Cuando la semana anterior el ex presidente del gobierno español, el derechista José María Aznar, en una conferencia en la Universidad de Columbia en New York calificó de “amigo extravagante” a M. Gadafi, oponiéndose en cierta forma a los ataques de la OTAN contra Libia, señaló que en este último tiempo el gobernante Libio ha apoyado los esfuerzos del mundo occidental contra el terrorismo.

Habría que recordar además que Aznar fue el más entusiasta apoyador de la guerra realizada a Irak en base a mentiras, hecho que hoy día reconocen todos, su  servilismo a G.W Bush era patético. Y el actual presidente del Gobierno español su más acérrimo opositor pacifista. José Luis Rodríguez Zapatero es hoy el apoyador de la actual guerra contra Libia. Estos son los contrasentidos más aberrantes de la política internacional de estos días.

Algo ocurrió para que ese “amigo extravagante” sufra los feroces ataques de misiles y el bombardeo de la aviación occidental que apuntan a destruir sus emplazamientos militares. Desde luego ese algo no tiene que ver solamente con la defensa humanitaria a los opositores de Gadafi y probablemente tenga mucho que ver con el petróleo Libio.

Pero también el hecho pone de manifiesto el tipo de política llevada a cabo por Muamar Gadafi quien al parecer intentaba llevarse bien con Dios y con el diablo, ya que  junto  a sus buenas relaciones con Berlusconi, incluso algún tiempo con Sarkozy, también se llevaba bien con regímenes progresistas como los de Venezuela y Nicaragua, lo que supone intercambios comerciales favorables o ayuda financiera de algún tipo. El hecho de que el ex canciller nicaragüense Miguel D´Escoto haya sido nombrado  representante de Libia en las Naciones Unidas revela la profundidad de dichas relaciones.  

Como podemos apreciar la política internacional de hoy tiene más que ver con  el Príncipe de Maquiavelo que con los descoloridos tratados de las academias de ciencias políticas.

Ahora es evidente que las declaraciones de Aznar han dejado en muy mal predicamento tanto a las potencias occidentales como al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ya que tanto España como Francia e Italia han hecho pingues negocios incluidas armas para el régimen de  Gadafi en ese entonces omitían las características dictatoriales de su interlocutor.

El derrumbe moral que se ha puesto en evidencia es casi total. ¿de qué derechos humanitarios hablan? la resolución de las Naciones Unidas en la cual se respaldan es totalmente ilegitima, los derechos de autodeterminación, el principio de no intervención ha sido cínicamente violados y los resultados hasta ahora son absolutamente inciertos y la intervención indebida se vuelve cada vez más descarada e hipócrita porque en realidad están interviniendo clandestinamente incluso antes de la resolución de las Naciones Unidas como lo puso en evidencia la captura de comandos ingleses previa a las acciones abiertas. Hoy están preparando militarmente y armando hasta los dientes a los opositores a Gadafi si  a esto se le llama intervención humanitaria, el sol gira en torno a la tierra. Atizar los fuegos de una cruenta y quizás larga guerra interna es lo más civilizatorio que pueden mostrar hoy día las potencias occidentales.

Aznar incluso advierte que es muy peligroso apoyar a gente que no se sabe que es, ya que la realidad de la compleja situación y correlación de fuerzas existente al interior de Libia se conecta además con una compleja rivalidad interétnica, que las potencias de la OTAN desconocen y no entienden, lo cual los está llevando a situaciones tan paradojales como actuar en el mismo sentido que lo hace Al Kaeda.

En cualquier caso dadas las circunstancias también regímenes como el de Venezuela  deberían mostrarse más prudentes frente a situaciones como estas, ya que es correcto condenar la horrible intervención imperialista, pero no es muy presentable apoyar a Gadafi.

- Leonardo Ogaz A. es docente universitario.