Avances en los diálogos con FARC
05/11/2014
- Opinión
Para comprender y consolidar apoyos a los caminos que nos conduzcan a la firma de los Acuerdos de Paz, que puedan poner fin al conflicto político, social y armado que sufre la sociedad colombiana, el Programa de Paz de la Universidad Pedagógica Nacional, ha ratificado su compromiso con la realización del Foro: “Avances en los diálogos con las Farc” que se vienen realizando en La Habana. Para el desarrollo de este foro, la Universidad invitó a dos destacados académicos, muy conocidos por la opinión pública nacional, quienes hicieron un seguimiento puntual del proceso, y brindaron sus reflexiones en una amplia mesa redonda con la comunidad universitaria. Ellos fueron el Ex Defensor Nacional de Pueblo, actual decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Los Libertadores Dr. Vólmar Pérez Ortiz y el director del Semanario VOZ, destacado intelectual y dirigente del Partido Comunista Colombiano, Dr. Carlos Lozano Guillen.
En el descrito escenario fueron discutidas premisas como: Se reconoce que el proceso de la Paz marcha por buen camino y cada día nuevos sectores poblacionales le expresan su apoyo y reconocimiento para que pueda superar los obstáculos que presentan procesos de negociación, desarrollados en medio de la guerra, así mismo la superación de las dificultades generadas por las fuerzas políticas opuestas que se conocen como el Movimiento Centro Democrático.
Se destaca la importancia de que el Estatuto de la Oposición sea sacado adelante, es la garantía sagrada que hace el Estado para proteger a quienes están levantando propuestas de transformación, que le permitirán a las nuevas fuerzas sociales y políticas la construcción de alternativas de participación de los amplios sectores poblaciones que exigen y requieren la construcción de políticas públicas para dar respuesta a la solución de los graves problemas que se viven en las áreas rurales y en los barrios marginales de las grandes ciudades.
La existencia del Estatuto de la Oposición debidamente estructurado debe garantizar la supervivencia de los líderes y lideresas que pasarán al escenario político como producto de los Acuerdos de Paz. Bajo ninguna circunstancia se puede repetir la alevosa y violenta agresión que se desató contra el movimiento político y legal, conocido como la Unión Patriótica. El gobierno del Presidente Santos, líder del esperanzador proceso, debe reestructurar un conjunto de mecanismos que conlleve a la ampliación de los espacios democráticos, para que los dirigentes agrarios, campesinos, indígenas y obreros no encuentren la muerte violenta en sus luchas, sino el espacio democrático propicio para continuar una lucha organizada por: el avance social, políticoeconómico, en síntesis el reconocimiento de sus derechos fundamentales.
Al viaje de una nutrida delegación de jefes guerrilleros a La Habana Cuba, el foro “Avances en los diálogos con las Farc”, le da una mirada diferente a la expuesta a la opinión pública por los medios de comunicación y por el Centro Democrático, observando por el contrario que es la demostración del compromiso real de las Farc con una salida negociada del conflicto armado. Es el mecanismo también político de alinear sus principales comandantes para asumir nuevas responsabilidades en este marco de los diálogos. Demuestra que, solo una organización que está seriamente comprometida con la Paz, orienta a parte tan substancial de su comandancia a ponerse al frente de los diálogos en el exterior, cientos de kilómetros de donde quedan sus bases armadas, en esperan de vitales acuerdos y transformaciones.
En el punto referido al tema agrario que es el eje central de discusión, el gobierno del Presidente Santos debe comenzar a dar pasos concretos y ciertos en muchos de los puntos acordados y aprobados con las Farc, dado que parte de los mismos ya están consagrados en las leyes y en la Constitución Colombiana, vemos que en este tema, la lucha fundamental de la insurgencia es lograr que el Estado le dé cumplimiento a la ley, y su implementación le permitirá superar las graves y deterioradas condiciones sociales del campo. No se puede quedar cruzado de brazos por lo que llaman la parálisis por “cambio paradigmático”. Debe orientar desde ya a su ministro de Agricultura para desarrollar una fuerte campaña de trabajo e inversiones en zonas agrarias que están pidiendo a gritos esta oportuna intervención. Zonas como El Catatumbo, la serranía de San Lucas, las regiones del Cauca, Nariño y Meta, entre otras, esperan desde ya el trabajo social que ha anunciado y que se pase pronto, de las palabras esperanzadoras a la acción concreta, en los planes de cultivos, apoyo a la comercialización de los productos campesinos, reformas de trabajo digno y decente, protección en salud y alimentación. Y lo fundamental la educación para que estas comunidades vean un signo de esperanza en el largo y oscuro túnel, donde lo han mantenido los intereses de latifundistas y capitalistas desalmados. El gobierno no se puede cruzar de brazos a esperar otro paro campesino. Ya se le hicieron demasiadas promesas y es el momento de hacerlas realidad.
Después del nutrido análisis que se dio en el Foro: “Avances en los diálogos con las Farc”, creo que lograr un Acuerdo de Paz en Colombia, es la oportunidad más grande presentada en muchas décadas, para que se haga realidad la revolución democrática abortada en distintos momentos históricos, entre ellos la Revolución Liberal de 1848 a 1885 que concedió la Libertad a los esclavos y que lideró e implantó importantes logros democráticos, cien años más tarde, como la emblemática “Revolución en Marcha” del Presidente Alfonso López Pumarejo que no le dejaron concluir, sin olvidar la abortada Reforma Agraria del Presidente Carlos Lleras Restrepo, tildada de bolchevique en su momento para no dejarla avanzar.
El proceso de implementación de los Acuerdos de Paz será el momento para construir una nueva cultura de unidad, reconciliación, respeto y perdón, por el oponente político, para que parte y contraparte de la contienda en superación permitan y construyan el espacio para el desarrollo de las ideas y concepciones, dentro de la escucha activa, que posibilitan la construcción de nuevas alternativas que haga realidad este sueño de una nueva nación incluyente, justa y ética que resuelvan las necesidades de los sectores más humildes que tanto sufren y esperan ser redimidos por el nuevo país que se construye.
Alonso Ojeda Awad
Ex embajador de Colombia.
Director del Programa Paz.Universidad Pedagogica Nacional
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