Entrevista con Alcides Martínez, dirigente del PSUV

“Debemos proteger nuestra independencia”

05/01/2018
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Alcides Martínez, coordinador de la Comisión de Agitación, Propaganda y Comunicación del PSUV
Foto: PSUV Monagas
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En los grandes medios italianos se ha reiniciado la campaña de ataque al socialismo bolivariano.  La tesis de fondo es siempre la misma: el socialismo ha fallado en todas sus formas, la única receta es aquella del capitalismo.  Como máximo se puede discutir sobre la dosis, pero el “sistema” –ha reafirmado el presidente del Consejo Paolo Gentiloni– está garantizado.  Mejor si para garantizarlo están representantes de la llamada centro-izquierda, que saben contener mejor la rabia de los oprimidos.  Por esto, de la realidad venezolana se deben describir (y ampliar) los efectos, escondiendo las causas de los problemas y sobretodo los responsables. 

 

Cualquier cosa que haga, para los medios mainstream el chavismo se equivoca.  Estamos ya en campaña electoral, en el 2018 en Venezuela se darán las presidenciales.  Y también Italia irá a las urnas el 4 de marzo.  Pero si el gobierno de Maduro continúa a destinando más del 70% de los ingresos en los proyectos sociales, ¿por qué no debería hacerlo un país del “primer mundo” como Italia?  Porque la crisis deberían pagarla los ricos, y esto haría tambalear “al sistema”.  Y entonces, no se puede.  Por lo tanto, se deben destruir los ejemplos positivos, para llegar al punto de antes: la receta para “restaurar” la economía debe ser la del capitalismo.  La crisis, que la paguen los sectores populares.  Pero, como Venezuela enseña, la historia reserva siempre sorpresas...

 

Desde la guerra mediática hasta las estrategias para contrarrestarla, dentro y fuera de Venezuela, hemos hablado con Alcides Martínez, miembro de la Vicepresidencia de Agitación, Propaganda y Comunicación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y portavoz del Consejo Nacional e Internacional de la Comunicación popular.  Lo hemos encontrado en Caracas, luego de las elecciones comunales, que han dado otra victoria al PSUV y a sus aliados.

 

¿Cuál ha sido su trayectoria política?

 

Desde joven he militado en los movimientos sociales y culturales.  También para mí, un hito lo determinó la rebeldía cívico-militar del 4F y el “por ahora” del Comandante Hugo Chávez que nos ha devuelto la esperanza.  En ese entonces, el 80% del pueblo era oprimido por los gobiernos de la IV República.  No obstante las grandes entradas petroleras y el alto nivel del PIB, había una pobreza creciente.  Aquella población vio en el Comandante la esperanza de transformar la vida social y hemos comenzado a trabajar para concretar aquel sueño.  En 98, Chávez ha conquistado la presidencia de la República y hemos asumido el empeño para la liberación del pueblo en esta lucha histórica que conecta el pasado al presente y muestra que los libertadores han sido dos: Simón Bolívar, que nos ha liberado del yugo español, y Chávez que nos ha liberado del yugo del imperio norteamericano.

 

En los países europeos como Italia, que también han tenido una larga historia de lucha de clases, gran parte de los jóvenes no conoce o rechaza la herencia del siglo XX, el siglo de las revoluciones.  ¿Cómo ha logrado el PSUV hacer de la memoria histórica una nueva ventaja para la política y para el futuro?

 

Ocultar la historia de la lucha de clases y de las resistencias al colonialismo, robar la memoria y la cultura a los pueblos de Latinoamérica, ha sido un modo para dominarlos.  Es más fácil dominar a los jóvenes con la ignorancia que con la fuerza.  Pero la historia no termina.  Cuando Bolívar murió en Santa Marta, traicionado y engañado, todo lo que había hecho por la unión sudamericana parecía desaparecido: “He arado en el mar”, dijo, de hecho, desesperado.  Pero no podía imaginar que habría nacido Chávez para llevar a cabo otro 50% de su obra en otras formas y en otros tiempos: la UNASUR, el MERCOSUR, el Banco de Sur y tantas instituciones importantes para la unidad latinoamericana y caribeña.  Chávez ha ido más allá de Bolívar porque hoy la Revolución es ya referencia mundial, ha transmitido a los pueblos que hay de nuevo una esperanza, se puede construir un mundo mejor y se puede renovar el socialismo, convirtiéndolo en una nueva bandera para el futuro.  Nuestra independencia inicia con la Batalla de Carabobo y en pleno siglo XXI, Chávez la evoca durante la campaña electoral del 7 de octubre del 2012, la última victoria para él.  Estaba ya sufriendo, sabía que iba al encuentro con la muerte.  Probablemente un ataque de los Estados Unidos.  Pero escogió darse sin reservas a aquella “campaña admirable” para llevar a Venezuela a la independencia definitiva.  Desde Barinas, su ciudad natal, hasta Caracas, fue un viaje de despedida.  Se estaba despidiendo de su pueblo.  Todos teníamos ganas de llorar, pero sentíamos su pasión.  En ese entonces yo dirigía la propaganda del partido para el Estado de Monagas, uno de los Estados en el que Chávez fue muy admirado por la organización de la campaña.  Para nosotros que habíamos conocido la IV República, la Revolución ha sido una gran experiencia.  Sabemos que el capitalismo es el menos indicado para el pueblo, porque no le interesa el ser humano, sino el capital, el negocio, la explotación.  Cuanto más el capital acumula riqueza tanto más hay pobreza.  Cuanta más ignorancia hay en el pueblo, tanto mejor es para los capitalistas que pueden dividirse la torta con tranquilidad.  Así ha ocurrido en América Latina y en los países del sur dominados por el capitalismo salvaje.  Por esto continuamos con firmeza defendiendo la Revolución con el Presidente Maduro, defendiendo los intereses del pueblo.

 

En el exterior, la imagen que los medios dan del proceso bolivariano es totalmente negativa.  ¿Cómo afrontar este problema y el tema de la comunicación internacional?

 

Estamos viviendo una de las peores guerras silenciosas, igual o superior a la de Siria.  Quieren tomar a nuestro pueblo por el hambre.  El bloqueo económico financiero internacional impide la llegada de medicinas y alimentos.  En Colombia, Santos ha bloqueado también algunas vacunas contra la malaria, pero el Presidente Maduro siembra en el mismo terreno de Chávez, la misma alianza con otros países del continente y con los países del Sur.  Nosotros sabemos que la guerra mediática contra Venezuela se conduce desde afuera hacia el interior.  El imperialismo USA está buscando el modo de intervenir militarmente en nuestro país.  Las grandes corporaciones mediáticas conocen bien su oficio, manipulando la comunicación mundial.  En cada país hay tres o cuatro familias que controlan la información y saben cómo hacer caer los gobiernos.  En el 2002, han sido los medios han pretendido engañar al pueblo para convencerlo de que a Chávez lo estaba asesinando.  Como partido, estamos buscando una alianza estratégica con los comunicadores internacionales: periodistas, hombres y mujeres de cultura, intelectuales que nos ayuden a difundir en sus países la verdad de Venezuela, porque es desde allí que nos están atacando con fuerza construyendo mentiras como aquella que sirvió para agredir a Irak con el falso pretexto de las armas de destrucción de masa.  El verdadero objetivo es el de apropiarse de nuestros recursos, destruir nuestra cultura y nuestra identidad.  Diciendo que Jerusalén es la capital de Israel, Trump trata de cancelar de la faz de la tierra seis mil años de historia y de memoria.  Una estrategia que no es casual, sabe que podría desencadenar una guerra santa y que esto daría ventaja a la industria de las armas y llevaría a un nuevo saqueo de las riquezas de los pueblos árabes.  Y no podemos permitirlo.  Con Venezuela no es tan fácil porque en el mundo tenemos aliados que conocen la verdad, numerosos acompañantes internacionales lo han constatado también en estas recientes elecciones constituyentes, regionales y municipales.  No tenemos necesidad de la “ayuda humanitaria” de los Estados Unidos, sólo queremos que Trump y sus aliados retiren las sanciones pedidas por la oposición venezolana.

 

En sus 10 años de existencia, la “máquina” del PSUV ha demostrado saber trabajar bien, no sólo en el plano de la agitación y la propaganda, sino también sobre la organización.  Sin embargo, a veces se tiene la impresión de que la comunicación entre partido y movimientos, entre el PSUV y otras fuerzas del Gran Polo Patriótico, no pasa como debería.  Así, en las elecciones comunales ha habido en Caracas la candidatura de Eduardo Samán, alternativa a la de Erika Farías.  Y en Lara ha habido también la del constituyente Ángel Prado, miembro de la Comuna El Maizal, que se ha presentado en el Municipio Simón Planas.  ¿Cómo lo explicas y cómo se pueden superar estas fricciones?

 

En estas elecciones municipales, no estaban en juego elementos específicos.  Cualquiera habría podido disentir del estilo del candidato del propio municipio, pero a nivel de militancia consciente se sabe que no importa la persona, sino el proyecto y la defensa del territorio cuando es evidente que si va a gobernar la oposición, la semana siguiente sufrimos una intervención armada.  Más que nunca en un momento similar, era importante vencer en la mayoría de los municipios.  Un resultado que ha sido reconocido hasta a nivel internacional.  Debemos blindar aquello que hemos conquistado con Chávez, debemos proteger nuestra independencia.  Estos compañeros han visto las cosas desde un punto de vista particular, sin ver el conjunto de la apuesta en el juego, y han decidido no seguir las indicaciones del partido.  Nosotros les invitamos a discutir, porque si hay un militante que se siente excluido o poco considerado, la única vía para volver a comprenderse es poner al centro los principios del socialismo.  Los aliados juegan un papel fundamental en la conquista de un nuevo espacio, sobretodo en este año en el que debemos prepararnos para las elecciones presidenciales y los ataques del imperialismo se multiplican.  Debemos construir una sólida red de apoyo a nivel internacional.  Nos preocupa mucho que en el  exterior se cuenten sólo las peores cosas de Venezuela y no las cosas positivas, que se silencie lo que ocurre en los países neoliberales de América Latina, como Colombia, Perú o Argentina.  En Argentina, la primera cosa que ha hecho Macri ha sido silenciar Telesur, porque era la voz de los pueblos oprimidos.  Quieren quitar la voz a Venezuela para quitarles la voz a los pueblos oprimidos.

 

Traducción Gabriela Pereira

 

https://www.alainet.org/fr/node/190172
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