Hace unos días fui al cine, uno de la cadena Cineplanet, y me llevé la desagradable sorpresa de ver una propaganda del Banco Interbank que, sin el más mínimo respeto y con todas las falsedades y errores históricos, representaba al prócer José de San Martín celebrando a esta empresa, comercial que se ve también a diario por televisión.

El hecho no deja de ser lógico en un país que ha llegado al punto de enorgullecerse, no de ser una Patria como proyectaron los Libertadores, sino literalmente una “marca” de negocios.

Es lógico también que siendo un banco que aparenta ser peruano pero cuyos capitales son norteamericanos y que en 1998 hizo sede de sus activos a Bahamas, un paraíso de evasión fiscal, muestre este tratamiento irrespetuoso a un símbolo de nuestra independencia nacional.

Tiene lógica que una gran empresa trasnacional haga lo que se le venga en gana con nuestro San Martín, sin que se levante una sola voz estatal del ámbito de la historia y la cultura que denuncie el hecho. ¿Acaso no es lo que vienen haciendo todas las empresas trasnacionales con el pueblo peruano, los ciudadanos y comunidades en las últimas dos décadas de neoliberalismo?

Aunque no se ha podido probar si era o no hijo de indígena por la negativa de la Argentina conservadora a hacer pruebas de ADN a sus restos, se sabe con total certeza histórica que San Martín era de piel oscura y rasgos indígenas, de lo cual estaba orgulloso. Sin embargo, en la propaganda de Interbank es blanco y castaño.

Se sabe también que hablaba como español, pues vivió entre los 4 y los 40 años en ese país, antes de venirse a luchar por la independencia a su tierra de nacimiento. Pero en la barbaridad de Interbank tiene un caricaturesco acento argentino.

Eduardo Galeano recordaba que la ignorancia histórica es un componente necesario de la des-ciudadanización de los pueblos para sustentar el orden actual. Para robarles sus territorios y derechos, sus propios países, primero fue necesario robarles la memoria, por medio de una maraña sistemática y permanente de silencios, olvidos, medias verdades y mentiras.

¿Será inocente entonces esta falta de respeto de Interbank, o que no sepamos nada del San Martín que en 1823 firmó el primer tratado de unión continental con Bolívar, que abolió esclavitudes y títulos nobiliarios, que creó milicias indígenas? De ninguna manera.

A puertas del Bicentenario de nuestra independencia, esta falta de respeto y tergiversación por motivos comerciales que hace este banco de nuestra historia y de la identidad de uno de los libertadores no se puede dejar pasar. El Ministerio de Cultura del Perú debe cumplir con su mandato y pronunciarse. No se trata de una simple propaganda, inofensiva, se trata de la construcción de nuestra historia, de nuestra memoria, de nuestra dignidad.

Diario UNO, agosto 16, 201

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