Ahora es Javier Lozano, vocero del precandidato José Antonio Meade, el que insiste en que la amenaza de Rusia de intervenir en el proceso electoral mexicano es real y que “puede entrar por la puerta de atrás al país con ataques cibernéticos masivos”. Sin mediar ninguna prueba, el ahora priista tras una década de ausencia en sus filas para trabajar como secretario del Trabajo con Felipe Calderón y senador panista hasta hace días, alerta que el Kremlin (fortaleza) “ya ha intervenido en otras latitudes; le conviene molestar (sic) a Estados Unidos y ganar terreno en la región, y si lo que busca es meterse a México por la puerta de atrás, lo va a hacer con ataques cibernéticos masivos y noticias falsas para generar incertidumbre y caos”.

Para mayor abundamiento del compló descubierto, Lozano Alarcón añadió: “No hay que echar (la amenaza) a saco roto”, pues al precandidato de Juntos Haremos Historia “ya le dicen Andrés Manuelovich y es capaz de todo en esa obsesión… también es capaz de hacerse guaje o de caer fascinado en los brazos de otras potencias con financiamiento”.

La conspiración revelada por el persecutor del Sindicato Nacional de Mineros y empleado del Grupo México que preside Germán Larrea, según presunción de éste, se produjo dos horas después de que el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete, sostuvo que los señalamientos de una acción rusa “deberían estar sustentados en pruebas. Si yo tuviera información confirmada, desde luego que la haríamos saber”.

Y un día después de que el vocero presidencial, Eduardo Sánchez, aseguró categórico que “no hay pruebas” de la supuesta conjura del gobierno de Vladimir Putin. El país cuenta con el trabajo de la policía cibernética y “hasta ahora no hay elementos para hablar de una acción de ese tipo”.

Las dos voces fueron ignoradas por Lozano como funcionario que es de la precampaña del Revolucionario Institucional, y lo hizo después de que Enrique Ochoa, presidente del PRI, le dio vuelo al tema la semana pasada en el noticiario de Ciro Gómez y el día 18 con Joaquín López-Dóriga en Grupo Radio Fórmula, mismo que no oculta la simpatía por el priista.

El complot descubierto por el también suspirante a la gubernatura de Puebla no tendría importancia si no mediaran los antecedentes mencionados, pues sus opiniones carecen de fuerza propia, debido a que las envuelve en la grandilocuencia y la rijosidad propia de un porro, hacia quien le ordenen golpear, llegando al delirio de atacar a Carlos Slim sólo porque osó disentir de Calderón Hinojosa, jefe entonces y ahora de Lozano.

Resultó una buena noticia que Aurelio Nuño reconociera que Juan José Rendón no será contratado por el PRI para que impulse la propaganda negra, pero con Lozano Alarcón como uno de los voceros de Meade Curibreña no queda tan claro que aquélla no será parte de la estrategia del precandidato que ostenta experiencia, preparación y valores éticos como funcionario, a la vez que omite explicar al servicio de quién los usó y usará en el caso de que sustituya a Enrique Peña Nieto, su gran elector.

Jugar con la carta rusa, venezolana o cualquier otra, sólo exhibe el nerviosismo del grupo gobernante porque Meade permanece en el tercer sitio, salvo en los sondeos de Facebook y Twitter que realizan los “amigos” del poder, pero será cuesta arriba que con tales ocurrencias conspirativas ascienda en las preferencias. Todo México sabe que la subordinación a Estados Unidos es una obra de muy larga data y aliento de los gobiernos del PRI y del PAN.

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