Vencer la epidemia de la desesperanza

02/03/2015
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Con fuerza crece la desesperanza en la sociedad venezolana. Diversos analistas políticos argumentan sobre la percepción actual del pueblo venezolano, en no confiar, ni valorar las perspectivas a futuro del buen vivir. Al parecer, algunos objetivos y metas sociales y económicas del proceso revolucionario, no se van a lograr y muchas de ellas se han desdibujado y no hay como valorar sus niveles de trascendencia.
 
Si bien es cierto, que por primera vez en la historia de Venezuela, vivimos un desmedido ataque político-económico-comunicacional-social de distintas dimensiones, expresado: en continuo golpe de estado; guerra económica; especulación en liberación de precios; carestías y desabastecimiento programado de todo tipo; colas por el consumismo injustificado; bachaqueo y matraca; nuevos conatos de warimbas; la burocracia-corrupción; el ausentismo e individualismo laboral; la displicencia; el negativismo-fatalismo exacerbado y falta de compromiso ego-ideológico, entre otros tantos. Son parte de la epidemia de la desesperanza que sectores sociales venezolanos están asumiendo. No negamos, es una situación social-política preocupante, que nos agobia y llena de incertidumbres. Lo que es diferente a instaurar la desesperanza y pretender doblegar nuestro proceso social de avance. La incertidumbre colabora con la inseguridad, confusión, el miedo y nos mueve hacia la duda por la esperada rendición. Por ejemplo: el magnicidio o renuncia del Presidente Maduro; el retorno y despliegue de los paramilitares colombianos y las fuerzas interventoras; la derrota del chavismo en las próximas elecciones para la asamblea; los nuevos actos de terrorismo y saboteo. Estos y otros desasosiegos de naturaleza social-política, son propios en las sociedades en transición. Las cuales progresivamente maduran y empiezan a conocer los distintos factores históricos de injerencias del imperialismo norteamericano y constituyen fundadas razones, para prepararnos, en saber defender nuestro pueblo y luchar por la vida de nuestros descendientes.
 
Los recientes reveces político-militar-diplomáticos, administrados y banalizados por la antipatriótica oposición venezolana, son también derrotas para el imperialismo norteamericano, quienes todavía les queda muy lejos; pretender “torcernos el brazo” (fundamentalista-esquizoide-argumento de Obama, Ver: http://www.aporrea.org/internacionales/a202840.html) y cegar nuestra auto-determinación como pueblo soberano. Ojo lo que no quiere decir que en ningún momento nos descuidemos y permitamos pasar al derrocamiento inmediato del Presidente Maduro. Se recomienda leer y debatir el trabajo de Julio Escalona; El golpe, las colas y las guerras imperiales en aporrea.org/imprime/a203493.
 
Nos parece, que los logros obtenidos por la unión cívico-militar en desmontar las temerarias acciones del golpe continuado; el warimbeo y haber resistido durante más de 15 años, todo el prontuario delictivo y conspirativo para generar la desestabilización social-política, deben ser motivos de confianza y arrojo, para continuar en la justa defensa de nuestro proceso revolucionario. Con todo ello y nuestras fallas, las omisiones; los costosos errores cometidos, los desaciertos; no pueden estar nunca por encima de la defensa de nuestra Madre Tierra. Nuestro Presidente Nicolás Maduro y la dirección cívico-militar merecen nuestros más sinceros votos de confianza, lealtad y disposición de ayuda tan pronto lo requieran.
 
Para muchos países del mundo, Venezuela viene dando acertados ejemplos en la defensa de su soberanía y pueblo. Allí están las distintas muestras de solidaridad y apoyo por la comunidad internacional que nuestro pueblo ha recibido. Estos y con los tantos logros que nuestra revolución ha obtenido y el arduo trabajo por la consolidación del Plan Patria; son otras fuentes de recompensas para elevar nuestras esperanzas; de nuevas motivaciones por encontrar los variados empujes y poder esforzarnos más con nuestros trabajos y metas-autoexigidas en el accionar social y laboral diario.
 
Hace 9 años el Comandante Supremo en Ciudad Guayana se lo exigía a los trabajadores de la zona del hierro, decía: “Permítanme compañeros y compañeras reflexionar sobre este punto lo siguiente: la construcción del socialismo es para nosotros la razón de vida. Pero hay que decir que ni siquiera eso queda allí, no se trata sólo, ya hoy de un impulso político, moral y ético e ideológico; se trata mucho más que eso, de salvar la vida en este planeta, porque el modelo desarrollista, el modelo capitalista, el modelo consumista que desde el norte se ha impuesto al mundo, está acabando con el planeta tierra”. 
 
Esta sabia reflexión-legado, nos dan aún más esperanzas, en reafirmar nuestras condiciones por el compromiso eco-ético-político y defender sin excepción, todos los logros sociales-políticos de nuestro proceso revolucionario. Los cuales estamos seguros, constituyen otras de nuestras razones de vida, para la construcción y consolidación definitiva de nuestra sociedad eco socialista.
 
 
https://www.alainet.org/fr/node/167926?language=es
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