Interparlamentaria ríspida
- Opinión
“Las armas son instrumentos para matar y los gobiernos permiten que la gente las fabrique y las compre, sabiendo perfectamente que un revólver no puede usarse en modo alguno más que para matar a alguien”: Giovanni Papini (1881-1956).
Con todo y que el futbol casi paraliza la ciudad —y el país—, el mundo sigue rodando. La crisis financiera es el trasfondo de las economías de casi todos los países. Están fuera de los trastornos que afectan a Estados Unidos, Europa, América Latina, Asia y África, unas cuantas islas que han avanzado con pasos propios de consolidación económica interna, como China, India y Brasil, sobre todo. El resto es zozobra.
Los dilemas que padecen los países capitalistas de todos los niveles (desarrollados y en desarrollo), sobre el qué hacer para salir de la debacle y recuperar el crecimiento, es compartido por todos los gobiernos. Con todo y que nadie (presidente, gabinete o primer ministro) garantiza la efectividad de las medidas adoptadas —como sucede o pasará en Grecia, España, Portugal o Irlanda—; así sean las recetas de los organismos financieros internacionales. O más bien por eso, porque las “recomendaciones” del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional son retrógradas.
También, porque los problemas se agudizan. Las contradicciones internas del modelo de desarrollo donde reina el capital son cada vez mayores; más profundas y complejas. Esto implica que los trastornos no son sólo económicos. Como tampoco son únicamente del orden financiero, la etapa más elevada del modelo globalizador, y síndrome principal de la crisis. No. comienzan por ahí, pero luego permean o infiltran al resto de la economía y del tejido social, pasando por el trastocamiento del Estado.
Si a esto se agregan los trastornos que contribuye a generar el mismo Estado con el abandono de sus responsabilidades, el libre mercado hace sus gracias de profundizar el impacto de las crisis. Por eso se agranda el margen de pobreza, del desempleo, del poder adquisitivo, de la marginalidad, la pauperización, se la miseria, etcétera. En tanto la riqueza se concentra mayormente en pocas manos. Y la distribución, se presume, obedece a las leyes “naturales” de la sobrevivencia del más apto. Nada más falso. Una aplicación hostil, por cierto, de las leyes de Darwin sobre la “selección natural”. El caso es que cada país vela por sus propios intereses; mejor dicho, de su sector privado. Y para EU son sus multinacionales; incluso de las finanzas.
En nuestro ejemplo, si a esto se agregan trastornos como los que comparten las economías de Estados Unidos y México, la situación se complica para este último. Desde que los términos de intercambio se asentaron en un tratado llamado de “libre comercio” completamente desigual e inequitativo, la situación se agrava. En estos tres días —ayer concluyó— se reunió la 49 Interparlamentaria México-EU, sin resultados. Puros reclamos. El síndrome de una relación ríspida entre vecinos. Pero EU tiene mala relación con todos, no sólo con su vecino del sur. Sin faltar las expresiones despectivas y humillantes.
Para comenzar no hay revisión de la agenda. Simple repaso de los problemas. Cero soluciones. La ausencia de visión estratégica por parte de México, del gobierno y de los parlamentarios, genera la falta de resultados. Desde que México no “negocia” sino que cede frente al interés de EU, nada consigue. Su política exterior navega al garete. Por eso no hay solución siquiera a los problemas coyunturales, como el esclarecimiento de los asesinatos de los connacionales Anastasio Hernández y Sergio Adrián Hernández, que generaron tamaña indignación mexicana y mundial por los abusos (¿para meter miedo?).
Por eso el desdén a México con lo del “patio de atrás”, como lo refirió el representante republicano por California, Brian P. Bilbray, en la misma Interparlamentaria realizada en Campeche. Eso crispó los ánimos. Pero el calificativo se lo ha ganado el gobierno mexicano. Desde el entreguismo de Carlos Salinas con el asunto del TLCAN a la fecha, que no consideró las asimetrías ni preparó a los productores mexicanos. El Estado los dejó al libre albedrío. Así lo expresó el representante demócrata por Arizona, Ed Pastor. Porque Salinas entregó a México en las negociaciones del acuerdo.
Pastor reveló a los legisladores mexicanos: “Yo vine a ver y no estaban defendiendo a sus productores (del campo) mexicanos, y yo me dije: se los va a llevar la chingada”, testificaron. Ocurrió durante la revisión de la relación económica y comercial, en el marco del TLC. Y así fue, porque los términos son absolutamente entreguistas, tan sólo porque nunca se negociaron medidas compensatorias, como sí se hizo en Europa con países como España, Portugal e Irlanda. Y la maldición de Salinas sigue persiguiendo el destino mediato de los mexicanos.
Sobre el asunto de la inmigración y la tan prometida ley para proteger a los connacionales, no se avanza un céntimo. Puras promesas. Los legisladores de EU presumen sensibilidad, pero nada más. Con el rechazo a la Ley Arizona ocurre algo similar. Porque su aplicación está en pie. Al contrario, avanza la política de aumentar la vigilancia en la frontera entre ambos países.
Pero eso sí, sobre el control de venta de armas, ni se diga. Porque el representante demócrata por California lo defendió como “casi una religión”. Es decir, que los legisladores de EU rechazaron la petición de sus homólogos mexicanos de controlar el flujo de armas hacia México. Es la protección de su industria armamentista. Es el business are business, replicó Alejandro Encinas. El guns, business; drog business, repuso Muñoz Ledo.
Al fin que los muertos caen del lado mexicano. El saldo del viernes fue cercano a los 80 fallecidos: 74 en nueve entidades, el día más sangriento del sexenio. Las armas proceden de EU. “Aquí estamos en guerra y el Estados Unidos no”. “En la Revolución Mexicana, 99 por ciento de las armas eran de Estados Unidos”, remató Muñoz Ledo frente a los gringos.
Es la protección de los 12 mil establecimientos a lo largo de la frontera, donde se venden armas de todos los calibres y pasan abiertamente y sin control rumbo a la frontera sur. Llegan a manos de los narcotraficantes, quienes poseen un arsenal cada vez más sofisticadas. El decomiso a grupos criminales en México es un indicador. De 2,500 entre 2002 y 2006, a 14 mil 768 entre 2007-2009.
El trato despectivo entre dos países con una relación desigual. Con visión geopolítica, EU sabe qué lograr en su beneficio con México. Sin visión geoestratégica, México seguirá padeciendo a su vecino del norte. Y los términos de una relación tan frágil como desigual.
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