14N, día de la dignidad
08/11/2012
- Opinión
El 14N no es sólo una Jornada de Huelga General, es algo más. Es la primera Huelga General enmarcada dentro de un marco europeo, con una jornada de movilización general y con huelgas generales en otros países del sur, Grecia, Portugal, Italia y otros menores. Es una Jornada de rechazo a las políticas no austeras sino austericidas de la UE marcadas por el "diktat" de Merkel.
Es una jornada de solidaridad intereuropea, que es la primera respuesta a nivel del continente contra la supuesta "única política posible". Pero también es algo más.
Es sin duda una Huelga General, una jornada por la dignidad. Y no debe ser sólo una Huelga General de los trabajadores que han sido los más castigados: por la pérdida de puestos de trabajo e incremento del paro, por la reducción de su salario, tanto el actual como el diferido (pensiones), como el social (servicios sanitarios, educativos, sociales etc.). Es necesario que sea una Huelga Social contra esta política que perjudica a la gran mayoría, por los recortes sociales en el estado de bienestar a toda la ciudadanía, excepto a unos pocos privilegiados que ganan con ella, como porque esta política significa el suicidio de toda la sociedad.
No hay duda de que la política de recortes es una política ya experimentada y conocida y que sus resultados siempre han sido negativos. Lo fueron las políticas de austeridad llevadas a cabo por el FMI en América Latina, y en Europa lo tenemos claramente en el ejemplo de Grecia.
Recortes de derechos sociales, en sanidad, en educación, en servicios sociales, en servicios públicos, en definitiva de las bases del Estado del Bienestar. Incremento del paro, menos salario real, menos capacidad adquisitiva y por lo tanto menos capacidad de consumo, lo que conlleva menos producción, menos recaudación de impuestos, más deuda y más coste de ésta. Es el círculo demoníaco perfecto.
Y todo este castigo la ciudadanía tiene muy claro que no lo merece. No hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. En los años de la "burbuja" el crecimiento del beneficio empresarial subió exponencialmente, mientras que los salarios perdieron proporcionalmente poder adquisitivo. Por lo tanto no todos somos responsables, o al menos igual de responsables. Por eso es tan farisaica la demanda del Gobierno de Rajoy de que todos debemos aportar nuestro esfuerzo. Por que la realidad es que sólo se piden esfuerzos a la mayoría de la ciudadanía mientras se continúa beneficiándose al sector más rico y poderoso que no aporta nada en absoluto al sacrificio social.
Es por ello que habría que hablar de una convocatoria de Huelga Social, porque mucha más gente, no sólo los trabajadores que aún tienen trabajo, y por tanto con posibilidad de ejercer el derecho de hacer huelga, apoye la huelga. También los precarios a pesar de las dificultades derivadas de las amenazas de muchos empresarios, y los parados que no tienen capacidad de dejar de trabajar.
Pero es que también los pequeños y medianos empresarios o comerciantes son gente afectada por los recortes y por esta crisis. Porque su primer problema para tener futuro es la necesidad de una financiación que hoy no les llega o la tienen muy reducida por parte de las entidades financieras, unas de las principales responsables de esta crisis. Y porque, al margen de la falta de financiación, el incremento del paro, los recortes salariales suponen una fuerte reducción del consumo y por tanto de sus ventas de productos. Hay un ejemplo claro, si los empleados públicos no tienen paga de Navidad es evidente que por estas fechas habrá una bajada del gasto. Por lo tanto también ellos, si fueran conscientes deberían estar al lado de la Huelga General y convertirla en un día de cierre general. Esto ya ocurrió en Portugal donde trabajadores y empresarios rechazaron las políticas del gobierno y provocaron un gran paro.
Pero es que además los recortes nos afectan a todos. El Gobierno cediendo a las presiones de Bruselas quiere que la deuda privada, la de los bancos y las grandes empresas privadas, se convierta en deuda pública es decir de todos los ciudadanos del país. En los momentos de los grandes beneficios éstos eran privados, pero ahora las deudas privadas se quieren socializar y que las paguemos todos.
Es por ello que, a pesar del silencio de los grandes medios de comunicación públicos y privados en torno a la Huelga General y sus razones, cabe esperar una fuerte respuesta de los trabajadores y de la sociedad contra la tiranía de unas políticas antisociales y equivocadas, que se han demostrado inútiles y carentes de eficacia, y que sólo conllevan un sufrimiento cada vez más generalizado en la sociedad.
Hay que decidirse ya, el día 14N debe ser el día de la Dignidad del país y el rechazo a las políticas de rendición iniciadas por Zapatero y agravadas por Rajoy y con el avanzado Artur Mas que fue el primer alumno de Merkel en todo el Estado.
Es necesaria una respuesta de la dignidad en España y también en el conjunto de Europa. Hay que poner en cuestión unas políticas que sólo llevan sufrimiento sin que den la más mínima posibilidad de ilusionar en un futuro mejor.
Es una jornada de solidaridad intereuropea, que es la primera respuesta a nivel del continente contra la supuesta "única política posible". Pero también es algo más.
Es sin duda una Huelga General, una jornada por la dignidad. Y no debe ser sólo una Huelga General de los trabajadores que han sido los más castigados: por la pérdida de puestos de trabajo e incremento del paro, por la reducción de su salario, tanto el actual como el diferido (pensiones), como el social (servicios sanitarios, educativos, sociales etc.). Es necesario que sea una Huelga Social contra esta política que perjudica a la gran mayoría, por los recortes sociales en el estado de bienestar a toda la ciudadanía, excepto a unos pocos privilegiados que ganan con ella, como porque esta política significa el suicidio de toda la sociedad.
No hay duda de que la política de recortes es una política ya experimentada y conocida y que sus resultados siempre han sido negativos. Lo fueron las políticas de austeridad llevadas a cabo por el FMI en América Latina, y en Europa lo tenemos claramente en el ejemplo de Grecia.
Recortes de derechos sociales, en sanidad, en educación, en servicios sociales, en servicios públicos, en definitiva de las bases del Estado del Bienestar. Incremento del paro, menos salario real, menos capacidad adquisitiva y por lo tanto menos capacidad de consumo, lo que conlleva menos producción, menos recaudación de impuestos, más deuda y más coste de ésta. Es el círculo demoníaco perfecto.
Y todo este castigo la ciudadanía tiene muy claro que no lo merece. No hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. En los años de la "burbuja" el crecimiento del beneficio empresarial subió exponencialmente, mientras que los salarios perdieron proporcionalmente poder adquisitivo. Por lo tanto no todos somos responsables, o al menos igual de responsables. Por eso es tan farisaica la demanda del Gobierno de Rajoy de que todos debemos aportar nuestro esfuerzo. Por que la realidad es que sólo se piden esfuerzos a la mayoría de la ciudadanía mientras se continúa beneficiándose al sector más rico y poderoso que no aporta nada en absoluto al sacrificio social.
Es por ello que habría que hablar de una convocatoria de Huelga Social, porque mucha más gente, no sólo los trabajadores que aún tienen trabajo, y por tanto con posibilidad de ejercer el derecho de hacer huelga, apoye la huelga. También los precarios a pesar de las dificultades derivadas de las amenazas de muchos empresarios, y los parados que no tienen capacidad de dejar de trabajar.
Pero es que también los pequeños y medianos empresarios o comerciantes son gente afectada por los recortes y por esta crisis. Porque su primer problema para tener futuro es la necesidad de una financiación que hoy no les llega o la tienen muy reducida por parte de las entidades financieras, unas de las principales responsables de esta crisis. Y porque, al margen de la falta de financiación, el incremento del paro, los recortes salariales suponen una fuerte reducción del consumo y por tanto de sus ventas de productos. Hay un ejemplo claro, si los empleados públicos no tienen paga de Navidad es evidente que por estas fechas habrá una bajada del gasto. Por lo tanto también ellos, si fueran conscientes deberían estar al lado de la Huelga General y convertirla en un día de cierre general. Esto ya ocurrió en Portugal donde trabajadores y empresarios rechazaron las políticas del gobierno y provocaron un gran paro.
Pero es que además los recortes nos afectan a todos. El Gobierno cediendo a las presiones de Bruselas quiere que la deuda privada, la de los bancos y las grandes empresas privadas, se convierta en deuda pública es decir de todos los ciudadanos del país. En los momentos de los grandes beneficios éstos eran privados, pero ahora las deudas privadas se quieren socializar y que las paguemos todos.
Es por ello que, a pesar del silencio de los grandes medios de comunicación públicos y privados en torno a la Huelga General y sus razones, cabe esperar una fuerte respuesta de los trabajadores y de la sociedad contra la tiranía de unas políticas antisociales y equivocadas, que se han demostrado inútiles y carentes de eficacia, y que sólo conllevan un sufrimiento cada vez más generalizado en la sociedad.
Hay que decidirse ya, el día 14N debe ser el día de la Dignidad del país y el rechazo a las políticas de rendición iniciadas por Zapatero y agravadas por Rajoy y con el avanzado Artur Mas que fue el primer alumno de Merkel en todo el Estado.
Es necesaria una respuesta de la dignidad en España y también en el conjunto de Europa. Hay que poner en cuestión unas políticas que sólo llevan sufrimiento sin que den la más mínima posibilidad de ilusionar en un futuro mejor.
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