Pocas veces se ha advertido en toda su radicalidad la importancia histórica de la llamada “Caída del Muro”. Este hecho histórico no solo significó el más duro revés del ideario socialista moderno

- nacido tras la Revolución Francesa- en todo el mundo sino que está transformando el mapa geopolítico hasta nuestros días en todos los rincones del orbe. Esto explica, en gran medida, realidades tan disímiles como los cambios en Vietnam, la apertura hacia el régimen cubano, el proceso de paz en Colombia o el avance de la extrema derecha en el continente europeo.

Entre 1945 y 1989, todas las rivalidades locales fueron eclipsadas por la confrontación entre dos superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, una tensión económica, política y militar que configuró toda la política mundial. Podría decirse que la Guerra Fría congeló por décadas la situación internacional, estabilizando precariamente las fronteras, con contados episodios locales.

Más de cuatro décadas durante las cuales el planeta entró en una acelerada carrera armamentista a todo nivel. La Guerra Fría fue, al mismo tiempo, el contexto político internacional en que todo se reducía a ganar y financiar “gobiernos amigos”; y, desarrollar tecnologías bélicas mediante lo que Einsenhower bautizó como el “Complejo Militar Industrial”

Así, el mundo se acostumbró a vivir con el “fantasma” de una “Tercera Guerra Mundial Nuclear” en la que la destrucción mutua estaba asegurada. Un “fantasma”, no obstante, que aseguró el reparto global de fuerzas y zonas de influencia que fueron pactadas explícitamente al final de la Segunda Guerra Mundial. La “Caída del Muro” es, quizás uno de los acontecimientos históricos más trascendentes del siglo pasado, comparable por su importancia mundial con la “Revolución Bolchevique” o la “Caída del Tercer Reich”

En América Latina, vivimos todavía hasta nuestros días las consecuencias de aquél mundo bipolar. Como se sabe, es mucho más complejo desarmar una bomba que hacerla estallar. Tal es el caso paradigmático del proceso de paz en que se encuentra empeñado el gobierno del presidente Santos. Colombia fue, en efecto, uno de los escenarios de la Guerra Fría. Al igual que en muchos otros países de la región, los Estados Unidos y la Unión Soviética se enfrentaron militarmente: por un lado los movimientos guerrilleros revolucionarios y por otro, ejércitos adoctrinados en la contra insurgencia. La “Caída del Muro” transformó completamente el contexto internacional.

En la actualidad, el diseño de Washington hacia América Latina busca más bien una salida política a décadas de violencia. Su mirada hacia los países del sur atiende a nuevas prioridades, tales como, el narcotráfico o la inmigración ilegal, por ejemplo. En un mundo global, como el que emerge, lo fundamental es asegurar grandes mercados mediante Tratados Comerciales. El mundo Pos Guerra Fría ha instalado nuevas amenazas y nuevos desafíos para todos los gobiernos, entre las amenazas inmediatas se encuentra el Terrorismo Global, las grandes migraciones humanas y la crisis financiera mundial; entre los desafíos, el cambio climático y las guerras diseminadas en varios puntos del globo.