Pensando en Paulo Freire
Universidad campesina
11/06/2008
- Opinión
Pablo había obtenido recientemente su licenciatura de agrónomo. Fueron cinco años de leer libros y escuchar a sus profesores en las aulas universitarias, combinándolo con su voluntariado en una oenege que trabaja a favor de las comunidades rurales. Sus inquietudes lo llevaron a participar en el evento internacional que la Vía Campesina (plataforma que agrupa a más de 150 millones de familias campesinas) organizó en Mali.
Recuerda el día en que le tocó participar en un debate sobre agua y agricultura, tema central en un planeta que se calienta y seca. Es un tema que Pablo conoce a fondo porque sobre él enfocó su trabajo final de carrera: “Análisis de los logros de la Universidad de Connecticut en el desarrollo de plantas de tomate modificadas genéticamente con raíces más eficientes que les permiten resistir condiciones de sequía, como logro para la lucha contra el hambre”. Seguramente podría intervenir aportando algunos datos reveladores.
Sentados en círculo unas 10 personas se fueron presentando. De diferentes lugares del mundo, todos eran campesinos, menos Pablo y Rosaura una compañera de un movimiento antitransgénicos con la que ya había tenido alguna discusión sobre las posibilidades de estas semillas frente a la sequía. El primero en hablar fue un campesino de la volcánica isla de Lanzarote. Sus antepasados, explicó, habían observado que las plantas que quedaban parcialmente cubiertas de arena (picón le llaman ellos) crecían más vigorosas, así que decidieron excavar hoyos cónicos donde plantar viñas o higueras. Gracias al material volcánico se consigue absorber y conservar la humedad de la lluvia o el rocío de las mañanas. Además, el picón actúa como aislante, evitando las pérdidas de agua por evaporación, manteniendo constante la temperatura de la tierra vegetal. El vino de Lanzarote tiene gran prestigio. A continuación tomo la palabra una pastora de Namibia que les contó sobre los elefantes del desierto capaces de sobrevivir entre las dunas. Para encontrar agua han de recorrer muchos kilómetros. Las plantas de sus enormes pies recogen las vibraciones de los cursos de agua subterráneo y acuíferos. Con los colmillos y la trompa excavan hasta encontrar agua. Cuando el calor les aprieta son capaces de aspirar con la trompa el agua de su estómago y rociarse las orejas para bajar su temperatura.
Le tocaba el turno a Pablo. Rosaura, cariñosa, le guiñó el ojo.
- Gustavo Duch Guillot es director de Veterinarios sin Fronteras (España)
Recuerda el día en que le tocó participar en un debate sobre agua y agricultura, tema central en un planeta que se calienta y seca. Es un tema que Pablo conoce a fondo porque sobre él enfocó su trabajo final de carrera: “Análisis de los logros de la Universidad de Connecticut en el desarrollo de plantas de tomate modificadas genéticamente con raíces más eficientes que les permiten resistir condiciones de sequía, como logro para la lucha contra el hambre”. Seguramente podría intervenir aportando algunos datos reveladores.
Sentados en círculo unas 10 personas se fueron presentando. De diferentes lugares del mundo, todos eran campesinos, menos Pablo y Rosaura una compañera de un movimiento antitransgénicos con la que ya había tenido alguna discusión sobre las posibilidades de estas semillas frente a la sequía. El primero en hablar fue un campesino de la volcánica isla de Lanzarote. Sus antepasados, explicó, habían observado que las plantas que quedaban parcialmente cubiertas de arena (picón le llaman ellos) crecían más vigorosas, así que decidieron excavar hoyos cónicos donde plantar viñas o higueras. Gracias al material volcánico se consigue absorber y conservar la humedad de la lluvia o el rocío de las mañanas. Además, el picón actúa como aislante, evitando las pérdidas de agua por evaporación, manteniendo constante la temperatura de la tierra vegetal. El vino de Lanzarote tiene gran prestigio. A continuación tomo la palabra una pastora de Namibia que les contó sobre los elefantes del desierto capaces de sobrevivir entre las dunas. Para encontrar agua han de recorrer muchos kilómetros. Las plantas de sus enormes pies recogen las vibraciones de los cursos de agua subterráneo y acuíferos. Con los colmillos y la trompa excavan hasta encontrar agua. Cuando el calor les aprieta son capaces de aspirar con la trompa el agua de su estómago y rociarse las orejas para bajar su temperatura.
Le tocaba el turno a Pablo. Rosaura, cariñosa, le guiñó el ojo.
- Gustavo Duch Guillot es director de Veterinarios sin Fronteras (España)
http://www.veterinariossinfronteras.org
https://www.alainet.org/fr/node/128089?language=en
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