Consecuencias "marginales"
28/09/2008
- Opinión
“Si la lección global del siglo XX no produce una seria reflexión,
El inmenso torbellino rojo puede repetirse de principio a fin”
Alexander Solzhenitsyn, en el New York Times
28 de noviembre de 1993
Las consecuencias de la crisis en Estados Unidos no serán tan "marginales" como expresa el Gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, quién afirma que sólo tendrán un impacto directo contra la economía mexicana en lo relacionado a las remesas de los migrantes y en las exportaciones. Sólo ahí, pero nada más. Decir que tendrán un efecto marginal es equivalente a decir que no tendrán un impacto significativo, sustancial, que no serán importantes. Lamentablemente, agrega, "ciertamente que en la medida en que la recesión de los Estados Unidos se profundice, en esa medida nos afecta por el lado de las exportaciones, por el lado de las remesas". Al más viejo estilo demagógico, o de la “chimoltrufia”, Guillermo Ortiz dice: "pero sí se ve un riesgo no despreciable de un deterioro mayor de la economía americana como consecuencia de la crisis financiera". Con razones o sin ellas, Ortiz Martínez afirma -lo que la mayoría de los ciudadanos interesados hemos visto por diversos medios de comunicación- que el Congreso de Estados Unidos revisa la posibilidad de un paquete que le envió el presidente Bush "para hacer una especie de “Mega-Fobaproa” -fondo de dinero para comprar cartera a las instituciones financieras- que atempere la parálisis de los mercados financieros en Estados Unidos y en segundo lugar una contracción crediticia importante". El fondo previsto es de apenas la “ridícula” suma de poco más de setecientos mil millones de dólares, diez veces más que el “Fobaproa” mexicano -al inicio- y que costó a muchos la pérdida de su patrimonio inmobiliario, otros –a la fecha- lo siguen pagando en “Udis”, muchos más se suicidaron.
Por ello nos parece relevante resaltar el comentario del experimentado historiador Eric Hobsbawm, quien en su “Historia del Siglo XX” nos recuerda que “Austria -antes de 1938- nunca destacó por su éxito económico, aunque en aquella época poseía una de las escuelas de teoría económica mas prestigiadas del mundo; sin embargo, tras la segunda guerra mundial su éxito económico fue considerable, pese a que entonces, ya no disponía de ningún economista de reputación internacional. Alemania, que rehusó reconocer en sus universidades el tipo de teoría económica que se enseñaba en el mundo entero, no pareció resentirse de ello. ¿Cuántos economistas coreanos o japoneses aparecen citados regularmente en la American Economic Review? Sin embargo, el reverso de este argumento quizá sea Escandinavia, socialdemócrata, próspera y llena de economistas teóricos respetados internacionalmente desde finales del siglo XIX.” (Cfr. Op. Cit. p. 556)
Y es que las razones de la crisis de los Estados Unidos de Norteamérica están más allá de lo que estamos viendo en la presente administración de Bush, si bien es cierto, muchas de ellas son de su absoluta responsabilidad. Muchas de ellas vienen de la época de lo que se conoce como la segunda guerra fría, como es el caso de los conflictos de Bosnia y Somalia que dejaron ver las imprevistas limitaciones del “Estado” contemporáneo y empezaron a dar luz sobre lo que estaba convirtiéndose en la principal causa de tensión internacional: la cada vez más grande y obvia separación entre las zonas ricas y pobres del mundo, donde cada una de ellas tenía resentimientos hacia la otra. Porque el auge del fundamentalismo islámico no era sólo un movimiento contra la “ideología de una modernización occidentalizada”, sino contra el propio “Occidente”.
Ya hemos visto como la amenaza de la xenofobia popular de los estados del sur de la “Unión Americana” se ha dirigido de una manera sistemática contra los extranjeros provenientes del tercer mundo, en particular de nuestros compatriotas mexicanos, que tienen la necesidad de emigrar a ese país en busca de una oportunidad de empleo que el “Estado Mexicano” no ha sido capaz de generar, no obstante que desde hace más de doce años todos los candidatos presidenciales mexicanos ofrecen que su gobierno será el sexenio del “empleo”, de las oportunidades para todos, de la seguridad, de impuestos justos y bien aplicados. Por ello cabe la pregunta al Gobernador del Banco de México: ¿De verdad serán sólo marginales las consecuencias de la crisis de los Estados Unidos para México? ¿O sólo estará acudiendo a la salida fácil de la “razón de estado” para no generar pánico económico en nuestro país, todo ello, mientras concluye su última etapa al frente del Banco de México? ¿Y usted, cómo la ve?
- Francisco Velasco Zapata es politólogo. Presidente de Parlamento Ciudadano A. C.
https://www.alainet.org/fr/node/130024
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