El fracaso anunciado de la COP16 en Cancún: los REDD y la apropiación de territorios indígenas

02/12/2010
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El consabido fracaso de la COP16 en Cancún, no es nada nuevo, sin embargo el afianzamiento sobre las estrategias de mercado para supuestamente frenar la deforestación, se están concretando rápidamente bajo la figura de los REDD y los REDD +.
 
Los llamados al pragmatismo que ha formulado Cristina Figueres - Secretaria Ejecutiva de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático - y otras personalidades políticas ligadas a las negociaciones sobre cambio climático, prefiguran el fracaso de la COP16 en cuanto a obtener un protocolo vinculante, así mismo celebran la implementación de medidas paliativas para un planeta moribundo
 
La iniciativa denominada REDD - Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los Bosques- aparecieron  luz pública por primera vez en diciembre de 2005, en Montreal en la 11 ª sesión de la Conferencia de las Partes en la Convención sobre Cambio Climático (COP 11). Dos años más tarde, en la COP 13 en Bali, fue la gran nueva idea para salvar el planeta del cambio climático.
 
Aunque en la teoría los REDD podrían eventualmente mitigar el acelerado proceso de destrucción de los bosques del planeta, en la práctica se han convertido en una amenaza para los pueblos indígenas y las comunidades locales que han sabido cuidar la foresta, de la cual muchos de ellos sustraen de forma armónica su sustento.
 
Los ejemplos hasta el momento que se vienen dando, nos hacen temer que el Banco Mundial - institución financiera encargada de los REDD - una vez más aplastará a los pueblos indígenas, ante la ausencia de respeto a los derechos territoriales de los pueblos y el derecho a la consulta previa, libre e informada, consagrada tanto en el Convenio 169 de la OIT como en la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los pueblos Indígenas (UNDRIP por sus siglas en inglés).
 
En resumen los REDD, los MDL (Mecanismos de Desarrollo Limpio) y otras formas de soluciones falsas, se prestan para que los países y empresas contaminantes, continúen aportando emisiones de gases de invernadero, a cambio de fondos destinados a los países más pobres, donde los bosques se encuentras amenazados.
 
Un ejemplo es el caso de la compañía Shell, la rusa Gazprom y la Fundación Clinton, los que señala un informe de Amigos de la Tierra, como inversionistas de un proyecto denominado Rymba Rey, el que se supone protegerá cien mil hectáreas de humedales en Indonesia. El proyecto supone la prevención de la emisión de 75 millones de toneladas de carbón en un período de 30 años, el cual proporcionara a los tres grupos ganancias por USD$750 millones, a un precio de USD $10 por tonelada (1).
 
La falta de voluntad política en la búsqueda de soluciones concretas para frenar el cambio climático, y la implementación de medidas sustitutivas, permite que los mayores contaminadores del planeta simplemente se conviertan en los "salvadores" de los bosques y selvas, situación que no es más que una tremenda farsa. Como ejemplos muy claros se encuentra el caso de Rimba Rey, donde la Shell que destruyó el delta del río Niger, asesinó al insigne poeta Ken Saro Wiwa (2) y hasta la fecha se niega a frenar la quema de gas natural en sus pozos en los territorios Ogoni, Iji y Egi (3), y ahora este organismo financiero internacional al pretender convertirse en el "benefactor" de los humedales de la isla de Borneo, demuestra el grado de perversidad e hipocresía que impera en los REDD.
 
Al mismo tiempo que la Shell alardea de sus acciones en pos de la conservación de los humedales, viene presionando a la administración Obama para que le permitan comenzar a perforar en Beaufort y el Mar de Chukchi en Alaska, situación a la se oponen los indígenas Iniupiat, ya que al darse luz verde a la explotación de hidrocarburos, perderán el hábitat en que habitan.
 
La mentalidad mercantilista con se pretende implementar la búsqueda de soluciones al cambio climático, es una señal de los equívocos presentes en las negociaciones de la COP16. Hasta la fecha los países pilotos en donde se han formulado los REDD se demuestra que no existe una participación real de los pueblos indígenas, y muchos de los carecen de un reconocimiento jurídico real de sus territorios o simplemente se les deniega sus derechos.
 
Existen ejemplos concretos de desterritorialización de los pueblos: En Kenia se está dando una crisis humanitaria con el pueblo Ogiek, el que está en proceso o ha sido expulsado de la Selva Mau, la que ha sido cuidada con esmero por los Okieg, ahora convertido en refugiados de la conservación medio ambiental (4). La tragedia del pueblo Okieg está relacionada con un proyecto tipo REDD financiado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
 
El caso del pueblo kamula Doso, en Papua Nueva Guinea, donde el líder Abilie Wape fue obligado con una pistola en la cabeza a firmar la entrega de los derechos territoriales de su pueblo a un proyecto REDD. Wape declaró a la cadena de Telivisión World News Australia donde Wape claramente conmocionado dijo a los reporteros, “Vinieron por mi en la noche…la policía llegó con un fusil. Me amenazaron. Me obligaron a subir al vehículo. Luego viajamos por la noche al hotel. Me dijeron, “Fírmalo. Si no firmas, conseguiré que la policía te encarcele.” (5)
 
En un reporte presentado por el Global Forest Coalition (diciembre 2009) salen a flote muchas de las inconsistencias de los REDD y la absoluta denegación de los derechos territoriales, la importancia del manejo comunitario de la foresta y el derecho a la consulta que poseen los pueblos (6).
 
Los casos de Colombia, Paraguay y Panamá son analizados entre otros países, por el reporte del Global Forest Coalition. En el caso de Colombia se expone el desmantelamiento del Sistema Nacional Ambiental (SINA) en este siglo, con la existencia de una clara tendencia a desreglamentar el control del bosque y los mecanismos de mercado, han incrementado la deforestación en ese país. La aparición de ONGs y de individuos proponiendo a las comunidades "contratos para la venta de oxigeno" al mercado internacional, señala la tendencia al despojo por parte de "aventureros del carbono" los que recorren a Colombia ofreciendo "proyectos" a cambio de ceder prácticamente el derecho a decidir sobre sus territorios.
 
Ante la violencia imperante en el país, específicamente en los territorios de los pueblos indígenas y negros, con la estrategia oficial de desterriotialización, no queda mas que temer por la vida de los habitantes de la selva, cuyos hábitats pasaran a manos de organizaciones adscritas a la elite de poder.
 
En el Paraguay, al asumir el poder Fernando Lugo, heredó un proceso iniciado por el gobierno anterior de negociaciones con el Banco Mundial y más tarde con el Programa REDD, en el que se excluyó la participación de los pueblos indígenas, los que aparentemente fueron representados por un grupo de organizaciones ambientalistas internacionales. La Coordinadora para la Autonomía de los Pueblos Indígenas (CAPI), no había sido informada de la iniciativa, recurriendo la coordinadora a escribirle una fuerte carta al Banco Mundial. Como resultado de la misiva, el Banco Mundial suspendió el proceso; siendo la nueva administración de Lugo la que aperturó la inclusión indígena.
 
Sin embargo los consultores del PNUD desarrollaron un anteproyecto de propuesta REDD, basado en leyes vigentes aprobadas durante el antiguo régimen, entre ellas la Ley de reforestación y la Ley de Servicios Ambientales. Estas dos leyes servirán para provocar la privatización de los territorios indígenas, los que carecen de la capacidad de negociación para "vender" los servicios ambientales. La CAPI consiste en una alianza de 17 pueblos y sólo la mitad de ellos usan español como segunda lengua.
 
Es de temer que la Ley de Reforestación permitirá la entrada masiva de plantaciones forestales y monocultivos que han producido un severo impacto en los pueblos indígenas de Brasil y Argentina.
 
Los seis pueblos indígenas Panamá al igual que mayoría de los demás pueblos de América Latina, se encuentran secuestrados por las leyes nacionales que desconocen sus derechos. La ofensiva librada por la administración de Martín Torrijos contra los pueblos Naso y Bugle en cuanto a la construcción inconsulta de represas en sus territorios, ha sido continuada por el actual gobierno del empresario Ricardo Martinelli.
 
La propuesta de Panamá fue presentada al Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques del Banco Mundial, situación que algunos de los pueblos indígenas panameños denunciaron por no haber sido informados previamente (6).
 
Los REDD son promocionados por muchas de las "grandes" ONGs del ambientalismo estadounidense: la WWF, UICN, Conservación Internacional, Environmental Defense, National Wildlife Federation, Sierra Club, Natural Resources Defense Council, Wildlife Conservation Society, entre otras. Ya algunas de estas instituciones han sobresalido por sus inconsistencias en cuanto a los derechos humanos y territoriales de los pueblos indígenas y las normativas impuestas en los planes de manejo de las áreas protegidas.
 
Lo pueblos indígenas desde la gestación de los REDD en Bali (2007) pusieron su posición bastante clara, siendo excluidos de la reunión donde se estaba decidiendo sobre el futuro de sus hábitats. Más bochornosa fue la reunión en el Foro permanente de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas en mayo del 2008, donde se les negó la palabra, además de haberse ignorado en la redacción del texto oficial las enmiendas propuestas por los pueblos (8).
 
El CO2 colonialismo inherente en los REDD, y la forma sistemática como los estados-nación ignoran la UNDRIP, demuestra que estamos muy distantes de lograr la inclusión de los derechos humanos en lo que se ha convertido la farsa de la lucha en contra del cambio climático.
 
Notas
 
 
- Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH
La Ceiba, Atlantida, Honduras
https://www.alainet.org/fr/node/145962?language=es
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