Minga agraria afianza derechos conquistados

13/06/2016
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Foto: ACIN minga agraria
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Ha terminado la formidable movilización agraria cuyos protagonistas han sido miles de indígenas, campesinos y afro descendientes. Casi cuatro millones de personas se vieron involucradas directa o indirectamente en las actividades de la movilización.

 

Su manifestación cubrió diversos territorios y espacios geográficos nacionales, cerca de 60, pero el nervio central de la misma se ubicó en el departamento del Cauca que fue estratégicamente bloqueado por la Cumbre agraria para presionar políticamente al gobierno central y sus ineptos Ministros de agricultura, gobierno, ambiente y post conflicto a resolver las demandas planteadas en el Pliego de peticiones.

 

Allí se expresó toda la potencia política y revolucionaria de la multitud.

 

Bien conviene hacer un balance preliminar de esta vigorosa movilización social que nos indica la nueva Colombia que se configura con los avances del proceso de paz entre el gobierno y las Farc en La Habana.

 

La Minga dio lo que tenía que dar y pedirle más es una insensatez. No fue un movimiento pensado para destruir de una el modelo neoliberal, pues el acumulado aun no da para esa importante tarea. Se trató de otra experiencia histórica que enriquece la lucha popular y democrática, como aquella ocurrida con los paros campesinos del 2013.

 

Sera in referente y un antecedente de nuevas luchas, esas si contra el modelo capitalista depredador que el señor Santos rechaza poder cambiar pues él lo representa y se lucra con el mismo. Es su agente político central.

 

Varios son los resultados de esta acción colectiva.

 

Primera. Este segundo gran paro durante el gobierno neoliberal de Santos ocurre en el contexto de los diálogos de paz de La Habana entre el gobierno y las Farc, cuyos avances en materia agraria, participación política democrática, derechos de las víctimas y eliminación de los actos de guerra han favorecido la organización y conciencia de los diversos sectores del movimiento popular colombiano.

 

La paz de la Habana con las Farc está presente en esta gigantesca movilización popular.

 

Pasamos del conflicto armado a la lucha de clases y el conflicto social politizado por la movilización civil de las Farc.

 

Segundo. No obstante los acuerdos de paz en materia de democracia ampliada para dar garantías a los movimientos sociales y a la protesta popular, el Estado, el gobierno y el régimen oligárquico, como una minoría política, sigue utilizando las armas y la violencia para hacer política e imponer sus estrategias neoliberales. Mediante el criminal Esmad, los grupos paramilitares y escuadrones militares se ejerció la más brutal represión contra los manifestantes ocasionando varios indígenas acribillados y cientos de personas atropelladas, desaparecidas y encarceladas. La protesta y huelga puso, nuevamente al desnudo el carácter reaccionario del Estado y sus instituciones de represión policial.

 

Lo único cierto es que la protesta se sigue criminalizando por el gobierno y sus agentes.

 

Tercero. La Minga contó con una adecuada organización y uso de los repertorios correspondientes de lucha como fue el bloqueo de una arteria vial estratégica como la Panamericana que comunica el sur con el centro del país. Dicho bloqueo se dio de manera organizada y eficaz, incluso la organización de los corredores humanitarios necesarios.

 

Cuarto. Por enésima vez quedó demostrada la ineptitud y mala fe de los funcionarios ministeriales, los cuales recurrieron a la mentira y el divisionismo para debilitar el movimiento de resistencia campesina. El campeón de tales maniobras fue Iragorri, el ganadero Ministro de agricultura, quien hasta última hora organizo estrategias divisionistas mediante la compra de líderes articulados a las redes clientelares de las maquinarias electoreras del Cauca que son controladas por su progenitor, el gamonal Aurelio Iragorri, un pez gordo que se mueve entre el santismo, el uribismo y el fascismo. Que se largue ese Ministro es la demanda de muchos de los participantes de las huelgas y bloqueos.

 

Quinto. La explosión social ocurrida en el agro demostró la importancia política de los acuerdos pactados en La Habana para ejecutar una Reforma Agraria Integral en función de la paz. Los campesinos, indígenas y afro descendientes reclaman las tierras monopolizadas por una hacienda y un aberrante latifundio ganadero y feudal. Hay que democratizar la tierra es el gran mensaje de esta rebelión agraria.

 

Sexto. Un elemento central del paro en el Cauca es la falta de seriedad del gobierno, sus Ministros y altos funcionarios que no cumplen los compromisos adquiridos en las huelgas. La gran motivación de la Minga es el incumplimiento de los 8 recientes acuerdos para poner término a huelgas y paros. Eso seguramente se va a repetir en los próximos meses con los documentos que se firmen para levantar la acción de bloqueos que acabamos de ver.

 

Hay que estar atentos para el cumplimiento de lo consensuado, empezando por la gran Cumbre del próximo 22 de junio en Bogotá con Santos.

 

Séptimo. Respecto del saldo que deja el paro, el gobierno dice que los temas dialogados y acordados están relacionados con garantías, justicia, protección individual, paz, participación, derechos humanos, víctimas, pueblos indígenas, campesinos, comunidades afro descendientes, medio ambiente, relación campo ciudad, entre otros.

 

El acuerdo con la Cumbre agraria prevé la instalación de una mesa temática de negociación el próximo 17 de junio en las instalaciones del ministerio del Interior en Bogotá con los ministros o viceministros de Agricultura, Interior, Ambiente y Vivienda, así como el Departamento Nacional de Planeación.

 

Los campesinos, por su parte, exigen el desarrollo de proyectos productivos mediante un fondo de financiamiento pactado con la actual administración, así como la revisión de los tratados de libre comercio, a los que responsabilizan de la quiebra de pequeños productores.

 

También demandaron suspender programas mineros en sitios donde implica el desplazamiento de millares de familias.

 

Derogar la ley Zidres, por considerar que despojará de sus terrenos a cultivadores de escasos recursos, fue otra de las solicitudes de los protagonistas del paro, quienes abogan por una distribución equitativa de la tierra, además pidieron respeto por la identidad y los criterios de los residentes en el campo colombiano.

 

Por supuesto una demanda prioritaria es el respeto por los derechos democráticos y la exigencia de garantías efectivas.

 

Nota. Sigue adelante la preparación de la Cumbre agraria en el Quindío. César Arias, destacado líder popular regional, avanza con un equipo en los preparativos de dicho evento que trazara la ruta de la movilización social en el eje cafetero.

 

https://www.alainet.org/fr/node/178094?language=es
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