No hay inocencia entre los neoliberales

11/01/2013
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Falsedades, embustes, maquillajes de la cruda realidad, ocultaciones y camuflajes de la verdad bombardean con insistencia a la ciudadanía, simulando explicar la crisis. Son fieles al enunciado de Goebbels de que una mentira repetida se considera verdad. Y lo perpetra la minoría rica por medio de políticos, funcionarios internacionales, "expertos" a sueldo o medios a su servicio. El objetivo es convencer a la mayoría ciudadana de que no hay más camino que la austeridad, reducir el déficit público, apretarse el cinturón que ya vendrán tiempos mejores, afianzar el euro...

 
Destacan las falacias de que los mercados financieros (grandes especuladores) son necesarios y eficientes. Que favorecen el crecimiento económico. Que sus juicios sobre la solvencia de los estados son científicos y justos. Que las deudas públicas son desorbitadas por exceso de gasto social. Que es imprescindible reducir deudas públicas para que la economía funcione. Que lo peor para un país es no pagar su deuda. Que lo privado siempre es mejor que lo público. Que la ciudadanía ha vivido por encima de sus posibilidades y ahora ha de pagarlo con recortes. Que el Estado jamás ha de intervenir en economía porque es la ruina, además de ser pecado muy mortal. Que el despido barato ayuda a crear empleo. Que es poco realista e ineficaz subir los impuestos a los ricos. Que cuando los bancos están bien, fluye el crédito...
 
Es difícil mentir más o con mayor desfachatez. Lo que hay tras tales falacias son obscenos intereses de unos pocos y de quienes les sirven. Como ejemplo, el caso Díaz Ferrán, que fue presidente del empresariado español, es paradigma del capitalismo neoliberal.
 
Mientras Díaz Ferrán declaraba ante los medios que, ante la gravedad de la crisis no había otra salida que trabajar todos mucho más y cobrar menos, vendía o fingía vender empresas y filiales suyas por 2.907 euros a un empresario, Ángel de Cabo, su testaferro. Ventas simuladas para que el administrador judicial, que interviene en el inmenso crack de empresas de Díaz, no pudiera repartirlas entre sus acreedores. Por cierto, el juez ha dictado prisión preventiva para Gerardo Díaz Ferrán, acusado de los delitos de insolvencia punible, alzamiento de bienes y evasión de capitales.
 
Porque no hay inocentes entre los creyentes en el capitalismo neoliberal. Sí codiciosos, farfulleros, embaucadores, patrañeros y fulleros. Recuerdo un presunto empresario que editaba en Madrid revistas especializadas. Mientras negaba un contrato en forma y un salario más decente al empleado que le resolvía la mitad de su negocio, presumía del nuevo automóvil que le había costado un montón de dinero. Delatarlo no es académico, pero ¿cuánta vanidad, avidez, egoísmo, mezquindad más codicia pura y dura no hay tras las decisiones, medidas y tomas de postura neoliberales? Por ejemplo, ¿es casualidad o azar que los políticos profesionales más privatizadores del Reino de España hayan sido tan bien recompensados?
 
Rodrigo Rato, ministro de economía con Aznar, que privatizó la estatal compañía Telefónica de España, recién ha sido nombrado consejero asesor de la privada Telefónica. Felipe González, cuyo gobierno vendió todas las acciones de la estatal Enagas a la privada Gas Natural, hoy es asesor de esta empresa. José María Aznar ha sido fichado por Endesa, la empresa estatal que acabo de privatizar. Luis Croissier, ministro de Industria y Energía, reunió las empresas estatales petroleras en el Grupo Repsol, que privatizó un tiempo después. Croissier es hoy consejero de la empresa Repsol.
 
Red Eléctrica Española, empresa encargada del transporte de electricidad, se fundó en 1985, cuando Miguel Boyer era ministro de Economía. Boyer empezó a privatizarla en 1999 y es consejero de esa empresa desde hace años. Al menos una docena de ex-ministros han sido recompensados con cargos importantes en las principales empresas españolas.
 
Porque no hay candidez, desinterés, solidaridad ni altruismo entre los partidarios, defensores y perpetradores del capitalismo neoliberal. Por encima están los obscenos intereses de clase de la minoría rica y de sus cómplices, colaboradores y encubridores.
 
Xavier Caño Tamayo
Periodista y escritor
 
Twitter: @CCS_Solidarios
 
 
 
https://www.alainet.org/fr/node/163831

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