China, el músculo militar
- Opinión
*Desfile conmemorativo del fin de la 2ª Guerra Mundial
*El país asiático mostró fortaleza armamentística propia
*A partir de ya, EUA le medirá a su geopolítica antichina
Por primera vez en 70 años, el dragón de oriente mostró parte de lo que tiene. Hablando de la fecha, China al fin se atrevió a exhibir en un desfile militar, festivo con motivo del término de la Segunda Guerra Mundial y la guerra de resistencia contra la invasión japonesa (de ocho años: 1937-1945), material bélico de alta tecnología, como misiles balísticos de corto, de alcance medio; el misil intercontinental (DF-31A) y la ojiva nuclear del misil balístico intercontinental (DF-5B), el arma más poderosa china.
Expresión de fuerza. Reservada como lo había asumido hasta la fecha, aún y cuando a nivel global se sabe que China tiene el tercer ejército más grande del mundo —solo por debajo de Estados Unidos de América (EUA) y de Rusia—, finalmente sacó a la luz pública y bajo un sol radiante a la histórica (de triste memoria como en México la de las Tres Culturas) Plaza de Tiananmen en Pekín, algo de lo que tiene: hasta 12,000 militares en 10 grupos de desfile, incluidos módulos de ataque terrestre, de defensa aérea y antimisiles o fuerzas aéreas. Más de 500 piezas de maquinaria y artillería de un total de 40 tipos y cerca de 200 aparatos aéreos de 20 módulos distintos, etcétera.
Con invitación extensiva a los países de Occidente—no podría ser de otra manera, por parte del presidente chino Xi Jinping—, acudieron solo algunos presidentes como Vladimir Putin de Rusia y Nicolás Maduro de Venezuela, y fuerzas militares de países como Cuba, Afganistán, Rusia, México, Camboya, Egipto, Kirguistán, Kazajistán, Tayikistán, Serbia, Pakistán, Fiyi, Bielorrusia, Mongolia, Laos, Venezuela y Vanuatu, todos desfilando. De nuestro país fueron invitados por el gobierno chino, la Armada de México y el Ejército Mexicano como participantes, y acudieron 23 cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar, 69 cadetes del Colegio Militar y del Aire.
Festivo por donde se le vea, el desfile de la potencia de Oriente. El tigre asiático que así recuerda a sus 14 millones de compatriotas suyos caídos durante la invasión del otrora imperio japonés, una batalla que llegó hasta las entrañas del territorio chino y se empalmó con la Segunda Guerra Mundial del siglo XX. Trascedente porque desde Occidente, especialmente desde los EUA, se ha construido una historia tan patrañera como plagada de mentiras por su aparato ideológico engañabobos que ha sido Hollywood, con su elevada producción de películas y documentales siniestros, para hacer creer al mundo que la historia ha sido como lo revelan los falsos guionistas que la escriben y llevan a las pantallas (“El día D”, que recreó la llegada de los victoriosos aliados en contra de los nazis que habían invadido Francia, y llegaron a salvar al mundo; “Rescatando al soldado Bryan”, y recientemente “Rambo” que arrasó contra todos los “malos” en Afganistán, etcétera.
Putin habría dicho dos días antes en entrevista sobre este punto que: “Hoy en día, tanto en Europa como en Asia, estamos presenciando intentos de falsificar la historia de la Segunda Guerra Mundial, de promover interpretaciones de los acontecimientos libres, tergiversados y no basadas en los hechos, especialmente de los eventos anteriores y posteriores a la guerra. Las acciones de algunos países de atribuir un carácter histórico a los criminales [nazis] y sus cómplices y de rehabilitarlos constituyen una violación desafiante de las decisiones de los tribunales de Nüremberg y de Tokio. Esto solo se puede calificar de insulto a la memoria de millones de víctimas. Y el propósito de estas especulaciones históricas es muy claro: utilizarlas en juegos geopolíticos dudosos y enemistar a los países y los pueblos”.
Luego entonces, por esta línea de interpretación de la propia festividad china de ayer, es que se encuentra oculto el sentido de tal muestra de fortaleza. El mensaje está dirigido a Occidente. Por lo mismo pocos países respondieron a la invitación de Xi al desfile, porque se saben aludidos o acosados —cuando no humillados—. El sentido es que China, en su asociación estratégica con Rusia en la región de Asia, que repercute en el Pacífico, le está dando la vuelta a la tradicional política belicista gringa en la región. Sin que la muestra del músculo militar represente una amenaza, por ejemplo, para el Japón (rencores aparte).
En lo sucesivo, ahora que el dragón dio la sorpresa del fuego escondido durante décadas, la muestra servirá de contención al principal rival occidental, revoltoso que pretende seguir son sus políticas de hegemonía militar por todos los rincones del planeta azuzando al estilo de la guerra fría, región de Asia Pacífico incluida.
Resonarán a partir de este desfile, históricamente muy justificado, entonces sí las palabras del presidente chino Xi Jinping en los oídos de estadounidenses como el presidente Barack Obama o su secretario de Estado John Kerry —verbigracia—, cuando les dijo a mediados del 2014 que “una confrontación entre China y Estados Unidos sería una catástrofe para los dos países”. Con una diferencia, que los EUA —salvo la invasión militar de Francisco Villa en Columbus, marzo de 1916, en plena Revolución Mexicana— no han sentido la guerra en territorio propio. Y el ataque a Pearl Harbor en 1941 por los nipones no fue propiamente suelo habitable sino base miliar, como sí lo fue la invasión alemana a toda Europa y a la misma URSS por los nazis.
El caso es que Jinping al realizarse la sexta ronda del diálogo estratégico y económico entre China y EUA, al más alto nivel en julio de 2014, también decía “no hay que temer los problemas en las relaciones entre China y EE.UU. siempre y cuando ambas partes trabajen para superarlos…La construcción de las relaciones entre China y Estados Unidos como un nuevo modelo de relaciones entre grandes potencias no tiene precedentes en la historia. No hay una experiencia que podamos utilizar, dijo.
De Obama, a China no le cuadró la estrategia del G-2, donde las dos grandes potencias tendrían la responsabilidad del mundo porque habría más experiencias desagradables “como la depreciación del yuan”, pero en el fondo para los chinos sería caer bajo la subordinación de EUA. Una jugada que no le salió a Obama, y a partir de ahora sus estrategas le medirán todavía, con el revolvedero de las aguas en el mar de la China meridional para buscar pleitos y militarmente provocarla. Eso se acabó en lo adelante. En prospectiva lo veremos. ¡Que para algo tendría que servir el desfile!
No únicamente como lo refería Jinping el año pasado, también el experto del Centro de Inteligencia Nacional de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Lee Fuell, que China puede resistir cualquier ataque de EEUU. Y en caso de una acción militar, China podría desplegar aviones de combate, misiles balísticos y portaaviones. Eso es una realidad.
En fin, que si en la economía mundial China está debilitada ahora es por la desaceleración occidental, y la devaluación de su moneda es medida preventiva, de fragilidad más no de hundimiento como sí le puede ocurrir al dólar. A partir de ahora, conclusión, China le bajó los humos a EUA. Eso es de ya.
- Salvador González Briceño. sgonzalez@reportemexico.com.mx. Twitter: @sal_briceo
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