Economía y finanzas: a 150 años del nacimiento de Silvio Gesell

16/03/2012
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Un 17 de marzo como hoy, pero de 1862, 150 años atrás, en Saint Vidt, entonces una población de Alemania, hoy en Bélgica, nació uno de los más importantes economistas de la historia, el más estudiado por muchos, sobre todo en Europa, pero muy poco conocido en la Argentina, el país que lo acogió, donde desarrolló sus negocios y en el cual, a través de sus notables observaciones de la realidad llegó a desarrollar una interesante teoría sobre la política financiera. Se trató de Jean Silvio Gesell, el epónimo de un balneario de la costa atlántica bonaerense fundado por su hijo, Carlos Idaho Gesell.

“Creo que el porvenir aprenderá más de Gesell que de (Karl Heinrich) Marx”, fue el atrevido comentario de John Maynard Keynes al analizar el pensamiento del economista argentino a lo largo de varias páginas en su “Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero”. Keynes citó a varios autores en su conocido trabajo pero a ninguno le dedicó un apartado entero de su obra como en el caso de Gesell de quién tomó con mucho interés su propuesta del “dinero sellado”, similar, pero en sentido inverso, a la que unos 30 años atrás también propusiera el economista argentino Nicolás Argentato.

Sus ideas abarcaron diversos campos del conocimiento económico, como su planteo de que la globalización es una idea tan vieja como la formación de los grupos humanos ya que “El hombre civilizado odia las fronteras” de manera que “Quiere tener todo el globo a su disposición. La única frontera legal que el hombre reconoce, a pesar de lo que le fastidia, es la atmósfera que rodea a la tierra. Y también busca atravesar esa frontera inventando instrumentos que lo pongan en contacto con las estrellas”.  Una interesante reflexión de fines del Siglo XIX, en “La razón económica del desacuerdo chileno-argentino”.

Además se anticipó al bengalí Henry William Beveridge en el planteo sobre el llamado “estado de bienestar que impulsara éste luego de la II Guerra Mundial desde su cargo de decano de la Universidad de Oxford. Por ello, su primera obra de 1898, como partícipe de la crisis argentina de 1890, se denomina “Hacia la reforma monetaria como puente al estado de bienestar”, complementada luego por “La cuestión monetaria argentina”, mientras en el opúsculo antes citado recordó que “Los sabios del mundo opinan que el elemento más importante de cada civilización es el bienestar, que el bienestar de los hombres apacigua las voces, suaviza las costumbres, establece el amor a la libertad, lo convierte en defensor de la libertad de los demás y agudiza la sensación de justicia”.

Muchas de sus prevenciones fueron anticipatorias de las modernas crisis de los siglos XX y XXI, como la presente. Los suyos no eran tiempos de estanflación sino de la recesión y la inflación como fenómenos separados y por ello su idea de bajar el poder de compra del dinero, mediante el sellado, en circunstancias normales para equiparar su relación con el valor de los bienes representados a medida que éstos se van depreciando, como fórmula antiinflacionaria, y también la de impedir una apreciación de la moneda que provoque el desfase inverso, de ahí una advertencia para los que creen en la convertibilidad: “Cuando debemos esperar subsiguientes subas de dinero, la mejor forma de sacar ventaja de nuestro capital es mediante el cierre de fábricas, el envío de las máquinas al extranjero, despedir a los obreros, invertir todos los valores en dinero legal y hacer que este dinero suba”.

Lector del escocés Adam Smith, de Marx, de Henry George y del anarquista Pierre Joseph Proudhon, siguió escribiendo tras volver a Europa y en 1902 comenzó a publicar la revista “Reforma Monetaria, pero no quedó mucho tiempo allá y regresó a la Argentina para hacerse cargo del manejo de la firma comercial “Casa Gesell” que había fundado, y en 1906 dio a conocer su principal obra, “El orden económico natural” en el que señala el carácter público de las tierras. Su último trabajo fue gestado en Alemania, “El estado suprimido”, en 1927, ante el colapso de la República de Weimar y la necesidad de aplicar cambios profundos pero, antes, en 1919, durante la efímera vida de la República Soviética de Baviera hizo el intento de implementar sus ideas como responsable de la economía de la misma.

- Fernando Del Corro es Docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires y miembro del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego.

https://www.alainet.org/fr/node/156564
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