El año que está terminando en lo político nacional tiene los siguientes aspectos relevantes, los avances sustanciales obtenidos en la vía de la terminación del conflicto armado interno, de una parte, y de otra, en la recomposición política que se derivó de las elecciones regionales y locales, el mecanismo fundamental a través del cual los ciudadanos se expresan en una democracia –los sondeos de opinión o encuestas sólo son referencias coyunturales, pero los ciudadanos hablan es con votos-.

Las conversaciones entre Gobierno y FARC avanzaron de manera sustancial en este año; claro no en línea recta, sino como son este tipo de procesos, con subidas y bajadas, pero siempre adelante y mostrando la fortaleza que ha conseguido, justamente para superar situaciones críticas. Hubo acuerdos parciales importantes como el del inicio del desminado humanitario conjunto, Gobierno y FARC, lo cual no sólo alivia situaciones muy difíciles para la población campesina que vive en zonas de conflicto armado, sino que contribuye a crear un ambiente de cooperación entre los anteriores adversarios de la confrontación, paso previo a procesos de reconciliación y la consolidación de la tregua unilateral de la FARC acompañada de medidas de reciprocidad por parte del Gobierno, que han llevado la violencia asociada al conflicto a los niveles más bajos de los últimos tiempos.. El gran salto lo vivimos a mediados de  diciembre cuando en ceremonia especial se anunció el acuerdo sobre el punto de Víctimas, que incluye lo siguiente: 1) Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, 2) Unidad especial para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado, 3) Jurisdicción Especial para la Paz, 4) Medidas de reparación integral para la construcción de la paz, 5) Garantías de No Repetición. Queda pendiente el punto de ‘Terminación del conflicto’ con todos sus subtemas, pero no hay duda que este proceso entró en el tramo final.

Los acercamientos preliminares entre Gobierno y ELN que tienen varios meses, al parecer llegaron ya al cierre en lo relacionado con la agenda y los procedimientos, pero todo indica que restan algunos aspectos que no han permitido que las dos partes hayan podido anunciarle al país que están listos para iniciar una Mesa formal y pública de conversaciones. La inquietud al respecto gira alrededor de dos asuntos: 1) que un cierre del conflicto sin que el ELN esté involucrado, sigue siendo un cierre parcial y limitado, 2) los tiempos de las conversaciones, pues si bien ya el Gobierno y las FARC entraron a la fase final parar llegar a los acuerdos que pongan fin al conflicto, con el ELN las cosas no se inician todavía formalmente, lo cual inevitablemente genera unos desbalances temporales que no favorecen al objetivo nacional de la terminación del conflicto armado.

Las elecciones regionales y locales, además de elegir nuevos gobernadores y alcaldes, mostraron varios hechos: 1) un triunfo electoral de la coalición de gobierno –los ganadores fueron los Partidos Liberal, Cambio Radical y de la U-, con lo cual se ratifica el apoyo político al gobierno; 2) la oposición de derecha, expresada en el Centro Democrático, mostró su real peso político, el de una minoría, importante, pero una minoría, pese a que a veces la sobredimensionan los medios de comunicación; 3) la oposición de izquierda, que se expresa en el Polo Democrático Alternativo y Progresistas, tuvo un resultado agridulce, especialmente por la derrota en la Alcaldía de Bogotá y en esa medida queda ante el desafío de recomponerse hacia los elecciones del 2018; 4) el Partido de centro Alianza Verde tuvo un resultado importante en algunas regiones, Nariño, Putumayo, Boyacá y puede ser el eje de una coalición alternativa hacia el 2018 si logra realmente consolidarse como un proyecto nacional y no la sumatoria de proyectos regionales; 5) se acerca de nuevo la posibilidad de ingreso formal del Partido Conservador a la coalición de gobierno, jalonada por los congresistas, lo cual fortalecerá más al Gobierno en el Congreso.

- Alejo Vargas Velásquez, Profesor Universidad Nacional.