¿El mercado ha muerto, viva el Estado?
20/10/2008
- Opinión
El colapso del neoliberalismo ha dado origen a toda suerte de interpretaciones, calificaciones y especulaciones, mientras se resuelve por cual vía seguiremos caminando. El beneficio claro hasta ahora es que el mercado ha caído de su pedestal y ya no podrá seguir siendo adorado en la forma abusiva en que lo ha sido en las últimas décadas, cuando se le atribuyeron poderes rayanos en la divinidad para solucionar todos los problemas.
Detrás de esa falsa deidad estaban los intereses muy terrenales de los que incrementaron o amasaron enormes fortunas gracias al mercado. El resto de la humanidad recibía sólo aquello que convenía al mercado. No se podían aumentar los sueldos porque eso afectaba los costos y la libre competencia y en esas condiciones los empresarios no podrían crear nuevos empleos, se sostenía. Y no subían los sueldos y salarios y tampoco se creaban los empleos porque el avance tecnológico lo hacía innecesario o porque con la teoría de la productividad y la inmoral “flexibilización” laboral, a un trabajador se le podía exigir más por menos.
Las conquistas sociales dejaron de ser un derecho y se volvieron una “carga” para las empresas. Los sistemas previsionales se modificaron para que entraran al juego del mercado y ahora tenemos, especialmente en el mundo en desarrollo, empresas que lucran con los aportes que los trabajadores hacen con la esperanza de tener garantizada la atención médica y una pensión, para encontrarse con que cada día hay nuevas normas que le limitan el acceso a su dinero y al producto de su dinero, que tantas ganancias le ha proporcionado a los que se dedican al negocio de la salud y la previsión.
En otras palabras, derechos fundamentales como éstos han sido, y todavía son, parte de ese castillo de naipes que en alguna medida se ha caído en estas semanas. Y esto me ha hecho recordar el para mí sorprendente planteamiento que hiciera hace pocos años el ex presidente chileno Ricardo Lagos en una conferencia magistral dada en México a invitación del CIDE. En esa oportunidad Lagos se refirió a los derechos humanos, pero sostuvo que también había que reconocer “los derechos del consumidor” y dejó en el aire cuál era prioritario.
Y de todo esto también se trata lo que hemos vivido en estas agitadas semanas, porque hay países subdesarrollados que exhiben altas cifras de crecimiento, pero los beneficios no llegan a las mayorías, las que se rebelan y protestan y son reprimidas. El hambre ha crecido y también los cientos de millones que no tienen acceso a servicios sanitarios. Sin embargo, seguimos pagando una deuda externa usuraria que ya se ha pagado más de una vez en relación a su monto original. Justamente en la semana que termina se realizó la Campaña Internacional Contra la Deuda Ilegítima, en la que uno de los temas fue ¿Quién debe a quién?
El costoso salvavidas
Contra este trasfondo cabe analizar las medidas que se han adoptado para hacer frente al colapso del mercado y que consisten en destinar miles de miles de millones de dólares para salvar a la banca y al sistema financiero. Como héroe de esa cruzada aparece el Primer Ministro británico Gordon Brown, por haber propuesto la compra de activos bancarios por los gobiernos de los países desarrollados, lo que a su vez ha originado un debate acerca de lo que eso implica.
Se habla de nacionalización de los bancos, lo que es aplicable a la compra de activos de bancos extranjeros, en este caso cabría también hablar de estatización, pero ninguno de los dos términos es exacto porque lo que se está haciendo en la práctica es inyectarle dinero del Estado a instituciones privadas a cambio de acciones, sin que se tenga claro que facultades le concede eso a los estados ni en qué forma favorecerá a la mayorías. Lo más claro de todo es que eso ha favorecido a Brown, por cuya permanencia en el cargo nadie daba un peso. Ahora aparece revalorizado, pero no tanto dicen algunos, como para superar al líder conservador David Cameron, que aspira a reemplazarlo.
Este aporte estatal a la banca es simplemente monumental. Alemania, Francia, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, España, Estados Unidos, Islandia y Gran Bretaña, han destinado a este fin 2.2 billones de dólares, lo que se escribe así: 2.200.000.000.000. Rusia, para reactivar el crédito bancario, ha ofrecido a esas instituciones 36 mil 400 millones de dólares para préstamos a largo plazo. China controla las acciones de los bancos y ha comprado más, para capitalizarlos a fin de que puedan operar. También hay que considerar que este país tiene 518 mil millones de dólares en títulos del gobierno estadounidense.
En este panorama es que algunos han llegado a decir que se han introducido elementos socialistas en la economía mundial, mientras que Nouriel Roubini, profesor de economía de la Universidad de Nueva York, según cita de la BBC,ha tildado de “comunista” a Bush, al secretario de Tesoro Henry Paulson y al presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke. Lo cierto es que la coyuntura es propicia para que el Estado recupere el rol que nunca debió perder, como garante de la democracia y la justicia social.
Racismo electoral
En medio de este positivo cataclismo financiero, la campaña electoral estadounidense se desenvuelve en un clima turbio, como consecuencia de la pérdida de apoyo que registra el republicano John McCain y las “técnicas” que aplican sus publicistas en el intento de recuperar terreno. En vísperas del tercer y último debate entre los candidatos las encuestas le daban a Barack Obama hasta 14 puntos sobre su rival. Pero, al mismo tiempo, se intensificaba la guerra sucia.
La contrapropaganda admitía la ventaja que los sondeos le daban Obama, pero paralelamente sugería que podía no ser real porque muchos estadounidenses no estarían diciendo la verdad por no aparecer como racistas. Por eso, optarían por declararse partidarios del candidato demócrata, pero en el momento de sufragar lo harían por el republicano porque no podrían votar por un negro. De más está decir que eso no está avalado por ningún estudio serio, es simplemente una forma de introducir el racismo en la etapa final de la elección.
Eso coincide con el supuesto abucheo que habría recibido McCain de sus partidarios por no atacar más fuerte a Obama. Recuérdese que una mujer le dijo que no le gustaba el demócrata porque “es un árabe”, a lo que el republicano respondió, aparentemente defendiendo a su opositor, que éste no era un árabe sino un “hombre decente”,con lo cual el veneno quedaba lanzado, respaldando lo que se sostiene en sitios de Internet y grupos republicanos ultra derechistas.
Es que el colapso neoliberal también afectó las expectativas de McCain, por eso circulan por la web cuentos como el que señala que Obama llega al cielo y San Pedro le pregunta quién es y él responde el presidente de Estados Unidos, San Pedro le pregunta entonces que desde cuándo porque no tiene registros de que hubiera allí un presidente negro, a lo que éste contesta: desde hace 20 minutos.
Detrás de esa falsa deidad estaban los intereses muy terrenales de los que incrementaron o amasaron enormes fortunas gracias al mercado. El resto de la humanidad recibía sólo aquello que convenía al mercado. No se podían aumentar los sueldos porque eso afectaba los costos y la libre competencia y en esas condiciones los empresarios no podrían crear nuevos empleos, se sostenía. Y no subían los sueldos y salarios y tampoco se creaban los empleos porque el avance tecnológico lo hacía innecesario o porque con la teoría de la productividad y la inmoral “flexibilización” laboral, a un trabajador se le podía exigir más por menos.
Las conquistas sociales dejaron de ser un derecho y se volvieron una “carga” para las empresas. Los sistemas previsionales se modificaron para que entraran al juego del mercado y ahora tenemos, especialmente en el mundo en desarrollo, empresas que lucran con los aportes que los trabajadores hacen con la esperanza de tener garantizada la atención médica y una pensión, para encontrarse con que cada día hay nuevas normas que le limitan el acceso a su dinero y al producto de su dinero, que tantas ganancias le ha proporcionado a los que se dedican al negocio de la salud y la previsión.
En otras palabras, derechos fundamentales como éstos han sido, y todavía son, parte de ese castillo de naipes que en alguna medida se ha caído en estas semanas. Y esto me ha hecho recordar el para mí sorprendente planteamiento que hiciera hace pocos años el ex presidente chileno Ricardo Lagos en una conferencia magistral dada en México a invitación del CIDE. En esa oportunidad Lagos se refirió a los derechos humanos, pero sostuvo que también había que reconocer “los derechos del consumidor” y dejó en el aire cuál era prioritario.
Y de todo esto también se trata lo que hemos vivido en estas agitadas semanas, porque hay países subdesarrollados que exhiben altas cifras de crecimiento, pero los beneficios no llegan a las mayorías, las que se rebelan y protestan y son reprimidas. El hambre ha crecido y también los cientos de millones que no tienen acceso a servicios sanitarios. Sin embargo, seguimos pagando una deuda externa usuraria que ya se ha pagado más de una vez en relación a su monto original. Justamente en la semana que termina se realizó la Campaña Internacional Contra la Deuda Ilegítima, en la que uno de los temas fue ¿Quién debe a quién?
El costoso salvavidas
Contra este trasfondo cabe analizar las medidas que se han adoptado para hacer frente al colapso del mercado y que consisten en destinar miles de miles de millones de dólares para salvar a la banca y al sistema financiero. Como héroe de esa cruzada aparece el Primer Ministro británico Gordon Brown, por haber propuesto la compra de activos bancarios por los gobiernos de los países desarrollados, lo que a su vez ha originado un debate acerca de lo que eso implica.
Se habla de nacionalización de los bancos, lo que es aplicable a la compra de activos de bancos extranjeros, en este caso cabría también hablar de estatización, pero ninguno de los dos términos es exacto porque lo que se está haciendo en la práctica es inyectarle dinero del Estado a instituciones privadas a cambio de acciones, sin que se tenga claro que facultades le concede eso a los estados ni en qué forma favorecerá a la mayorías. Lo más claro de todo es que eso ha favorecido a Brown, por cuya permanencia en el cargo nadie daba un peso. Ahora aparece revalorizado, pero no tanto dicen algunos, como para superar al líder conservador David Cameron, que aspira a reemplazarlo.
Este aporte estatal a la banca es simplemente monumental. Alemania, Francia, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, España, Estados Unidos, Islandia y Gran Bretaña, han destinado a este fin 2.2 billones de dólares, lo que se escribe así: 2.200.000.000.000. Rusia, para reactivar el crédito bancario, ha ofrecido a esas instituciones 36 mil 400 millones de dólares para préstamos a largo plazo. China controla las acciones de los bancos y ha comprado más, para capitalizarlos a fin de que puedan operar. También hay que considerar que este país tiene 518 mil millones de dólares en títulos del gobierno estadounidense.
En este panorama es que algunos han llegado a decir que se han introducido elementos socialistas en la economía mundial, mientras que Nouriel Roubini, profesor de economía de la Universidad de Nueva York, según cita de la BBC,ha tildado de “comunista” a Bush, al secretario de Tesoro Henry Paulson y al presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke. Lo cierto es que la coyuntura es propicia para que el Estado recupere el rol que nunca debió perder, como garante de la democracia y la justicia social.
Racismo electoral
En medio de este positivo cataclismo financiero, la campaña electoral estadounidense se desenvuelve en un clima turbio, como consecuencia de la pérdida de apoyo que registra el republicano John McCain y las “técnicas” que aplican sus publicistas en el intento de recuperar terreno. En vísperas del tercer y último debate entre los candidatos las encuestas le daban a Barack Obama hasta 14 puntos sobre su rival. Pero, al mismo tiempo, se intensificaba la guerra sucia.
La contrapropaganda admitía la ventaja que los sondeos le daban Obama, pero paralelamente sugería que podía no ser real porque muchos estadounidenses no estarían diciendo la verdad por no aparecer como racistas. Por eso, optarían por declararse partidarios del candidato demócrata, pero en el momento de sufragar lo harían por el republicano porque no podrían votar por un negro. De más está decir que eso no está avalado por ningún estudio serio, es simplemente una forma de introducir el racismo en la etapa final de la elección.
Eso coincide con el supuesto abucheo que habría recibido McCain de sus partidarios por no atacar más fuerte a Obama. Recuérdese que una mujer le dijo que no le gustaba el demócrata porque “es un árabe”, a lo que el republicano respondió, aparentemente defendiendo a su opositor, que éste no era un árabe sino un “hombre decente”,con lo cual el veneno quedaba lanzado, respaldando lo que se sostiene en sitios de Internet y grupos republicanos ultra derechistas.
Es que el colapso neoliberal también afectó las expectativas de McCain, por eso circulan por la web cuentos como el que señala que Obama llega al cielo y San Pedro le pregunta quién es y él responde el presidente de Estados Unidos, San Pedro le pregunta entonces que desde cuándo porque no tiene registros de que hubiera allí un presidente negro, a lo que éste contesta: desde hace 20 minutos.
- Frida Modak, periodista, fue Secretaria de Prensa del Presidente Salvador Allende.
https://www.alainet.org/fr/node/130384?language=en
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