Urge revisar los fundamentos
- Opinión
La conjunción de las distintas crisis, unas coyunturales y otras sistémicas, obliga a todos a trabajar en dos frentes: uno intrasistémico, buscando soluciones inmediatas a los problemas para salvar vidas, garantizar el trabajo y la producción y evitar el colapso. Otro transistémico, haciendo una crítica rigurosa a los fundamentos teóricos que nos han llevado al actual caos y trabajando otros fundamentos que propicien una alternativa que permita en otro nivel la continuidad del proyecto planetario humano.
Cada época histórica necesita un mito que congregue personas, galvanice fuerzas e imprima un nuevo rumbo a la historia. El mito fundador de la modernidad reside en la razón, que, desde el tiempo de los griegos, es el eje estructurador de la sociedad. La razón crea la ciencia, la transforma en técnica de intervención en la naturaleza y se propone dominar todas sus fuerzas. Para esto, según Francis Bacon, el fundador del método científico, se debe torturar a la naturaleza hasta que entregue todos sus secretos. Esta razón cree en el progreso ilimitado y crea una sociedad que se quiere autónoma, de orden y progreso. La razón promovía la pretensión de prever todo, manejar todo, controlar todo, organizar todo y crear todo. Ocupaba todos los espacios. Envió al limbo otras formas de conocimiento.
Y he aquí que, después de más de trescientos años de exaltación de la razón, asistimos a la locura de la razón, pues sólo una razón enloquecida organiza una sociedad en la cual el 20% de la población posee el 80% de toda la riqueza de la Tierra. Las tres personas más ricas del mundo poseen activos superiores a toda la riqueza de los 40 países más pobres donde viven 600 millones de personas; 257 individuos acumulan ellos solos más riqueza que 2.800 millones de personas, equivalente al 45% de la humanidad. En Brasil, cinco mil familias detentan el 46% de la riqueza nacional. La demencia de la razón productivista y consumista ha generado el calentamiento global que traerá desequilibrios ya visibles y diezmará millares de especies, incluida la humana.
La dictadura de la razón ha creado la sociedad del mercado con su cultura típica, un cierto modo de vivir, de producir, de consumir, de hacer ciencia, de educar, de enseñar y de moldear las subjetividades colectivas. Éstas deben afinarse a su dinámica y valores, procurando siempre maximizar las ganancias, mediante la mercantilización de todo. Ahora, esta cultura, llamada moderna, capitalista, burguesa, occidental y, hoy, mundializada, ha entrado en crisis. Se manifiesta a través de las distintas crisis actuales, que son todas expresión de una única crisis, la de los fundamentos. No se trata de abdicar de la razón, sino de combatir su arrogancia (hybris) y de criticar su estrechez de miras. Lo que más necesita la razón en este momento es ser urgentemente completada con la razón sensible (M. Maffesoli), con la inteligencia emocional (D. Goleman), con la razón cordial (A. Cortina), con la educación de los sentidos (J. F. Duarte Jr.), con la ciencia con conciencia (E. Morin), con la inteligencia espiritual (D. Zohar), con el concern (D. R. Winnicott) y con el cuidado como yo personalmente vengo proponiendo desde hace tiempo.
Es el sentir profundo (pathos) que nos hace escuchar el grito de la Tierra y el clamor desgarrador de millones de hambrientos. No es la razón fría sino la razón sensible la que mueve a las personas para bajarlos de la cruz y hacerlos vivir. Por eso es urgente someter el modelo de ciencia dominante a la crítica, impugnar radicalmente las aplicaciones que hacen de ella más en función del lucro que de la vida, desenmascarar el modelo de desarrollo actual que es insostenible por ser altamente depredador e injusto.
La sensibilidad, la cordialidad, el cuidado, llevados a todos los niveles, con la naturaleza, en las relaciones sociales y en la vida cotidiana pueden cimentar, junto con la razón, una utopía que podemos tocar con las manos porque es inmediatamente practicable. Estos son los fundamentos del paradigma civilizatorio naciente que nos da vida y esperanza.
Leonardo Boff es Teólogo, miembro de la Earthcharter Commission
Del mismo autor
- O risco da destruição de nosso futuro 05/04/2022
- Reality can be worse than we think 15/02/2022
- ¿Hay maneras de evitar el fin del mundo? 11/02/2022
- Há maneiras de evitar o fim do mundo? 08/02/2022
- The future of human life on Earth depends on us 17/01/2022
- El futuro de la vida depende de nosotros 17/01/2022
- A humanidade na encruzilhada: a sepultura ou… 14/01/2022
- “The iron cage” of Capital 04/01/2022
- Ante el futuro, desencanto o esperanzar 04/01/2022
- Desencanto face ao futuro e o esperançar 03/01/2022