Congélame este par…

08/02/2017
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Diputado (o senador...) que "congeló" su militancia...:

 

El proverbio dice “En todos los sitos se cuecen habas… y en mi casa ¡a calderadas!” El tema de la corrupción no es exclusividad de la clase política chilena, aún si la nuestra tuvo el genio de haber creado la técnica que consiste en “hacerse los güenas peras”.

 

Una “elite” que vive soñando con mudarse de barrio, le gusta compararse con el llamado primer mundo, y a la que le gustaría que la confundiesen con alguna mafia del hemisferio norte, podría intentar copiar a los suecos. No digo “hacerse los suecos”, que ya lo hacen, sino copiar algunas buenas costumbres.

 

Con ocasión del affaire Fillon en Francia, –el candidato de la derecha dizque republicana–, quién se fue por dentro con el dinero público, el canal FranceInfo entrevistó a un corresponsal sueco basado en París.

 

He aquí el texto integral, traducido del francés:

 

“Nunca la prensa extranjera habrá hablado tanto de François Fillon como estos últimos meses. En noviembre, después de haber triunfado fácilmente en la primaria de la derecha frente a Nicolas Sarkozy y Alain Juppé, la prensa evocaba un “Thatcher francés”, “serio”, “católico asumido”. Pero estos últimos días, desde que se le sospechan empleos ficticios que tocan a su esposa y dos de sus hijos, el retrato cambió. “En Suecia, no hubiese aguantado tres días”, explica a FranceInfo Magnus Falkehed, corresponsal en París de la revista Expressen.

 

FranceInfo: ¿Cómo son percibidos en Suecia los ‘affaires’ que tocan a François Fillon?

 

Magnus Falkehed: Nos decimos que Francia no aprende del pasado. No es la primera vez que se sospecha que un político malversa dinero público. ¡Aún cuando vivo en Francia desde hace unos 20 años no logro acostumbrarme! Y por lo demás no soy el único. Cuando recorro vuestro país siento que los franceses ya no lo soportan. A pesar de todo… una vez más, vuelve a recomenzar.

 

FranceInfo: ¿Este tipo de ‘affaire’ sería posible en Suecia?

 

Magnus Falkehed: No, imposible. Simplemente porque tenemos contra-poderes que funcionan bien. Sabemos permanentemente dónde va el dinero público. Cualquier ciudadano tiene acceso a la información. No es un asunto de moral: los suecos no son más honestos o más deshonestos que los franceses. Solo que hay verdaderos controles. Cuando un político sueco trampea, se le desenmascara rápidamente y no tiene tiempo para ir muy lejos. Cuando eso ocurre, es una historia de algunos euros, no de centenares de miles de euros.

 

FranceInfo: ¿Es pues la tolerancia cero en materia de transparencia?

 

Magnus Falkehed: Es incluso más que la tolerancia cero. En Suecia ya apartamos del poder una mujer política por una historia de… ¡una barra de chocolate! Fue a mediados de los años 1990: Mona Sahlin, que era entonces la número dos del gobierno, pagó alguna compras con su tarjeta de crédito profesional. Rembolsó inmediatamente… pero era demasiado tarde. Tuvo que dimitir, aún cuando se pensaba en ella para primer ministro. Puede parecer excesivo pero para los suecos es muy simple: si confundes tu tarjeta de crédito de función con la tuya personal, no estás capacitado para dirigir el país. Punto final. Mona Sahlin conoció luego una larga travesía del desierto, ¡y todo por una barra de chocolate!

 

FranceInfo: Le sorprende que François Fillon mantenga su candidatura?

 

Magnus Falkehed: Me choca sobre todo. En Suecia habría dimitido en los tres días, ¡incluso en la media hora! Y eso hubiese dado lugar a una gran limpieza inmediata. Su actitud “de ir hasta el final” me interroga. Como me sorprende por lo demás el silencio de Penelope Fillon.

 

FranceInfo: ¿Es decir?

 

Magnus Falkehed: ¡Que es incomprensible! Tengo la impresión que la tratan como si fuese una menor retrasada mental, incapaz de hablar. Es ella la que está cuestionada por empleo ficticio, pero es su marido el que habla. En Suecia, ella hubiese estado obligada a tomar la palabra desde hace rato. Por lo demás, no veo cómo este tipo de ‘affaire’ pudiese presentarse entre nosotros. Porque eso no se hace de contratar a su propia mujer cuando se es responsable político. Aún cuando no esté prohibido por la ley, nadie lo hace. Se considera eso como una falta de respeto a la función.

 

FranceInfo: El diario británico The Independent escribió que "este tipo de escándalo es lo más normal en Francia”. ¿Comparte ese punto de vista?

 

Magnus Falkehed: Está claro que Francia tiene un retraso absolutamente dramático en materia de transparencia de la vida política. Eso debiese ser normal en una época en la que el dinero público se hace escaso. Estos ‘casos’ que se repiten entregan la imagen de una democracia demasiado imperfecta, que alimenta un populismo peligroso. Para decirlo claro, la imagen que les da su clase política no es buena. No.”

 

En Chile, país en el que no hemos inventado nada, surgió sin embargo una novedosa respuesta a la acción de la Justicia: la criogenia.

 

Nadie dimite desde luego, ¡faltaría más! En el peor de los casos la innovación consiste en “congelar” la militancia.

 

Un modo como otro de aprovechar la natural “frescura” de esfínter que caracteriza a miembros del parlamento, del gobierno, de las FFAA, de la Iglesia, de alcaldes y concejales, de las direcciones de algunas universidades y un sinfín de instituciones que alguna vez fueron dignas.

 

Lo malo es que el procedimiento tiene a todo el mundo “caliente” y no es solo por los incendios…

 

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https://www.alainet.org/fr/node/183384?language=es

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