Movimientos sociales se oponen a capitalización del BID
- Opinión
Diversos movimientos sociales de América Latina y el Caribe se oponen a la capitalización del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tal como lo ha venido proponiendo el presidente de ese organismo financiero multilateral, Luís Alberto Moreno, en la 50º Asamblea Anual de Gobernadores que sesionará hasta este 31 de marzo en Medellín, Colombia.
En su asamblea anual, el punto central de las discusiones es la solicitud de recursos líquidos que han hecho los directivos del BID por una suma cercana a los 180 mil millones de dólares. No obstante, las cerca de 85 organizaciones que suscribieron la
Declaración Final de Medellín: 50 Años del BID ¡nada que festejar¡, rechazaron esa capitalización, tras considerar que perpetuaría el modelo de inequidad que impera en la región.
“De seguro esa capitalización será para repetir los mismos errores: financiar megaproyectos que generan altos impactos negativos al medio ambiente y a las poblaciones más vulnerables, ampliando así la concentración de capitales entre unos pocos y la brecha de desigualdad en estos países”, declaró Laura Carlsen, integrante de
Esta postura crítica y contraria a los intereses del Banco y de algunos países de la región, recoge el consenso alcanzado durante cinco días de deliberaciones en el marco de
Al igual que la máxima cumbre del BID, que finalizará este martes,
Además de cuestionar el modelo de desarrollo que ha financiado el organismo multilateral, basado en la premisa de que un crecimiento económico sostenible puede generar riqueza en todos los niveles de la población, los movimientos sociales hicieron un llamado para que el Banco haga una rendición de cuentas por las violaciones a los derechos humanos cometidas contra los pueblos latinoamericanos con sus préstamos y en nombre del progreso.
“Es claro que el BID tiene una deuda política y social sobre la que tiene que dar explicaciones, pues sus préstamos, en muchos casos, sirvieron para sostener gobiernos ilegítimos, opresores y violadores de derechos humanos en el continente. Ellos (el Banco) nunca dejaron de cobrar a pesar de la realidad política de sus deudores; entonces, la pregunta es: ¿sí están interesados en generar desarrollo?”, comentó Jana Silverman, integrante de la organización Social Watch, presente en el evento.
Propuestas alternativas
Más allá de las discusiones académicas y políticas, lo que más destacaron los organizadores de este evento fue la masiva asistencia de público en cada una de las actividades, que incluyeron movilizaciones, foros académicos y eventos barriales.
“Para nosotros fue muy importante este contacto con las personas directamente afectadas con las políticas del BID, lo que refuerza mucho más nuestro trabajo de reflexión sobre el papel de la banca multilateral”, añadió Silverman.
Dicho trabajo continuará a lo largo y ancho del continente dado que, como lo apuntó Laura Carlsen, “los movimientos sociales quedaron muy fortalecidos con este encuentro y dejó una agenda de trabajo y unas propuestas que hay que consolidar”.
Propuestas que también quedaron consignadas en la declaración final. Una de las más importantes es la necesidad de crear una nueva estructura financiera que apalanque el desarrollo y sustituya al BID en la región. En ese sentido, los asistentes a
“La idea es que este banco tenga unas políticas y un modelo de funcionamiento diferente al que tiene el BID en este momento. Que la participación de los países allí sea parecida a la de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde las decisiones son tomadas en pie de igualdad y no de acuerdo al número de acciones que poseen, como lo es el BID actualmente”, sostuvo Silverman.
De igual forma, se planteó la posibilidad de crear una moneda única para América Latina y el Caribe, que sustituya al dólar como referente para cualquier transacción comercial. También se escuchó por parte de los movimientos asistentes propuestas más “radicales” como declarar el no pago de la deuda externa y el retiro de los países latinoamericanos del organismo multilaterla.
“Las propuestas son muy diversas, es cierto, pero también lo es que hay un punto en común y es el rechazo al modelo de desarrollo que ha financiado el BID”, indicó Carlsen, quien junto a Silverman, son conscientes que la actual coyuntura económica mundial constituye una oportunidad histórica para presionar cambios profundos en la estructura de la banca multilateral y del sistema financiero en general.
“Ya quedó demostrado que este sistema de desarrollo es un callejón sin salida. La crisis mundial es un reflejo de ello. Es ahora cuando tenemos que presionar para que se den los cambios porque si no, nos pueden esperar 50 años más de lo mismo”, sentenciaron las dos activistas.
Agencia de Prensa IPC, Medellín, Colombia. www.ipc.org.co
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