El reconocido periodista argentino Andrés Oppenheimer (AO) merece unas líneas de esta tribuna de opinión. Y, las merece no por algún dote de genialidad que podríamos encontrar en sus escritos sino por todo lo contrario y sobre todo por lo que su rol significa en la permanente lucha entre las fuerzas de la muerte versus las de la vida. Su despampanante posición liberal, al mero estilo J. Bayly, traducida en columnas periodísticas, y no solo, hace de su razón de ser uno de los argumentos principales de su defensa al derecho a la libre expresión, una de sus banderas como defensor de la democracia liberal a la cual representa. El problema que encontramos, en comunicadores como el señor AO, no es el sano uso de este fundamental derecho, el cual defendemos y ejercemos permanentemente, sino es como a través de la ejecución del derecho, cual Caballo de Troya, se permiten, cual agentes de inteligencia públicos, promover la desestabilización de todo aquello que se presente como alternativa al modelo representado por Washington.

La gota que rebalsó la copa – para motivar la redacción de la presente – fue una de sus últimas columnas intitulada: “El vergonzoso viaje de Bachelet a Cuba” (10/01/18).¹ Este tipo de licencias retóricas, donde todo es permitido, que ciertos profesionales de la comunicación, como es el caso del señor AO, se permiten, hacen gala de la aún existente estructura mental inquisitoria, corroída desde sus bases por el doble rasero de lo que otrora fueron sus jueces. Tribunal de la Santa Inquisición puesta al servicio incondicional de la perpetuidad de la hegemonía del poder religioso, económico y político. ¡Caiga quien caiga, cueste lo que cueste!

Asumimos que como en el mundo eclesial (católico) existen personalidades ancladas en la ortodoxia del otrora Vaticano I, en el mundo de las comunicaciones, como el señor AO, existen anclajes atrofiados en las vísceras del colonialismo los cuales – desubicados en el tiempo – ignoran importantes avances en materia, por ejemplo, del derecho internacional. El señor AO, cual férreo juez inquisitorio no le tiembla la mano y cuerdas vocales para despotricar contra naciones y jefes de Estado que no se encuentren alineados a su trinchera de batalla. Según el señor AO, esto sería la “trinchera democrática”. La acérrima postura colonial, de la cual hace gala, no le permite ver más allá del orden establecido y esto quepa perfectamente en conductas de tinte dictatorial y totalitarios, difícilmente democrático.

Para el señor AO la visita a la Mayor de las Antillas, República de Cuba, realizada por la aún presidenta de la República de Chile Michelle Bachelet fue “[una] desgracia […y un] duro golpe para lo que queda de la izquierda democrática, defensora de los derechos humanos y globalizada de América Latina”.

¿El señor AO tiene realmente idea de aquello que sostiene? Construir oraciones no es una tarea difícil, lo difícil es que las construcciones contengan en sí mismas diferentes tipos de inteligencias: semántica, histórica, política, moral y ética. Lamentablemente de mucho de esto adolece lo argumentado por el señor AO, y pasamos a la observación.

El punto de partida conceptual es tendenciosamente distorsionado. “Izquierda democrática” es un equivocado intento de eufemismo Si pretende refreír subrepticiamente el tabú de “izquierda totalitaria”, consideramos que el señor AO debería de hacer el esfuerzo – por consideración y respeto a sus lectores – de reciclarse y ponerse a tono con el avance de los tiempos en materia de ciencias políticas.

Entendemos que los índices de valoración usados por el señor AO respecto a su concepto de democracia son diferentes al que esta tribuna maneja. Democracia para el periodista argentino es signo de “desarrollo económico” y “desarrollo económico” – según su visión - es igual a inversión extranjera en desmedro de la industria y mano de obra local, flexibilización financiera y tributaria a favor de los grandes inversores, reducción de “gasto público”, vale decir, reducción presupuestal al mínimo comprensible en áreas como salud y educación, promoción y defensa de la cultura de la corporativización y privatización de las relaciones sociales, políticas, comerciales y de producción bajo pretexto de contribuir con el deleznable concepto de desarrollo de los pueblos empobrecidos y dogmatización de la “Democracia representativa” y no directa como única fórmula de gobernabilidad, lo cual es falso, como todo lo demás sostenido.

Para esta tribuna e opinión democracia es signo de respeto supremo a la vida y el bien común en todas sus formas

No existe un ápice de ingenuidad en el señor AO. El comunicador sabe que intereses representa y no pestañea en arroparse de “demócrata” y “defensor de los Derechos Humanos” con tal de defender la supremacía y perpetuidad del dogma capitalista al cual defiende a capa y espada. Negarlo sería absurdo.

¿A que “izquierda democrática” se refiere el señor AO? En la columna direcciona su atención a la izquierda chilena: “Durante décadas, los gobiernos izquierdistas moderados de Chile han sido un referente para la izquierda democrática latinoamericana. Los políticos de centro izquierda de la región citaban a Chile –con razón– como un ejemplo de un país gobernado por la izquierda que logró reducir la pobreza a largo plazo sin la represión política, el caos económico ni la migración masiva de Cuba o Venezuela”. Chile redujo la pobreza del 40 por ciento de la población al final de la dictadura del general Augusto Pinochet en 1990 al 11,7 por ciento en 2015, más que cualquier otro país latinoamericano. […] gran parte del éxito de Chile se debió a los gobiernos de centro-izquierda que vinieron después de Pinochet. Estos gobiernos firmaron acuerdos de libre comercio con docenas de países, mantuvieron buenas relaciones con la comunidad empresarial y defendieron los valores democráticos dentro y fuera del país. Incluso Bachelet en su primer gobierno, de 2006 a 2010, se guió por el pragmatismo y las buenas políticas económicas”.

No es necesario empeñarse en caprichosos esfuerzos hermenéuticos para entender el sencillo y archiconocido argumento liberal del señor AO.

¿A qué se refiere con represión política? ¿A quienes se refiere con políticos de centro izquierda? ¿Cuál es la razón por la cual se vale de índices de reducción de la pobreza en Chile de 1990 – 27 años de desfase, absurdo! – y omite serios informes como los elaborados por la CEPAL donde se descubren escandalosos ascensos de la pobreza y desigualdad de forma exponencial?²

¿El señor AO no percibe que al defender lo indefendible del fallido sistema chileno legitima – nostálgicamente – uno de los regímenes más sanguinarios y antidemocráticos que el mundo a conocido y por medio del cual EEUU introdujo el salvaje modelo neoliberal al costo de miles de asesinatos hasta ahora llorados?

¿El señor AO ignora que existen más de 7 millones de chilenas y chilenos que viven en pobreza según índices de valoración basados en la Canasta Alimentaria de Calidad (CAC) ascendiendo a un 46% de la población?³ Y, aun usted persiste en reivindicarlo como país modelo basado en estadísticas trabajadas por organismos del Estado. Si fuera por las estadísticas, oficiales y no, Colombia, Perú, Chile y Paraguay estarían a un paso de ingresar al globo del primer mundo. Sus fuentes señor AO son contrarias a líneas democráticas que ejercen gobernabilidad con criterios de transparencia, soberanía nacional y respeto a los derechos fundamentales.

¿Usted señor AO alaba la primera gestión de la presidenta Bachelet (2006-2010) por el “pragmatismo y las buenas políticas económicas”? ¿Se da cuenta de lo cerril y sesgada posición ideológica que hace gala? A esta abierta postura liberal usted la sacramenta de “perfecta democracia” y todo lo demás tendrá que terminar en el fondo de un infierno hecho a su medida?

La sociedad decente y con sano sentido de la dignidad (no hablo de izquierdas, derechas o centros, ¡ojo!) No solo no le cree sino que considera – en el mundo democrático y de “absolutas” libertades que usted vive – que postura como la de usted retrasa la cadena evolutiva de las sociedades, enajena y aliena débiles conciencias y promueve valores contrarios a los que usted vocifera defender.

¿De qué éxito chileno (democrático) habla señor AO? ¿Por qué lo entusiasma tanto el triunfo del empresario Sebastián Piñera, éxito que empodera las rasgaduras de sus costosas vestiduras frente a la amistosa y solidaria visita de la presidenta Bachelet a Cuba?

Usted intencionalmente distorsiona la realidad señor AO y esto ofende la fe de la opinión pública y la decencia de cuerdos demócratas que se las juegan por la defensa de la sobrevivencia de derechos fundamentales como el derecho a la educación y salud gratuita, sana alimentación y vivienda digna.

A usted señor AO ¿Le parece que democracia – decentemente entendida - es hacer de la educación un pragmático e inhumano producto de mercadeo como lo es en el “paraíso de las libertades” donde usted vive?

Cito lo dicho por Cesar Farh que a mi entender sigue resumiendo el talante democrático del país “exitoso” de Chile al cual usted – y todo el mundo liberal – ama en enaltecer como bastión del desarrollo y la democracia de un liberalismo que entró en América Latina a punta de cañonazos, represión, masacre, torturas y muerte. El reconocimiento de esta parte de la historia no es de su gusto: “Chile es un país con una clase empresarial y política totalmente segregada del resto de la ciudadanía, ellos están entre los ciudadanos con mayores ingresos del país, que son, por cierto, solo el 1% de la población, como se sabe, la desigualdad (el verdadero punto neurálgico del problema) en Chile, es una de las más extremas del mundo. Esta clase social, tiene a sus hijos en colegios privados, donde se relacionan con gente de los mismos círculos, reproduciendo relaciones sociales, familiares, económicas y culturales. Esto, además, supone entender que son estos “expertos” provenientes de ese mismo sector, quienes han tenido el monopolio de las decisiones en torno al tema educativo y, por cierto, la historia ha demostrado que no lo han hecho bien, incluso, que su modelo no funciona. Hay aquí una directa relación con la naturalización de las ideas de libre mercado, del consumo y competencia mercantil feroz, que se han convertido en lo único posible, especialmente en materia de educación, para Chile, cuando no lo son”.⁴

Sostenemos su conducta de amoral por qué no se puede con premeditación y alevosía – escudándose en la democracia - naturalizar su “pos verdad” y elevarla a niveles de intocable y fidedigna concepción de la realidad. Así le toque sus más frágiles fibras colonialistas la presidenta Bachelet así como el ex presidente Obama y el Sumo Pontífice Francisco, y cientos de respetuosas personalidades, visitaron, y siguen visitando, al único país que en “América Latina y el Caribe logró alcanzar las Metas del Milenio de Educación para Todos aprobado por 164 naciones en el Foro Mundial de Dakar, celebrado en 2000” como lo sostiene el portal de la UNESCO. ⁵ Todos quieren ser testigos del milagro cubano. Todos quieren ver cómo es posible romper con el paradigma liberal sin rendirse ante el todopoderoso dios de pies de barro que usted señor AO idolatra.

¿Cuba no podría ser considerada – por usted - un país donde gobierna una “izquierda democrática” pero si es reconocida por el mundo como uno de los pueblos donde la vida es por excelencia honrada en todas sus formas? La disidencia que usted defiende dirá lo contrario, seguramente y es su derecho hacerlo. Lo que no puede ser considerado derecho es la corporativa conspiración de regímenes constitucionalmente democráticos (basado en elecciones libres) en nombre de la democracia y esto es así en la china, Italia, Japón, Australia, Uruguay y los EEUU. ¿O no?

Su ceguera moral y ética no le permitirá reconocer que fuera del Capitalismo un mundo justo, pacifico, decente, digno y eco-humanista es posible. Usted no promueve la democracia, usted promueve y defiende con los dientes al espíritu del colonialismo: el Capitalismo. Son dos variables totalmente diferentes. No existe congruencia entre ambas señor AO. El Capitalismo es la negación de la democracia a no ser que esta sea liberal.

No puede seguir mintiéndole a sus seguidores señor AO jactándose de demócrata defendiendo la corporativa globalización que no cesa de asfixiar al 99% de la población mundial, y usted lo sabe muy bien, iluso no es. No puede falsear la realidad vista desde los sectores más vulnerables. No puede seguir diciendo a lo blanco negro y a lo negro blanco. Esto es profesional, moral y éticamente no solo incorrecto sino criminal. Es un atentado no solo contra las buenas costumbres, el bien común sino contra la vida misma.

Usted señor AO vocifera a los cuatro vientos contra Cuba señalándola como “la última dictadura en América Latina” sin importarle que su “quiebra” económico-financiera se debe al inhumano bloqueo (que a usted le encanta decir la “jerga cubana”) económico, financiero y comercial que mantiene la nación donde usted vive por más de 60 años. Esto es inhumano y cuenta con la censura del planeta entero, exceptuando EEUU, Israel y una que otra desinformada isla.

Usted señor AO ataca supuestas dictaduras y vive en el vientre de aquella que le da de comer y paga sus entretenimientos y placeres. Nos referimos a aquella que hace de las leyes de mercado columna vertebral de toda relación existente. En la “democracia” que usted defiende señor AO son asesinados en las calles cientos de afroamericanas/os, latinas/os y demás minorías y usted no denuncia “su” sistema como “dictadura”. ¿Por qué señor AO? Según estadísticas en el 2014 fueron asesinados en las calles norteamericanas - por miembros de la policía estadounidense - 126 personas (afroamericanos y minorías), 2015 fueron 154, 2016 fueron 162 y más de 180 en el 2017.⁶ Otras cifras demuestran con mayor crudeza los índices de la barbarie campante en la democracia que usted defiende señor AO. El llamado Proyecto estadístico The Counted⁷ registro 566 asesinatos bajo responsabilidad de diversos cuerpos de policías en los EEUU solo en siete meses del 2016: “de los 566 muertos en el 2016, 279 eran blancos, 136 negros, 13 nativos americanos y el resto, de otras minorías. Por millón de habitantes, resulta que la mayoría de víctimas eran nativos americanos y negros. En el 2015, la mayoría eran negros (306) e hispanos (195)” (The Counted). Esta es su “democracia” perfecta señor AO. “Democracia” donde las estadísticas demuestran la cruda violación a los derechos humanos, ambientales, y de los pueblos, lo cual a usted no le mueve ni un pelo señor AO. ¿No es esto amoralidad?

¿Por qué no se atreve a calificar de dictadura, falsa democracia o autoritarismo a los EEUU? ¿Quizá será los EEUU la Derecha democrática antítesis o síntesis de las “izquierdas democráticas” chilenas”? ¿Dónde radica su temor, donde sus miedos señor AO?

Puede seguir sosteniendo llamar “democracia” a un país en donde, por ejemplo, en el 2016 (enero-julio) fueron asesinados impunemente 566 personas de los cuales 273 estuvieron armados entre los cuales 279 fueron blancos y entre estos 128 armados; 136 negros, armados 75; 88 hispanos, armados 65 y 13 nativos, armados 6.⁸

A usted señor AO le parece la “perfecta democracia” aquella que lucra con la privación de la libertad de afroamericanos y demás minorías étnicas obteniendo como resultado el enriquecimiento de corporaciones penitenciarias y “lobistas” parlamentarios que usted muy bien conoce. ¿Esto para usted no afecta el sistema democrático?

Paradójicamente, señor AO, Cuba, es el país que mejor sistema educativo tiene en América Latina y el Caribe, que en vez de exportar militares al mundo exporta profesionales de la salud, donde miles de extranjeros van a encontrar solución para centenas de problemas de salud, este país si es para usted - señor AO - una dictadura digna de asfixiar y aniquilar sistemáticamente. ¿En qué mundo se mueven sus neuronas señor AO?

Esto se llama amoralidad, señor AO y no aquellas motivaciones que impulsaron a la presidenta Bachelet a visitar a un digno pueblo abusado por décadas y que a pesar del estrangulamiento de los EEUU vive y hace todo lo posible para que otros en otras latitudes vivan, incluso aquellos que provienen del país responsable del estrangulamiento. ¿Esta “dictadura” es la que le quita el sueño señor AO?

A usted señor AO le parece la “perfecta democracia” aquella que mantiene un sistema penitenciario cabalgantemente lucrativo.

En el 2012 por un inmigrante se pagaba $166 la noche de “hospedaje” en el sistema de cárceles. De acuerdo al portal www.thinkprogress.org el Buró Federal de Prisiones pagó $5.1 mil millones de dólares a la red de compañías carcelarias por un total de 23.000 inmigrantes detenidos. Y, como si fuere poco, aquellos que hacen posible que las leyes migratorias sean endurecidas y no prospere reforma migratoria alguna, parlamentarios demócratas y republícanos, reciben jugosas “donaciones” de las principales corporaciones de cárceles: CCA y Geo.

A usted señor AO le parece la “perfecta democracia” aquella que beneficia a hábiles lobistas y empresarios que viven del tesoro público al interior del Congreso como es el caso de “Bob Menéndez, demócrata de Nueva Jersey, Marco Rubio, republicano de Florida, Charles Shumer, demócrata de Nueva York, Jeff Flake, republicano de Arizona, Dick Durbin, demócrata de Illinois y Michael Bennet, demócrata de Colorado, [quienes recibieron] cada uno [la donación] de $5000 (el limite por contribuyente), de CCA, Geo, sus inversionistas y familias”. “Según Center For Responsive Politics las donaciones a políticos realizadas por CCA ascendería a 1.9 millones de dólares y GEO 2.9 millones entre 2003 y 2012”. ⁹

A esto y mucho más usted le llama democracia. ¿No es esto amoralidad señor AO?

La amoralidad de prácticas profesionales como la suya es comparable con aquellas que falsean las medidas, que venden gato por liebre, que lucran vendiendo “pos verdades” (mentiras). Usted señor AO representa aquellos lobos vestidos de ovejas que denunció el Jesús de Nazaret – que usted y yo creemos. Seguro que a usted señor AO le parecerá un acto digno de resaltar la visita del Sumo Pontífice Francisco a Chile y Perú. Razones obvias: Pedro Pablo Kuczynski y Salvador Piñera son los perfectos peones de aquella “perfecta democracia” por la cual usted se inmola. Según su iluminada narrativa, el Sumo Pontífice Francisco debió ir a jalarle las orejas al Comandante Fidel Castro Ruz y seguramente debió ir a Chile y Perú a besarles la mano a los socios empresariales Kuczynski y Piñera.

A esto y mucho más usted le llama democracia. ¿No es esto amoralidad señor AO?

Así como es sana práctica denunciar la proliferación de alimentos transgénicos por atentar contra la salud – incluida la de usted y los suyos - así debiera permanentemente denunciarse el tipo y la calidad de la alimentación desinformativa que personajes como usted abusa comercializar señor AO.

Señor AO, esta tribuna de opinión no considera acertada, o mejor dicho agraciada, por no decir desgraciada, su desatinada opinión sobre la visita de la presidenta Bachelet a la hermana Republica de Cuba. Hay que lavarse la boca para hablar de la Grande de las Antillas y desinfectarse las manos antes de atreverse a redactar línea alguna sobre tan digna nación. Lo mismo considero del digno pueblo norteamericano, chileno, ruso, chino, etc. Entiéndase, no tenemos nada contra usted señor AO – a usted poco le interesaría si lo tuviéramos – la discusión es con lo aquello que usted representa. Caduco arquetipo, modelo a todas luces negado por gente decente incluidos del Opus Dei: ¡Capitalismo salvaje!

Finalmente, no pierdo la fe que al igual que el apóstol Pablo de Tarso algún día usted pueda caerse de la soberbia bestia en la cual cabalga desesperadamente. Pablo perseguía a los creyentes en nombre de Dios. Con su silencio fue cómplice del negociado político-religioso que exterminaba el modelo de la justicia, equidad, igualdad y amor que practicó y proclamó Jesús de Nazaret. En la misma línea dogmatica y ortodoxamente ciega del inconverso e inquisidor Pablo, usted señor AO persigue modelos alternativos al exangüe Capitalismo. Calla frente a sistemas de vida que niegan todo principio de derecho fundamental…Déjese deslumbrar por el sentido de la democracia – lejos de la suya - la dignidad y decencia de pueblos que no caerán de rodillas por más que usted se pare de cabeza en sus tan frecuentadas columnas.

¡Vivan las democracias que defienden la vida y los derechos fundamentales de los pueblos y la naturaleza así estas parezcan dictaduras! ¡Mil veces mejor democracias que parezcan dictaduras que dictaduras que parezcan democracias!

16/01/18

José Toledo Alcalde

Lic. Teologia y Mg. Terapias físicas.