Gracias al apoyo mundial recibido esta semana pero que es constante desde el 2005, el pueblo boliviano puede continuar con su tarea democrática de construir una nueva civilización social en Bolivia, con tierra y descentralización para todos.

Doctrina bolivariana plantea que pueblos de Suramérica y Latinoamérica en general se unan contra el imperio o los imperios que pretenden reducirla a través de siglos a la pobreza, marginación, atraso y subdesarrollo. Esta es precisamente la característica de todos y cada uno de los países de la región, sin excepción.

Ni los llamados grandes como Brasil y Chile y menos México o Argentina y Colombia son Estados modernos, soberanos e independientes, por lo menos así como son en parte los países europeos, China Popular o Rusia y hasta la India y Japón que gozan de cierta independencia frente a las decisiones del imperio gringo.

Brasil tiene una deuda externa tan grande que lo convierte de hecho en nación con pies de barro. México se ha convertido prácticamente en Estado fallido y narco-exportador con violencia desmesurada. Argentina que no puede generar riqueza más que con la oligarquía soyera tradicional y sigue pagando fortunas por su deuda externa atrasada sin contar con la deuda externa que todavía tiene acumulada desde las dictaduras militares. Chile ya no es dueño de sus recursos naturales ni empresas excepto lo que dejó Allende, es decir el cobre. Colombia también es un Estado dominado por grupos de poder.

Ante esta situación continental se alza Bolivia y lanza el programa de la igualdad social y el desarrollo nacional acelerado, por eso crece 7% al año. Proyecta una nueva CPE que plantea el pacifismo como filosofía institucional y la descentralización administrativa a través de autonomías grandes y pequeñas dentro del Estado boliviano. Promueve una economía mixta donde todos los agentes económicos se puedan sentir apoyados y protegidos por el Estado, desde los privados hasta empresas públicas y mixtas, MPyMES, cooperativas, comunidades campesinas, artesanados y etnias.

Cuando se ataca desde regiones al centralismo gubernamental en Bolivia y se promueve la descentralización para estas, la nueva CPE responde con una aceptación amplia a este pedido y lo complementa con la legalidad incorporada de tierra y descentralización para todos, es decir para nueve departamentos, 112 provincias y 328 municipios.

Si viviera Bolívar seguro que diría que Evo es doctrinalmente bolivariano además de indígena y sobretodo boliviano pacifista. En este esquema no existe espacio para los grupos egoístas pero sí para el poder revolucionario y administrativo de todos. Y esta doctrina bolivariana tan sublime y sencilla como es en realidad se aprecia como mortal para la visión gringa y oligárquica del mundo que todo lo pretende controlar.

Doctrina bolivariana además es unión de pueblos, países y continentes en función de la cooperación Sur-Sur que hoy con la revolución del conocimiento en curso a nivel mundial puede tener resultados insospechados. Por ejemplo que Bolivia inicie la construcción de la gigantesca ciudad del acero en el Mutún con inversiones y apoyo tecnológico de la India, como ya sucede actualmente. O que China Popular exprese su deseo de conectar el Mutún con puerto Ilo en el Océano Pacífico construyendo un ferrocarril moderno y rápido a través de Bolivia. Esta idea y ofrecimiento de inversión debería ser trabajada de inmediato por el Ministerio de Planificación.

Pero la doctrina bolivariana que es socializante y republicana no es extremista en el sentido de eliminar la propiedad privada o a los agentes privados económicos como serían, por ejemplo, agro-industriales y ganaderos del oriente boliviano. Y tiene esta virtud y flexibilidad porque nace como doctrina antes que el Manifiesto Comunista de 1848 que propone una lucha de clases radical y la toma del poder por el proletariado.

Los planteamientos socializantes de Bolívar y Abreu de Lima priorizaban la moral y las luces del pueblo suramericano. Es decir que traducido a términos modernos sería la doctrina de la tecno-inteligencia y del tecno-socialismo, que además de regular la propiedad y las relaciones de producción apela a la conciencia de poseedores y pobres para construir una nueva civilización social regulada y auto.regulada sin opresores ni oprimidos. Es decir con reparto equitativo de la riqueza, provenga ésta de empresas públicas como de privadas o sociales a través de impuestos para educación y salud.

Por eso se entiende que países UNASUR, que abarca a todas las naciones suramericanas sin excepción, apoyen a Evo Morales como líder democrático y transformador social pacífico. La mejor combinación posible para un país pobre del Tercer Mundo pero rico en potencialidades como es la Bolivia actual. Solamente con el plan de YPFB y el desarrollo nacional acelerado garantizando la entrega de energía y gas a 328 municipios productivos a partir de 2009, se podría crecer sin dificultades más allá del 9% anual. Sería Bolivia la que crece en su conjunto en forma equilibrada y no solamente La Paz o Santa Cruz, que es la visión limitada de las burguesías locales.

Está claro pues que el apoyo contundente de UNASUR y del mundo al proceso revolucionario actual liderado por Evo Morales sirve para planificar el futuro junto a países de la región, pero especialmente con el grupo de países ALBA, Brasil, Argentina y CAN. Bolivia puede exportar alimentos y energía eléctrica a estos países hermanos vecinos por más de diez mil millones USD en corto tiempo.

Pero también el apoyo mundial deja aislada a la oligarquía que confiaba en una intervención gringa a través de las NNUU. La carta de Branko Marinkovic al secretario general de la ONU es de una estrechez mental y cinismo increíble. Acusa al Gobierno popular y concretamente al presidente Evo Morales de racista frente a los blancos de Santa Cruz. De imponer una dictadura chavista frente a la democracia civilizatoria unida a países modernos del mundo que ofrece el comité cívico de esta región boliviana.

Bolivia como nunca tiene acumulados casi diez mil millones USD en el BCB que se deberá usar en el desarrollo nacional acelerado, produciendo en corto tiempo al menos diez millones de toneladas de granos y cereales como quinua, trigo, cebada, arroz, amaranto, soya, maíz y habas. Así el Gobierno popular y campesino de Evo Morales se debe poner a trabajar con tecnología moderna en cinco mil comunidades campesinas del país y con ello entregar soberanía y seguridad alimenticia a bolivianos y suramericanos.

La unión programática y bolivariana entre Gobierno popular con militares, soldados, sindicatos y agentes económicos productivos es prácticamente invencible en función del desarrollo nacional acelerado y pacífico. Además de ejemplo continental y mundial.

Ricardo Ángel ( Ran ) Cardona
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