Ni una menos desde sala de 4
- Opinión
Palabras de cierre de Jornadas federales “Violencia contra las mujeres; la escuela como escenario de protección de derechos” organizado por el Ministerio de Educación de la Nación el 25 y 26 de Junio de 2015
Hablar de la violencia contra las mujeres, con la escuela como escenario del cuidado y ejercicio del derecho no tiene nada de oportunismo. Es importante decirlo en tiempos electorales, y en los que aparecen algunos/as levantando el cartel de #NiUnaMenos para hacer ruido en Facebook y listo. De igual modo eso es importante, no es menor, pero fundamentalmente la situación real comienza y se define una vez que uno bajó el cartel y empieza a andar o sigue con lo que venía haciendo. Por lo tanto, lo nuestro no es oportunismo sino profundo sentido de la oportunidad pedagógica, que es distinto, y es reafirmación de años de luchas, de militancia, pero también de políticas públicas que tienen 12 años de ejercicio, con mucha historia, también desapariciones y muertes.
Mujeres jóvenes, mujeres adultas, mujeres mayores, mujeres de la ciudad, mujeres de las zonas rurales son expresión de una síntesis de lucha intergeneracional, de enormes batallas por los derechos humanos y los más vulnerados. Muchas han sido víctimas de la última dictadura, de distintas maneras. Siendo arrasadas en su identidad, en su libertad siendo robadas por asesinos y dictadores de la última siniestra oscuridad que tuvo nuestra Patria; recuperando su identidad y desde el ejercicio del rol de funcionarias, docentes, profesionales, madres reponiendo vida y proyectos de justicia social donde hubo robo, desaparición y muerte. En este sentido, permítanme rescatar la idea de oportunidad y no de oportunismo.
Como Ministerio de Educación tenemos la responsabilidad de desarrollar políticas activas y universales. Por eso que Educación Sexual Integral (E.S.I.) está o debe estar en la puerta de cada escuela, en la biblioteca y en las aulas con docentes, pibes y directores. Lo estamos haciendo en casi todas las provincias argentinas con un efecto multiplicador, que no se logra con un cambio de un día para otro porque modificar formas de ver, estar y vincularse con las o los demás está ligado a los comportamientos sociales y pertenecen al campo de la cultura, y por tanto son más lentos de los esperado o deseado. Y además, se trata de un trabajo contracultural, a contramano del sentido común que como el caballo con el palenque, suele tirar para atrás, traccionar al pasado, para que las cosas sean como venían siendo. Y esta, como muchas políticas de este gobierno nacional, van en contra del status quo y por eso hay corporaciones que están asustadas, porque hay políticas que marcan definitivamente que hay prioridad de derecho de los que estuvieron humillados y postergados por decenas de años y eso afecta intereses, reales, y simbólicos.
Y en lo que tiene que ver con Educación Sexual Integral, estamos desarrollando capacitaciones en el marco del Plan Nacional de Formación Permanente (PNFP), con directivos y docentes de todos los niveles y una distribución masiva de cuadernillos de ESI. Una política activa que tiene como sujeto protagonista a cada escuela, a cada docente, que no es otra cosa que reponer el derecho de cada pibe y cada piba de nuestro querido país a acceder a información significativa psicológica, pedagógica y científicamente validadas en torno a la propia construcción de su sexualidad. Acá hay un Estado que le dice a los más jóvenes, la escuela secundaria es tu derecho, y apropiarte de ella, de la ESI es practicarlo como ciudadano, asumiendo responsabilidades. Aca hay un Estado que protege y acompaña tu elección respecto a quién querés amar, a quien elegís como pareja.
Nuestra responsabilidad como Ministerio es dar la visibilidad a las escuelas para que podamos mostrar las valiosas experiencias que están ocurriendo en cada uno de los niveles (Inicial, Primario y secundario) y en cualquiera de las modalidades de las escuelas e Institutos de Formación Docente del país. Y eso es lo que hemos compartidos estos dos días de intenso intercambio.
Hemos aprendido que #NiUnaMenos no es solo portación de cartel sino convicción de generar diálogo donde se hace costumbre el silencio, de animarse a transitar los temores y contradicciones que irrumpen al poner de manifiesto estos temas y problemas, del mismo modo que asumimos desde las políticas públicas de este ministerio el hacer memoria, pero no de memoria sino con la memoria, que es hacerla con los otros, en cada encuentro, dando y tomando la palabra, marcando distancia con aquella escuela, en la que varios/as fuimos educados, esa escuela del "silencio es salud" que estamos y seguiremos modificando.
Quiero recordar las palabras de un grande como Eduardo Galeano, que además de hacernos latir al ritmo de Las venas abiertas de América Latina siempre nos enseña y lo sigue haciendo aunque ya no esté. Nombrarlo es invitarlo, es honrar su presencia… El dice: “Al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre no es otra cosa que el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo”. Me parece que la escuela es un escenario único para tomar conciencia del territorio tan delicado, sensible y subjetivamente trascendente que tenemos delante para construir una ciudadanía más democrática. La escuela es un lugar donde se produce aquello que Rossana Reguillo llama la construcción social del miedo[1]. La escuela es un escenario clave para reponer la palabra donde impera la violencia o el silencio, para hacer visible aquello que se oculta, para asumir, expresar y deconstruir los miedos, para empoderar a los pibes y pibas desde muy chiquitos.
Elegí tres imágenes para concluir, de modo tal que puedan ser un aporte para abrir preguntas y conversaciones, unas notas para planificar alguna actividad en la escuela en torno a la igualdad de género, en sintonía con una posición ética y de responsabilidad pedagógica entre docentes y ante los más pequeños. Las formulo en tres tiempos, para el nivel inicial, primario y secundario.
“Tu pata yo vi muy lejos de aquí”
En la primer escena, respecto a nivel inicial, (pudo haber sido de un papa con su hija de 3 o 4 años, o también de un/a docente planificando un espacio de trabajo con su sala) está Lucia, la seño de sala de 4 buscando algunas canciones para compartir con sus alumnos/as. Primero buscó aquellas hermosas canciones de María Elena Walsh. No hace falta decir que María Elena Walsh con su historia de vida y su fascinante producción artística es una defensora de los derechos de las mujeres y de la libertad e igualdad de género. Pero esta maestra decidió buscar a alguien “más popular”, (ella pensó en el criterio de masividad, cosa que suele suceder en las búsquedas en la web) entonces puso “canciones infantiles” y apareció un sitio con 59.345.941 millones de “me gusta” y entonces al verlo se detuvo en un fragmento, donde aparece la imagen de un pato y un patito y la canción dice “tu pata yo vi muy lejos de aquí”.[2] Es muy clarificador apreciar cómo se puede abonar a configurar la relación de propiedad respecto del otro en los pibes más chicos y a través de una canción. Advertir esto, poner pausa y poder conversarlo, primero entre adultos y luego con chicos y chicas es una gran oportunidad pedagógica. Es una manera de entender cómo se construye la subjetividad en términos de género y fundamentalmente cómo se construye la dominación masculina como asunto natural y habitual dejando de ser interpelado, y, más preocupante aún, como esa operación se transforma en algo “normal”, de la vida e intercambios cotidianos. Es interesante ver cómo los pibes incorporan que la pata es del pato y no de ella misma. Allí puede, ponerse en cuestión y condenar la relación de propiedad de una mujer respecto del hombre.
Nosotros somos un ministerio que piensa que no se construye ciudadanía cuando se sale de la escuela, se construye ciudadanía estando en la escuela. Qué mejor ejemplo de construcción de ciudadanía que la maestra pueda interrogar lo que en apariencia se va tornando natural… entonces poder decir, “chicos, es tu pata o la pata es de ella misma? igual que el pato es de si mismo e incluso los patitos son de ellos mismos, aunque los cuiden sus papás y mamás patos/as".
“Segunda mamá?”
En la segunda escena permítanme cuestionar el sentido común escolar y social a partir de la expresión “la maestra es la segunda mamá”. Como primera sensación, nos atrapa su contenido afectivo, pero cuidado, porque hablar de la maestra como segunda mamá es también subordinar el rol de la maestra (bien sabemos que esta profesión es eminentemente femenina) al de una mamá, o sea como una continuidad de la maternidad, despojándola de su condición profesional como docente y en ese deslizamiento semántico, tan incorporado, queda en desventaja y/o subordinada al hombre en términos laborales, sociales y como construcción de autoridad pedagógica. Sería interesante poder plantear que en vez de la segunda mamá, es la o el primer/a adulto/a por fuera de la familia ante quien los pibes y pibas se pueden constituir como ciudadanos. Es por eso que disputar al sentido común no es otra cosa que luchar contra los valores instituidos como únicos e “inquebrantables” que hacen huella. Es librar batalla contra los valores patriarcales de nuestra modernidad pero también contra los efectos de su eficaz mercantilización, producto de la oleada neoliberal. Se trata de disputas simbólicas, de revisar nuestras representaciones como ejercicio de reflexión colectiva, entre docentes, con los y las estudiantes para hacer de la escuela una posibilidad de emancipación, en la medida que asumimos que la escuela siempre está en la encrucijada entre el cambio y la permanencia y eso nos desafía a tomar posición.
“Noviazgos violentos”
En la tercera escena, elijo un pasaje de la hermosa película paraguaya “7 cajas”, que forma parte del Archivo Fílmico Pedagógico “Jóvenes y Escuelas” que está empezando a arribar a todas las escuelas secundarias de gestión estatal y a los institutos de formación docentes públicos y privados del país. El filme nos muestra en un momento dado una persecución en un mercado de Asunción en donde un chico que está con una chica, (especie de amigovios), se está ocultando de alguien y en un momento le tira un manotazo a ella. Puede pasar desapercibido o naturalizarse como algo “que suele ocurrir en circunstancias como estas porque es “natural”, porque en una situación de tensión, para decir “basta” se omite la palabra e irrumpe la fuerza del cuerpo. En el segundo cuadernillo de ESI para la secundaria, se plantea el problema de los noviazgos violentos. Escenas como esta nos permite accionar una pausa para que podamos intentar que algunas cosas que son habituales dejen de serlo y las podamos interrogar. Me parece importante decir que esa escena de 7 cajas es una ocasión para interrogar lo habitual, pero también para decir, y cito a la coordinadora del Programa de ESI, Mirta Marina, cuando ayer en la apertura sostenía que “feminista no es lo contrario a machista”. La escuela es un ámbito propicio para construir nuevas masculinidades, para explicar que lo masculino no se reconoce ni identifica como lo contrario a lo femenino, sino que existen muchísimas maneras de ser hombre y que un pibe acaricie a otro pibe porque lo está cuidando o conteniendo es una actitud de afecto y fortaleza como pocos y no de que está amariconándose, además de connotar esta apreciación a la homosexualidad como una anormalidad, sellando el estigma y la discriminación.
Es necesario encarar el trabajo pedagógico en las escuelas convencidos que lo masculino no se define por oposición a lo femenino sino que tiene sus propias lógicas de construcción y hay muchas maneras de ser hombre como de ser mujer, hay que animarse a que los juguetes, los juegos, así como las preferencias por unas u otras disciplinas escolares no están marcadas de antemano y para siempre en términos de género. Que un chiquito pueda jugar con una muñeca y su compañera manejar el camión, que una niña sienta que el ajedrez es cosa de ella y su compañero se le anime a una coreo, que una adolescente no dimita de antemano porque la física es para ellos y que un joven empuñe una poesía como un acto de valentía son parte del necesario desafío de transformar la incomodidad en oportunidad pedagógica.
La mejor escuela es aquella que incomoda a directivos, docentes y estudiantes, porque es ingrediente necesario para que se confirme nuestra elección por el cambio no la permanencia, y la confianza y convicción de que mañana es mejor.
- Gabriel Brener es prof. de Enseñanza Primaria (Normal Nº 4) Lic. En Cs. Educación (UBA), Argentina. Especialista en gestión y Conducción del Sistema educativo y sus instituciones ( FLACSO). Subsecretario de Equidad y Calidad Educativa del Ministerio de Educación de la Nación. Autor de “Periodismo Pedagógico, de escuelas, violencias, medios y vínculos entre generaciones” Editorial Mandioca. 2014 Bs. As.
[1] Antropóloga mexicana que ha desarrollado una valiosa producción académica en torno a los jóvenes en la región, especialmente vinculados a visibilizar y defender a las y los jóvenes más postergados en México y Latinoamérica y que hoy es amenazada por los carteles de la droga en connivencia con otros poderes
[2] Sugiero ver y detenerse en minuto 7:28 https://www.youtube.com/watch?v=ExaWNagWYBI
Del mismo autor
- La ESI como pedagogía del cuidado 17/09/2021
- Padres Nuestros que abrís las escuelas 25/05/2021
- Tan distanciado entre sí, tan solo… 06/05/2021
- Transformar la hostilidad en hospitalidad 31/03/2021
- Ahora la virtualidad pasa a ser excepción y la presencialidad es regla 25/01/2021
- Pandemia y educación 13/01/2021
- Continuidad pedagógica o pedagogía de la continuidad 13/04/2020
- ¿Vencedores vencidos? 27/01/2020
- Cámara Gesell 21/01/2020
- La autoridad pedagógica de la omnipotencia a la impotencia 12/09/2019
Mujeres
- Paola Ricaurte 10/03/2022
- Giorgio Trucchi 03/03/2022
- Diana Carolina Alfonso, Mónica Miranda 22/02/2022
- Miguel Pinto Parabá 26/01/2022
- Jo-Marie Burt, Paulo Estrada 12/01/2022