En otra simbólica celebración del Día Internacional del Agua (22/03), Venezuela sufre la sequía más severa de su historia. Más del 85% de la población sufre del stress de agua. A pesar de que, relativamente, el 95% de aquella tiene acceso al agua potable, lo que indica que tan solo el 10% satisface el requerimiento de este líquido.

Hay múltiples factores que contribuyen a la crisis de agua en Venezuela, pero la presión demográfica—87% de la población asentada a lo largo de lo que queda en las cuencas norte del mar Caribe—es el más estructural. La gestión del agua se ve abrumada por esta presión, por las diferentes modalidades de pobreza social del agua y por nuestro atraso científico y tecnológico. Todavía no aparecen, ni se exigen, eficientes y eficaces "políticas para la gestión del agua"; Núñez (2015) y propuestas varias en Núñez (2014).

Esta interconexión ha conducido al agotamiento de los recursos: descenso de los niveles freáticos; la disminución de los bosques; el agotamiento y extinción de los acuíferos, represas y pesquerías; la erosión y contaminación de los suelos, aguas y aire; la contaminación de los alimentos; y sumada a todas éstas, la disminución de los recursos, exacerbada por los cambios climáticos.

Según la ONU (en Campos: 2014) existen aproximadamente 300 zonas en el mundo que se presagia entrarán en conflicto a causa del agua para el 2025. Se agrupan en 8 regiones del mundo: el conflicto entre Israel y Palestina; la región de Turquía, Siria e Irak; la cuenca del Río Zambeze entre Mozambique y Zimbabwe; el Nilo de Egipto; África occidental y la presa de Akonsombo; y la escasez de agua en Mali y Nigeria. En algunas de estas regiones ya se han desencadenado o siguen perpetuándose conflictos armados.

Tenemos además, en China, el progresivo aumento de la demanda de agua por parte de las ciudades, de la industria, de la agricultura; y la contaminación de las aguas subterráneas. En la India están los desplazamientos poblacionales a lo largo del Golfo de Bengala. En Latinoamérica se evidencia el stress de agua en algunas de las principales ciudades de la región. El apetecible acuífero Guaraní, tercera reserva mundial de agua dulce del mundo, presagia un potencial foco de conflicto entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. El conflicto no resuelto entre Chile y Bolivia por la escasez de agua.

Los conflictos sin embargo, no resuelven el problema, y cuando llegan a guerras, más bien los multiplican. Todavía hay otras causas de la escasez de agua, las cuales a nombre de ilusiones de los cacareados desarrollos y crecimientos económicos (medidos por el PIB) han generado enormes y graves retrocesos sociales, empobreciendo a la mayoría de la gente, socavando la salud de los ecosistemas. Por ejemplo: las represas y los mega-proyectos hidroeléctricos; el incremento de los monocultivos transgénicos y la excesiva demanda de agua y fertilizantes que requieren tanto la producción agrícola como la agroindustria. Adicionalmente, podemos mencionar las deformaciones en los crecimientos urbanísticos y las irracionales explotaciones mineras como causas del severo extractivismo de agua que estamos padeciendo.

En este marco de desesperanza y preocupación por la crisis del agua, se establece un acuerdo entre el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y la corporación transnacional Estadounidense-Canadiense GOLD-RESERVE para explotar “EL ARCO MINERO DEL ORINOCO”. Esta explotación tiene efectos que no tememos calificar de catastróficos para los pueblos indígenas allí establecidos; para nuestra inmensa biodiversidad y para una zona donde tenemos las mayores reservas de agua del país. Acá no nos jugamos cuestiones insignificantes para nuestro devenir existencial y nacional.

Con todo el respeto y entendimiento sobre la situación económica que atraviesa el país, queremos entonces urgentemente solicitar se avance en controlar las injustas condiciones de la minería ilegal existente en la zona y de manera absoluta se reviertan, tanto el acuerdo con GOLD-RESERVE, como cualquier concesión que se le haya otorgado a esta última.

Nuestra justa solicitud la argumentamos sobre las bases que rigen los convenios y acuerdos del Gobierno Nacional con las Industrias Corporativas Transnacionales. Un acuerdo de este tipo, no puede articularse en el marco de una violación flagrante y abierta a los valores supremos del ordenamiento jurídico constitucional, los cuales marcan la pauta de su interpretación y de la aplicación correcta de nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Sencillo de entender: nuestra Carta Magna se hizo para promover y proteger la vida del pueblo venezolano, y hacer cumplir todos los derechos humanos. El agua es un derecho humano básico, fundamental y existencial, así lo hemos solicitado y reivindicado en distintos foros internacionales.

Sin agua no puede haber vida. Para eso también es nuestra Constitución, para dar vida y garantizar el vivir bien y despierto entre los cambios sociales. Debemos asumir el reto de superar las contradicciones técnico-políticas y de garantizar el bienestar de las generaciones futuras. Reto que, en una sociedad que aspira ser revolucionaria, debe saber asumirse con coherencia y valentía.

Referencias Bibliográficas

Campo F. S. (2014) Los 8 conflictos que podría causar el agua- En línea

http://www.teinteresa.es/mundo/conflictos-podria-desatar-agua_0_1076293774.html

Nuñez, M.A. (2014) Ecosocialismo: Políticas de Agua – En línea

http://www.aporrea.org/tecno/a193359.html

Núñez, M.A. (2015). Venezuela Potencia¿ El Agua? En línea http://www.aporrea.org/actualidad/a200555.html