Manipulación mediática y desestabilización.
La CIA, el DAS y una noticia previamente anunciada
19/05/2008
- Opinión
La verdad es que cada vez que vamos conociendo más y más el papel de organismos internacionales que aparentemente son serios e imparciales frente a cualquier hecho que se produzca en el mundo, nos vamos encontrando que dichas entidades son manejadas por los centros de poder económico o militar, ya sean estos de los Estados Unidos o de la OTAN.
Así está sucediendo con la ONU, la UE, y las mafias económicas y financieras internacionales que nos tienen en crisis económica en beneficio de las grandes empresas trasnacionales y los especuladores de siempre. En este contexto, organismos como la Interpol, ya no juegan el papel para el cual estaban determinados y se han transformado en instituciones que se han puesto de rodillas al servicio del Imperio y de la OTAN.
Los intentos por involucrar a los presidentes Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales en el tráfico de estupefacientes, en una presunta colaboración con las FARC, en el apoyo al terrorismo y otras necedades, en las que se involucran todos los medios de comunicación de centro derecha de habla hispana y del mundo, muchos de ellos pertenecientes a grandes consorcios periodísticos que cotizan en la bolsa. Estos medios han venido desplegando una de las campañas más virulentas y agresivas que conozcamos este último tiempo, y todo bajo el monitoreo del criminal de guerra y genocida que cohabita en la Casa Blanca con los señores del poder y la muerte.
Cualquier persona que está involucrada en el mundo de la informática se puede dar cuenta que desde un computador, se puede manipular cualquier información al antojo del usuario. De allí que los presuntos documentos o archivos encontrados en una presunta computadora del vocero internacional de las FARC-EP, Raúl Reyes, no son otra cosa que una nueva patraña de información adulterada por la CIA, el Pentágono y los cuerpos de inteligencia colombianos (DAS), dirigidos además por asesores norteamericanos.
La virulenta campaña de los Estados Unidos y las oligarquías locales de cada uno de estos países, contra los gobiernos del presidente Chávez, Rafael Correa, Evo Morales y Daniel Ortega se inserta dentro de los planes de desestabilización del Imperio para terminar con los procesos de cambios que se viven en estos países y que desarrollan una política independiente y al margen de los intereses del Imperio y las trasnacionales.
Los intereses geopolíticos de EE.UU. en la región, pasan necesariamente por poner fin a aquellos gobiernos que se apartan de las directrices centrales de los planes de dominación, económica, política y militar de los Estados Unidos en el hemisferio latinoamericano. De allí que hay que buscar todos los caminos y formulas posibles para frenar definitivamente el deseo de los pueblos por mejorar sus condiciones de vida.
Ahora esta agresión desesperada del Imperio se hace cada vez más violenta, más aún cuando en el caso de Colombia, el mandatario Uribe, se encuentra profundamente involucrado en lo que se ha denominado el narco paramilitarismo, que es responsable del asesinato de miles y miles de campesinos, dirigentes sociales y sindicales colombianos.
Los gobiernos del Unión Europea y de otros confines, conocen perfectamente bien hasta donde Álvaro Uribe se encuentra involucrado, no solo en esta campaña de mentiras monitoreada por el Imperio, si no hasta donde tiene sus manos manchadas de sangre de colombianos.
Los colombianos y la opinión pública internacional, ha podido constatar estupefactos además como alrededor de 80 parlamentarios se encuentran siendo investigados por sus nexos con los narco paramilitares que asolan en Colombia. De allí que el gobierno está sumido en un profunda crisis institucional, con un alto grado de desprestigio y credibilidad ante los colombianos y el mundo.
No debemos olvidar además que Álvaro Uribe, antes que fuera presidente del país, tuvo férreos contactos con el narcotraficante Pablo Escobar y su círculo más cercano, y las últimas informaciones procedentes de Colombia nos indican además que su primo predilecto, el ex senador Mario Uribe Escobar, está involucrado directamente con los narco paramilitares. Y no sólo eso, su principal asesor político es nada menos que un primo hermano de Pablo Escobar, José Obdulio Gaviria, asesor presidencial que además insinuó que la marcha de marzo pasado que fuera organizada por diversas ONG y en contra de los paramilitares y los crímenes de Estado, fue organizada por las FARC, lo que significo posteriormente el asesinato de varios dirigentes sindicales que participaron de la marcha.
De allí que la campaña mediática impulsada por Estados Unidos y Colombia, busca tender un manto de oscuridad sobre la crisis que vive Colombia y su presidente. Esta agresiva campaña de prensa busca además minimizar la crisis económica en que está sumido el capitalismo a escala global y donde los mayores responsables son los Estados Unidos y el criminal de guerra afincado en la Casa Blanca, él que se encuentra en el más completo descrédito y no ha logrado los efectos esperados, por el contrario ésta se ha venido transformando en una especie de bumerang, que golpea fuertemente al propio Álvaro Uribe y sus amos del Imperio.
Otro aspecto a tener en cuenta es que toda esta campaña mediática en contra de los gobiernos y presidentes antes mencionados, esta monitoreada por los principales medios de habla hispana de centro derecha de la península ibérica, en donde lleva la batuta el consorcio periodístico Prisa que edita el diario El País, luego le siguen El Mundo, ABC, La Vanguardia, La Razón y otros tantos pasquines de menor importancia, todos los cuales se erigen por la máxima del padre de la propaganda nazi Joseph Goebbels que decía: Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad.
En el caso de América Latina hay una infinidad de medios en cada país que hacen cabeza de las agresivas campañas en contra de los gobiernos progresistas de la región, todos al servicio del las políticas neofascistas del Imperio, y que forman parte además de las campañas de odio en contra de la lucha de los pueblos por vivir en mejores condiciones de vida. Por ejemplo desde Estados Unidos el mayor exponente de esta cruzada mediática es El Nuevo Heráld., en México tenemos El Universal, en Venezuela El Nacional, En Perú El Comercio, en Colombia El Tiempo, en Bolivia La Razón, en Argentina La Nación, en Chile es el órgano oficial de la CIA, el diario golpista El Mercurio. Y así sucesivamente tenemos medios amarillos de menor importancia y trascendencia, que están al servicio de las clases económicamente dominantes de los países latinoamericanos y que cierran filas cuando se trata de sus intereses económicos corporativos y de sus amos imperiales.
De allí que los lectores a través de estos medios tradicionales de los grupos políticos de centro derecha siempre se van a encontrar con campañas de prensa, en contra de todo aquello que tenga relación con reformas o cambios, que vayan en beneficio de las grandes mayorías de cada uno de estos países, que son los más pobres de la región, y que además han sufrido todos los rigores y durezas de las políticas económicas del capital neoliberal, generando grandes injusticias y desigualdades sociales.
Por ello las maquinaciones en torno de presuntos documentos encontrados en un supuesto computador de la guerrilla, después de un alevoso y premeditado bombardeo conjunto entre fuerzas militares colombianas y estadounidenses en contra de un campamento de las FARC, que pretenden involucrar a los mandatarios y países antes mencionados, no pasan de ser voladores de luces, que lo único que buscan es la desestabilización de los gobiernos progresistas elegidos democráticamente, con el objeto de que los Estados Unidos a través de sus lacayos de centro derecha de América Latina, puedan con mano ajena ejercer un dominio definitivo de lo que son sus intereses geopolíticos en los países latinoamericanos.
Anteriormente y no precisamente a partir de la información de estos presuntos computadores de la CIA-DAS, se pretendió involucrar al candidato presidencial de la Alianza Patriótica por el Cambio, Fernando Lugo y actual presidente electo del Paraguay, en una presunta relación con las FARC.
De igual forma ahora pretenden involucrar al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y su candidato presidencial, el periodista Mauricio Funes, favorito en las encuestas, en una nueva presunta relación con las FARC, como una forma de atacar la campaña del candidato ante el electorado salvadoreño, en un país en donde a todas voces se dice que Funes será el próximo presidente de El Salvador (marzo 2009).
Pero en toda esta farsa montada por los organismos de inteligencia colombianos y americanos, también contó con la ayuda del actual director de la policía civil chilena y presidente interino de la Interpol, Arturo Herrera, que en Chile las ofició de encubridor del general Manuel Trincado Araneda, quien fuera procesado por haber participado en la en la exhumación ilegal de los restos de 26 asesinados por la Caravana de la Muerte en 1973 en Calama. Herrera, a petición del general Trincado intento cambiar los informes que lo involucraban en la operación conocida como “retiro de televisores”. Los cambios del informe propiciado por Herrera, no fueron aceptados por otros funcionarios de la policía civil. De allí que la CIA y la DAS han contado con la colaboración de elementos de este tipo para su campaña en contra del presidente Hugo Chávez, Rafael Correa, Daniel Ortega, el FMLN, los partidos comunistas de la región, etc.
Lo más probable además es que estos siniestros organismos de inteligencia, y cuando Perú se apreste a vivir una nueva jornada electoral por la presidencia de la republica, involucren a Ollanta Humala con las FARC y con todos los grupos insurgentes del mundo, pues Humala sin duda que será el favorito para asumir la primera magistratura de la nación, ante el fracaso de la política neoliberal del desprestigiado Alan García.
La CIA, la USAID, el Comando Sur, el Pentágono, los partidos políticos de centro derecha de la región, la FAES españolas, los servicios de inteligencia de Colombia (DAS), los servicios de inteligencia de Perú, de El Salvador, de Chile, conforman un todo, para la desestabilización y hacer fracasar los procesos de cambios que se viven en Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, según manifiestan diversas fuentes de prensa independientes. Mantienen bajo vigilancia los gobiernos de Lula, de Tabaré Vásquez, de Cristina Fernández y se aprestan a seguir con atención los pasos que vaya a dar Fernando Lugo en Paraguay una vez que asuma la presidencia, de allí que estas campañas del terror del Imperio, vienen previamente anunciadas cuando se trata de intervenir abierta y encubiertamente en la región.
Así está sucediendo con la ONU, la UE, y las mafias económicas y financieras internacionales que nos tienen en crisis económica en beneficio de las grandes empresas trasnacionales y los especuladores de siempre. En este contexto, organismos como la Interpol, ya no juegan el papel para el cual estaban determinados y se han transformado en instituciones que se han puesto de rodillas al servicio del Imperio y de la OTAN.
Los intentos por involucrar a los presidentes Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales en el tráfico de estupefacientes, en una presunta colaboración con las FARC, en el apoyo al terrorismo y otras necedades, en las que se involucran todos los medios de comunicación de centro derecha de habla hispana y del mundo, muchos de ellos pertenecientes a grandes consorcios periodísticos que cotizan en la bolsa. Estos medios han venido desplegando una de las campañas más virulentas y agresivas que conozcamos este último tiempo, y todo bajo el monitoreo del criminal de guerra y genocida que cohabita en la Casa Blanca con los señores del poder y la muerte.
Cualquier persona que está involucrada en el mundo de la informática se puede dar cuenta que desde un computador, se puede manipular cualquier información al antojo del usuario. De allí que los presuntos documentos o archivos encontrados en una presunta computadora del vocero internacional de las FARC-EP, Raúl Reyes, no son otra cosa que una nueva patraña de información adulterada por la CIA, el Pentágono y los cuerpos de inteligencia colombianos (DAS), dirigidos además por asesores norteamericanos.
La virulenta campaña de los Estados Unidos y las oligarquías locales de cada uno de estos países, contra los gobiernos del presidente Chávez, Rafael Correa, Evo Morales y Daniel Ortega se inserta dentro de los planes de desestabilización del Imperio para terminar con los procesos de cambios que se viven en estos países y que desarrollan una política independiente y al margen de los intereses del Imperio y las trasnacionales.
Los intereses geopolíticos de EE.UU. en la región, pasan necesariamente por poner fin a aquellos gobiernos que se apartan de las directrices centrales de los planes de dominación, económica, política y militar de los Estados Unidos en el hemisferio latinoamericano. De allí que hay que buscar todos los caminos y formulas posibles para frenar definitivamente el deseo de los pueblos por mejorar sus condiciones de vida.
Ahora esta agresión desesperada del Imperio se hace cada vez más violenta, más aún cuando en el caso de Colombia, el mandatario Uribe, se encuentra profundamente involucrado en lo que se ha denominado el narco paramilitarismo, que es responsable del asesinato de miles y miles de campesinos, dirigentes sociales y sindicales colombianos.
Los gobiernos del Unión Europea y de otros confines, conocen perfectamente bien hasta donde Álvaro Uribe se encuentra involucrado, no solo en esta campaña de mentiras monitoreada por el Imperio, si no hasta donde tiene sus manos manchadas de sangre de colombianos.
Los colombianos y la opinión pública internacional, ha podido constatar estupefactos además como alrededor de 80 parlamentarios se encuentran siendo investigados por sus nexos con los narco paramilitares que asolan en Colombia. De allí que el gobierno está sumido en un profunda crisis institucional, con un alto grado de desprestigio y credibilidad ante los colombianos y el mundo.
No debemos olvidar además que Álvaro Uribe, antes que fuera presidente del país, tuvo férreos contactos con el narcotraficante Pablo Escobar y su círculo más cercano, y las últimas informaciones procedentes de Colombia nos indican además que su primo predilecto, el ex senador Mario Uribe Escobar, está involucrado directamente con los narco paramilitares. Y no sólo eso, su principal asesor político es nada menos que un primo hermano de Pablo Escobar, José Obdulio Gaviria, asesor presidencial que además insinuó que la marcha de marzo pasado que fuera organizada por diversas ONG y en contra de los paramilitares y los crímenes de Estado, fue organizada por las FARC, lo que significo posteriormente el asesinato de varios dirigentes sindicales que participaron de la marcha.
De allí que la campaña mediática impulsada por Estados Unidos y Colombia, busca tender un manto de oscuridad sobre la crisis que vive Colombia y su presidente. Esta agresiva campaña de prensa busca además minimizar la crisis económica en que está sumido el capitalismo a escala global y donde los mayores responsables son los Estados Unidos y el criminal de guerra afincado en la Casa Blanca, él que se encuentra en el más completo descrédito y no ha logrado los efectos esperados, por el contrario ésta se ha venido transformando en una especie de bumerang, que golpea fuertemente al propio Álvaro Uribe y sus amos del Imperio.
Otro aspecto a tener en cuenta es que toda esta campaña mediática en contra de los gobiernos y presidentes antes mencionados, esta monitoreada por los principales medios de habla hispana de centro derecha de la península ibérica, en donde lleva la batuta el consorcio periodístico Prisa que edita el diario El País, luego le siguen El Mundo, ABC, La Vanguardia, La Razón y otros tantos pasquines de menor importancia, todos los cuales se erigen por la máxima del padre de la propaganda nazi Joseph Goebbels que decía: Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad.
En el caso de América Latina hay una infinidad de medios en cada país que hacen cabeza de las agresivas campañas en contra de los gobiernos progresistas de la región, todos al servicio del las políticas neofascistas del Imperio, y que forman parte además de las campañas de odio en contra de la lucha de los pueblos por vivir en mejores condiciones de vida. Por ejemplo desde Estados Unidos el mayor exponente de esta cruzada mediática es El Nuevo Heráld., en México tenemos El Universal, en Venezuela El Nacional, En Perú El Comercio, en Colombia El Tiempo, en Bolivia La Razón, en Argentina La Nación, en Chile es el órgano oficial de la CIA, el diario golpista El Mercurio. Y así sucesivamente tenemos medios amarillos de menor importancia y trascendencia, que están al servicio de las clases económicamente dominantes de los países latinoamericanos y que cierran filas cuando se trata de sus intereses económicos corporativos y de sus amos imperiales.
De allí que los lectores a través de estos medios tradicionales de los grupos políticos de centro derecha siempre se van a encontrar con campañas de prensa, en contra de todo aquello que tenga relación con reformas o cambios, que vayan en beneficio de las grandes mayorías de cada uno de estos países, que son los más pobres de la región, y que además han sufrido todos los rigores y durezas de las políticas económicas del capital neoliberal, generando grandes injusticias y desigualdades sociales.
Por ello las maquinaciones en torno de presuntos documentos encontrados en un supuesto computador de la guerrilla, después de un alevoso y premeditado bombardeo conjunto entre fuerzas militares colombianas y estadounidenses en contra de un campamento de las FARC, que pretenden involucrar a los mandatarios y países antes mencionados, no pasan de ser voladores de luces, que lo único que buscan es la desestabilización de los gobiernos progresistas elegidos democráticamente, con el objeto de que los Estados Unidos a través de sus lacayos de centro derecha de América Latina, puedan con mano ajena ejercer un dominio definitivo de lo que son sus intereses geopolíticos en los países latinoamericanos.
Anteriormente y no precisamente a partir de la información de estos presuntos computadores de la CIA-DAS, se pretendió involucrar al candidato presidencial de la Alianza Patriótica por el Cambio, Fernando Lugo y actual presidente electo del Paraguay, en una presunta relación con las FARC.
De igual forma ahora pretenden involucrar al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y su candidato presidencial, el periodista Mauricio Funes, favorito en las encuestas, en una nueva presunta relación con las FARC, como una forma de atacar la campaña del candidato ante el electorado salvadoreño, en un país en donde a todas voces se dice que Funes será el próximo presidente de El Salvador (marzo 2009).
Pero en toda esta farsa montada por los organismos de inteligencia colombianos y americanos, también contó con la ayuda del actual director de la policía civil chilena y presidente interino de la Interpol, Arturo Herrera, que en Chile las ofició de encubridor del general Manuel Trincado Araneda, quien fuera procesado por haber participado en la en la exhumación ilegal de los restos de 26 asesinados por la Caravana de la Muerte en 1973 en Calama. Herrera, a petición del general Trincado intento cambiar los informes que lo involucraban en la operación conocida como “retiro de televisores”. Los cambios del informe propiciado por Herrera, no fueron aceptados por otros funcionarios de la policía civil. De allí que la CIA y la DAS han contado con la colaboración de elementos de este tipo para su campaña en contra del presidente Hugo Chávez, Rafael Correa, Daniel Ortega, el FMLN, los partidos comunistas de la región, etc.
Lo más probable además es que estos siniestros organismos de inteligencia, y cuando Perú se apreste a vivir una nueva jornada electoral por la presidencia de la republica, involucren a Ollanta Humala con las FARC y con todos los grupos insurgentes del mundo, pues Humala sin duda que será el favorito para asumir la primera magistratura de la nación, ante el fracaso de la política neoliberal del desprestigiado Alan García.
La CIA, la USAID, el Comando Sur, el Pentágono, los partidos políticos de centro derecha de la región, la FAES españolas, los servicios de inteligencia de Colombia (DAS), los servicios de inteligencia de Perú, de El Salvador, de Chile, conforman un todo, para la desestabilización y hacer fracasar los procesos de cambios que se viven en Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, según manifiestan diversas fuentes de prensa independientes. Mantienen bajo vigilancia los gobiernos de Lula, de Tabaré Vásquez, de Cristina Fernández y se aprestan a seguir con atención los pasos que vaya a dar Fernando Lugo en Paraguay una vez que asuma la presidencia, de allí que estas campañas del terror del Imperio, vienen previamente anunciadas cuando se trata de intervenir abierta y encubiertamente en la región.
Fuente: Barómetro Internacional (Venezuela)
barometrointernacional@gmail.com
https://www.alainet.org/fr/node/127594
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