarrollo, tenemos que hablar de la sostenibilidad y la recuperación del equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. Esto es una prioridad. El paradigma del desarrollo actual está basado en el exterminio y la exclusión, porque están planteadas unas metas de desarrollo que de cumplirse necesitaríamos tres planetas”.
Otro tema importante para todos nosotros es la reconstrucción y restauración de la democracia inclusiva, que considere la diversidad.
“Acuerdo de asociación” con la Unión Europea
Finalmente, Elizabeth Peredo alertó sobre el peligro que representa el tratado de libre comercio entre la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y la Unión Europea (denominado “acuerdo de asociación”, por el descrédito que han sufrido los TLCs) que se está negociando y cuya tercera ronda se desarrollará en Ecuador, en abril próximo. “La agenda que está proponiendo la Unión Europea es mucho más salvaje que lo que proponía y propone Estados Unidos” para el proyecto fracasado del ALCA y los tratados de libre comercio.
“Tan salvaje es el acuerdo, que los estados que se resisten a este proceso como Bolivia y Ecuador, han tenido incluso que resguardarse en los acuerdos de la Organización Mundial de Comercio (OMC) porque son menos (nocivos) que lo que está proponiendo la Unión Europea en los temas de Singapur, es decir, en inversiones, compras estatales, derechos de propiedad intelectual e inversiones”. El argumento que los bolivianos les plantearon a los negociadores de la Unión Europea el pasado mes de diciembre es que no quieren entrar a tratar los temas de Singapur “porque no queremos llegar a ser como ustedes, porque si hiciéramos eso no hay posibilidad de sobrevivencia para toda la población, es decir, el modelo que nos han propuesto y que tiene expresión concreta a través de los acuerdos de integración, de libre comercio, de toda esta telaraña de gobernabilidad y constitución mundial, de las reglas del BM, no es sostenible, el planeta no alcanza”, finaliza Peredo.
Nota
(1) En este texto se recogen fragmentos de la intervención de Elizabeth Peredo en la Secretaría Nacional de Planificación del Ecuador y en el coloquio “Otra América Latina: Hacia donde van las nuevas revoluciones”, que se desarrollaron el 25 de enero en Quito, Ecuador.
Sin embargo, la reciente marcha de Guayaquil (Ecuador) del 24 de enero, promovida por el alcalde derechista Jaime Nebot, nos remite a las semejanzas. Tanto en Guayaquil como en Santa Cruz (Bolivia), las elites han promovido movilizaciones y al grito de “autonomía”, que es la más reciente fórmula para defender sus intereses minoritarios, se toman las calles y difunden sus proclamas separatistas.
La activista e intelectual boliviana Elizabeth Peredo, señala que en Santa Cruz y en Guayaquil hay “el mismo discurso, la misma beligerancia, el mismo odio que parece corre por las venas de la derecha”.
Con el objetivo de transmitir algunas experiencias del proceso boliviano, Peredo visitó Ecuador (1) como parte de la delegación del Foro Social de las Américas (que también estuvo integrada por el venezolano Edgardo Lander y el peruano Aníbal Quijano), en el marco de Jornadas de Acción Global que impulsó el Foro Social Mundial (FSM) este año.
Elizabeth Peredo, quien pertenece a la Fundación Solón, con sede en La Paz, se refirió a la Asamblea Constituyente boliviana y a la Constitución que ésta elaboró y que para que entre en vigencia deberá ser sometida a un referéndum, cuya fecha aún no está definida. (Cabe indicar que la Asamblea Constituyente de Ecuador se instaló el pasado 29 de noviembre y tiene plazo hasta el mes de mayo de este año para concluir la nueva Constitución).
Peredo destacó el gran peso que han tenido en la Asamblea Constituyente los pueblos originarios de Bolivia. “Para darles una idea de la composición de la Constituyente, estamos hablando de 255 constituyentes, 134 de ellos eran del bloque afín del Movimiento al Socialismo (MAS) y de otras fuerzas. Eran el 54 % y las otras fuerzas el 46%, de las cuales el 15% eran de la fuerza más reaccionaria que es Podemos. Del total de constituyentes, el 53% por ciento era de algún pueblo originario, había una raíz muy importante de los pueblos originarios, 32 % eran quechuas, 17% aymaras y 7 % eran provenientes de los pueblos amazónicos, chiquitanos, etc.; el 33% del total de constituyentes venían del campo, también hubo un gran presencia de mujeres, el 34% de los constituyentes eran mujeres”.
Pero este proceso no ha estado exento de contradicciones y duros debates dentro del propio bloque que impulsa la transformación. Incluso había sectores que, basados en el amplio apoyo del Presidente Evo Morales, que alcanzó un 54% de la votación, decían “para que vamos a entrar en la Asamblea si ya tenemos el poder, deberíamos nomás meterle a desarrollar políticas públicas, propuestas, a construir un plan de desarrollo coherente y no entrar en el terreno de la Asamblea porque ya se advertía de que el proceso estaba colocando nuevamente la agenda de la derecha”.
Peredo señala que la Asamblea se dio, “en un principio, de una manera muy conflictiva, se tardó mucho en entrar a los temas, y cuando entramos a los temas, los debates centrales de gran polarización fueron los relacionados con la tierra y territorio, derechos de los pueblos indígenas y la justicia comunitaria”.
Este proceso, sin embargo, ha sido muy rico y en la Constitución se recogieron contenidos que reflejan la diversidad del país. “Hasta donde hemos podido llegar, es la única Constitución en el mundo que expresa los derechos de los pueblos indígenas y traduce la necesidad de la diversidad, de la pluralidad y de la convivencia entre diferentes”.
Pero además, la Asamblea Constituyente recogió todas “las terminologías e identidades que se manejan en el país y que responden a diferentes momentos históricos, responden al tema colonial, a la reforma agraria inconclusa de 1953 y a una terminología actual que es la reivindicación de la identidad indígena, porque se revelaron al término de campesinos, que era un nombre asignado por otras clases sociales”.
Un tema muy debatido en Bolivia –y que también lo será en Ecuador- fue el del Estado plurinacional. Esto se dio en un contexto en que las fuerzas de la derecha de Santa Cruz y otras regiones planteaban las autonomías departamentales que incluían, entre otros puntos, la gestión de sus propios recursos, la forma cómo van a explotar la minería, el petróleo, el agua, el control de las fronteras, su propia policía y su propia jurisdicción. En resumidas cuentas, se trata de un proyecto separatista, con fuertes tintes excluyentes y racistas. Ante ello, en la Constitución se llega a una definición de que el “Estado es unitario con derecho plurinacional”. Esto causó “muchas tensiones y conflictos, incluso una de las fuerzas de la coalición indígena, el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) se salió, pero luego volvió, porque hay un balance del movimiento indígena de que esto es lo mejor que hemos podido lograr”.
Desafíos
Al identificar los principales desafíos que se plantean actualmente los procesos de Ecuador y Bolivia, Elizabeth Peredo identificó a los siguientes:
El primero es el de crear una nueva arquitectura de la redistribución, eso es fundamental porque es el eje que cruza a nuestros países. La inequidad es la herencia colonial que ha formado élites basadas sobre todo en la propiedad de la tierra, que actualmente es un conflicto central y que provoca las resistencias de las élites.
Otro desafío son las relaciones interétnicas y la colonización, ver cómo se supera las relaciones profundamente coloniales instaladas no solamente en la relación Estado- sociedad y en la relación empleador-empleado, sino en las relaciones de la propia vida cotidiana, al interior de las familias. En el trabajo doméstico asalariado, por ejemplo, se reproduce la colonialidad instalada en nuestras casas, la doble moral en la forma cómo tratamos a la mujer.
Otro desafío fundamental es la relación con la naturaleza. El tema ambiental no está planteado de manera explícita en la Constitución boliviana, pero si atraviesa la visión de los pueblos indígenas y está incluido en varios capítulos y apartados. “En los movimientos y organizaciones sociales, y en sus dirigencias hay una convicción total sobre la sostenibilidad de la vida. Ya no podemos hablar del desarrollo, tenemos que hablar de la sostenibilidad y la recuperación del equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. Esto es una prioridad. El paradigma del desarrollo actual está basado en el exterminio y la exclusión, porque están planteadas unas metas de desarrollo que de cumplirse necesitaríamos tres planetas”.
Otro tema importante para todos nosotros es la reconstrucción y restauración de la democracia inclusiva, que considere la diversidad.
“Acuerdo de asociación” con la Unión Europea
Finalmente, Elizabeth Peredo alertó sobre el peligro que representa el tratado de libre comercio entre la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y la Unión Europea (denominado “acuerdo de asociación”, por el descrédito que han sufrido los TLCs) que se está negociando y cuya tercera ronda se desarrollará en Ecuador, en abril próximo. “La agenda que está proponiendo la Unión Europea es mucho más salvaje que lo que proponía y propone Estados Unidos” para el proyecto fracasado del ALCA y los tratados de libre comercio.
“Tan salvaje es el acuerdo, que los estados que se resisten a este proceso como Bolivia y Ecuador, han tenido incluso que resguardarse en los acuerdos de la Organización Mundial de Comercio (OMC) porque son menos (nocivos) que lo que está proponiendo la Unión Europea en los temas de Singapur, es decir, en inversiones, compras estatales, derechos de propiedad intelectual e inversiones”. El argumento que los bolivianos les plantearon a los negociadores de la Unión Europea el pasado mes de diciembre es que no quieren entrar a tratar los temas de Singapur “porque no queremos llegar a ser como ustedes, porque si hiciéramos eso no hay posibilidad de sobrevivencia para toda la población, es decir, el modelo que nos han propuesto y que tiene expresión concreta a través de los acuerdos de integración, de libre comercio, de toda esta telaraña de gobernabilidad y constitución mundial, de las reglas del BM, no es sostenible, el planeta no alcanza”, finaliza Peredo.
Nota
(1) En este texto se recogen fragmentos de la intervención de Elizabeth Peredo en la Secretaría Nacional de Planificación del Ecuador y en el coloquio “Otra América Latina: Hacia donde van las nuevas revoluciones”, que se desarrollaron el 25 de enero en Quito, Ecuador.
https://www.alainet.org/fr/node/125427
Del mismo autor
- La derecha, Facebook y el odio a Chávez 06/02/2020
- Galápagos: De patrimoine de l’humanité à porte-avions des USA ? 17/01/2020
- Revuelta popular tumbó el paquetazo del FMI… pero las heridas quedan 15/10/2019
- Ecuador: A curfew and the people still resist 13/10/2019
- Ecuador: Toque de queda y la gente resiste 12/10/2019
- Austerity measures of Moreno and the IMF mobilize Ecuadorians 09/10/2019
- Paquetazo de Moreno y del FMI moviliza a ecuatorianos 07/10/2019
- Galapagos: from world heritage to aircraft carrier of the US? 09/07/2019
- Galápagos: ¿de patrimonio de la humanidad a portaviones de EEUU? 02/07/2019
- 2 años de Lenin Moreno: Giro total a la derecha 23/05/2019
Clasificado en
Clasificado en:
FSM
- Sergio Ferrari 10/02/2021
- Sergio Ferrari 10/02/2021
- Sergio Ferrari 08/02/2021
- Celeste Serra 02/02/2021
- Sergio Ferrari 01/02/2021