La Red de Intelectuales: historia y verdad

27/05/2015
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
REDH redh
-A +A

Trincheras de ideas valen más de trincheras de piedras

José Martí. Nuestra América.

 

La Red de Intelectuales nace impregnada de las luchas anti-imperialistas que se sucedieron en el mundo luego de las invasiones estadounidenses en Afganistán (2001) e Iraq (2003), como una voz de protesta y denuncia ante la intención de Bush hijo de invadir a Cuba y acabar con su revolución, impulsando una línea de acción que buscaba el despertar de las conciencias del mundo ante los atropellos estadounidenses. Así, las palabras de Pablo González Casanova leídas en la Plaza de la Revolución el 1 de Mayo de 2003, reafirmaron la visión originaria de la Red: “Nosotros sólo poseemos nuestra autoridad moral y desde ella hacemos un llamado a la conciencia del mundo para evitar un nuevo atropello a los principios que nos rigen”.

 

Igualmente, es de gran relevancia la intervención del, para entonces, Sub-Comandante Marcos en Octubre de 2003, cuando hizo un llamado para: “que la pluma sea también una espada, y que su filo corte el oscuro muro por el que habrá de colarse el mañana”. Desde el inicio, se establece la intención declarada de hacer frente al imperialismo en el terreno de la batalla de las ideas, para descolonizar las conciencias y utilizar el lenguaje como arma de lucha por la liberación.

 

Los comandantes Fidel Castro Ruz y Hugo Chávez Frías vieron la importancia estratégica que a nivel internacional tenía y aún tiene una organización como la Red Intelectuales -apenas naciente en aquel 2003- para la defensa de los procesos revolucionarios de Nuestra América, y decidieron apostar por su consolidación reuniendo en el 2004, en Caracas, a más de 500 pensadores y pensadoras para formar una red de redes en defensa de la humanidad. En aquella oportunidad, el Comandante Chávez hizo un llamado para emprender una ofensiva intelectual en defensa de los más altos valores Humanos, en defensa de la oprimidos. No por casualidad, fue en ese evento cuando nuestro Chávez se atreve a enunciar la necesidad de rescatar el legado del socialismo.

 

Hacer un colectivo de intelectuales orgánicos (no un intelectual colectivo, sin forma ni personalidad) fue una de las ideas clave impulsada por Fidel y Chávez. Así, desde su mismo origen, la Red buscó agrupar aquellos/as pensadores y pensadoras que, haciendo vida en partidos políticos, academias, movimientos de base, comunidades o espacios de gobierno, se dedicaban a ejercitar el pensamiento crítico y aportar desde su praxis de transformación el insumo teórico necesario para avanzar en la construcción de otro mundo posible.

 

Igualmente, desde sus comienzos, la Red colocó en discusión la importancia del pensamiento crítico y de las y los intelectuales orgánicos (es decir, militantes) para la transformación social y la construcción de un mundo más justo para todos y todas. Por ello, no son nuevos los argumentos y las posturas reduccionistas que imputan ésta importancia y pretenden menospreciar el trabajo intelectual. Las posturas anti-intelectuales no son para nada ingenuas y tienen una consecuencia política muy clara y de largo alcance: despojar a los pueblos de su capacidad para construir un horizonte alternativo de pensamiento contrahegemónico al sistema capitalista. En otros términos, buscan impedir el despertar de las conciencias, para que ellas no logren unificarse en un bloque de poder para la transformación.

 

Esto lo vio muy claro el Comandante Chávez cuando, en la entrega de la primera edición del Premio Libertador al Pensamiento Crítico en 2006, reafirmaba que la importancia del pensamiento crítico radica en que permite la construcción de una conciencia crítica para comprender la realidad de forma integral, y de una voluntad crítica como motor necesario para transformar dicha realidad de opresión hacia una realidad más justa para todos y todas.

 

Esta comprensión de la necesidad del pensamiento contrahegemónico, orgánico, que nace al calor de las luchas populares, lo llevó a reunir en 2009 a un grupo de pensadores y pensadoras de Nuestra América y el mundo, tales como Enrique Dussel, Ana Esther Ceceña, István Mészáros, Luis Britto García, Franz Hinkelammert, Theotonio dos Santos, entre muchos otros, para que conformaran un tanque de pensamiento de apoyo directo a la Revolución Bolivariana. La reunión dio sus frutos y se recogió un documento con análisis y propuestas concretas que fue entregado personalmente y por su misma solicitud al comandante Chávez.

 

Pero además, nuestro Comandante no dejó de asistir y participar de manera abierta, reflexiva, propositiva en varios de los encuentros internacionales organizados por la Red -lo propio hizo el Comandante Fidel Castro-, en los escuchaba con atención, aportaba y se nutría de las ideas para su praxis política. Comprendió que el pensamiento puede ser instrumento para la dominación o para la liberación, y que los pensadores y las pensadoras, que vienen del pueblo y se forjaron en sus luchas, tienen su rol en el campo de batalla para la construcción del Socialismo Bolivariano.

 

Como muestra de intelectual orgánico podríamos mencionar ejemplos históricos como los de Antonio Garamci, filósofo italiano encarcelado por el fascismo, o Miguel Hernández poeta español encarcelado por la dictadura franquista, personas cuyas obras intelectuales significaban un peligro para el sostenimiento de los respectivos regímenes de dominación contra los cuales lucharon; y significaban un peligro por las consecuencias prácticas que tenían sus ideas plasmadas en papel y tinta. Monseñor Romero, obispo del Salvador, asesinado durante una homilía en la que reflexionaba sobra la situación política de su país es otro ejemplo de intelectual orgánico comprometido con las causas populares y justas de la humanidad, y quien hizo de su pensamiento un arma para alimentar y despertar conciencias. Pablo Neruda, Roque Dalton, y más atrás, Simón Rodríguez, entre tantos, son claros ejemplos de pensadores que dieron su vida y sus ideas por la liberación de los pueblos.

 

No se puede desconocer esta historia si se quiere hacer un trabajo intelectual políticamente claro, con objetivos precisos que aporte cualitativamente a la construcción del Socialismo Bolivariano. Desconocer diez años de colaboración entre Cuba y Venezuela, eje dinámico de la Red, desconocer su historia, los objetivos que se planteó en su consolidación, su papel geoestratégico a nivel internacional, la dimensión de transformación de las conciencias que significa su actividad, implica destruir y obviar el legado de nuestro Comandante Chávez. Él, siempre nos advirtió contra esa manera “adeca” de hacer política, que obvia la historia de las luchas anteriores, olvida lo ya alcanzado, y pretende ser la “novedad” con la puesta en escena de los medios de comunicación, y sin resultados claros, más allá de la revuelta y la bulla en un momento dado.

 

Atendamos a su legado, tenemos 15 años haciendo la Revolución Bolivariana y construyendo la democracia protagónica y revolucionaria, y desde el 2006, con carácter socialista, nuestro Socialismo del siglo XXI, he ahí la ruta marcada por nuestro comandante Chávez, que no puede ser obviada ni dejada de lado por protagonismos personales.

 

Un proceso revolucionario que se ha propuesto la construcción de una sociedad socialista no puede permitir que el proceso de transición esté marcado de fisuras y grietas que puedan horadar, desde el comienzo, las bases de la sociedad nueva. Como postulará nuestro Che Guevara, conciencia más productividad es igual a socialismo; y en la transformación de las conciencias, como nunca dejó de señalar nuestro Comandante Chávez, el pensamiento crítico y los y las intelectuales orgánicos/as son fundamentales.

http://cubaendefensadelahumanidad.blogspot.com/

https://www.alainet.org/fr/node/169914?language=es
S'abonner à America Latina en Movimiento - RSS