No hay recuperación económica si no hay más empleo

16/09/2010
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
La crisis ha destruido más de 30 millones de empleos en tres años, aunque la recesión ha finalizado. Según los índices macroeconómicos.
 
Los economistas calculan siete años de desempleo severo y Strauss-Kahn, director gerente del FMI, reconoce que “no hay recuperación real si no se crea empleo”. No se crea, se destruye.
 
¿Por qué no hay más empleo? Porque el nuevo ídolo a adorar es la austeridad. La austeridad hoy supone que no hay estímulos, poca o ninguna ayuda pública, menos demanda interna y la banca (que campa a sus anchas) reduce o corta el crédito. Y las empresas no invierten, retroceden, se acoquinan. No crean empleo. Salvo en Brasil, India y China, la actividad empresarial se ha reducido en todas partes. Y eso es destrucción de empleo.
 
Austeridad o estímulos, esa es la cuestión. G-20 y FMI optaron por la austeridad, al tiempo que concedían patente de corso a la banca y dejaban tranquilos a los especuladores. En Europa, la apuesta por austeridad y reducción del déficit público roza la neurosis. Caiga quien caiga. Por supuesto, caen las clases asalariadas y medias. Y parece que nadie se propone en serio aplicar políticas directas que creen empleo de verdad.
 
La recuperación económica es más lenta y difícil de lo previsto. Eso ha concluido la OCDE, entidad que agrupa los treinta países más ricos del mundo. La economía de las siete mayores potencias mundiales (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá) crecerá este año dos décimas menos de las calculadas, rozando el 1,5%. El frenazo se explica por la supresión de medidas de estímulo y por los recortes públicos para reducir el déficit. Una economía frenada y débil noquea la demanda privada, la reduce. La pescadilla se muerde la cola.
 
Algunos países se proponen volver a las medidas de estímulo, aparcando los propósitos de austeridad del G-20 de junio para mejor ocasión. Obama, por ejemplo, quiere prorrogar rebajas de impuestos a las clases medias, y establecer un nuevo plan de incentivos a empresas desgravando el 100% de inversiones en nuevos equipos; también ampliará el crédito fiscal para I+D (en diez años 100.000 millones de dólares), más 50.000 millones en obras públicas, así como no renovar las rebajas fiscales para los más ricos (2% de población) que caducan este año, aprobadas por Bush. Y ha pedido al Congreso que apruebe una ley para facilitar créditos a las pequeñas empresas. Nada que ver con la neurótica austeridad de Europa, empeñada en anteponer la reducción del déficit a reducir el desempleo.
 
Para relanzar la economía, afrontando el déficit, no hay que gastar menos sino recaudar más y mejor. Con una reforma fiscal decente. El economista Juan Torres recuerda que “es inmoral y muy rechazable que una crisis provocada por bancos, grandes fortunas y especuladores se financie con recortes de derechos laborales, de pensiones y de gasto social, pero bajando los impuestos a los más ricos (con banqueros y grandes fortunas que en España apenas pagan impuestos), y sin ser prioritaria la lucha contra el fraude”.
 
Comprobado el frenazo a la recuperación, Estados Unidos y Japón apuestan por la inversión pública contra la crisis. Pensar que se convencerá a los mercados de la buena intención de sanear las finanzas públicas con recortes (y no crear empleo) es ignorar lo que enseña la historia. No funciona. Las deudas públicas de Japón y Estados Unidos son considerables, pero nadie duda de la solvencia de ambos países. Sin crecimiento de las rentas de la mayoría no se pueden pagar deudas. El neoliberalismo no crea empleo.
 
David Michael Green, profesor de ciencias políticas de Hoftsa University de Nueva York aporta la clave final: “Lo que está fuera de control es una avaricia monstruosa, sin fondo; la de una minoría de personas enormemente ricas, empeñadas en serlo más todavía”.
 
Han empezado las huelgas: Grecia, Reino Unido, Italia y pronto España, incluso en China ha habido paros, y en Francia, más de 2.500.000 de trabajadores se han manifestado en docenas de ciudades contra la política neoliberal de Sarkozy.
 
Tal vez la protesta consiga que los neoliberales fundamentalistas de la austeridad bajen del burro y se percaten de que la prioridad indiscutible es crear empleo.
 
- Xavier Caño Tamayo es Periodista y escritor
https://www.alainet.org/fr/node/144192

Clasificado en

Clasificado en: 

S'abonner à America Latina en Movimiento - RSS