Pedagogía del escándalo
- Opinión
Es un escándalo que los chicos salgan después de 12 años de la escuela sin entender lo que leen o sin poder hacer simples operaciones de abstracción matemática. El problema es que no se brindan esas herramientas básicas, y en búsqueda de la transformación permanente, hacemos experimentos con los chicos y los dejamos sin esos elementos que son fundamentales. (Guillermo Jaim Etcheverry (2018) i Entrevista Diario Clarín 6/6/18
Escándalo. Apocalipsis. Tragedia. Esas son sus iniciales. Anunciadores de tormentas ( ¿cuánto hace?), se creen custodios de la mejor transmisión , pero ocultan su verdadera intención, el miedo a los otros, esos otros que no se amoldan a la medida republicana del sujeto domesticado, un otro que se discipline y acepte los modos de decir, de escribir, de dictar, de andar... del demócrata restaurador. Les molesta el derecho y dicen que cuando es sin la obligación... mmmm… les molesta el derecho del que habla y defiende su condición, en especial de sujeto y trabajador.
En la misma entrevista a Jaim Etcheverry, que citamos en el copete de este artículo, sostiene que "...los mejores argentinos son peores que los peores de 30 países. Vale decir que en 30 países, los peores son mejores que los mejores argentinos... en la época de Sarmiento la sociedad le exigían a la educación. Era gente que tenía un proyecto. Sabía que era importante que el pueblo esté educado. La idea de educar al soberano era una idea importante. Eso hoy no se ve."
¿En qué se sostiene la autoridad Pedagógica de estos señores de la denuncia serial apocalíptica? ¿No será que extrañan un poquito ese pasado que siempre pintan de oro y en realidad esta bañado en desigualdad, represión y patriarcado? ¿No será que lo que más molesta es que a la escuela del Apocalipsis que denigran entraron los " invasores" según Dubet, los sujetos inesperados diría Carballedaii?
¿Qué está pasando? Algunos señalan que hay poca exigencia en las escuelas...le pregunta el periodista a Jaim Etcheverry ante lo que él responde " Es fundamental. Y tiene que ver con el desinterés del que hablamos. La exigencia demuestra un interés por el chico, porque se desarrolle mejor, que muestre todas sus capacidades. Es un derecho del chico que alguien se ocupe de él. Hoy no está bien vista la exigencia. Al contrario, si la escuela le exige los padres van a protestar".
Estos denunciadores seriales hablan en singular...la escuela, la familia...Es en plural Echeverrys, Sanguinettis, Guadagnis...que se visten de democracia pero están hechos de la Santa Inquisición liberal que extraña (sin decirlo) ese darwinismo escolar de la supervivencia del más blanco. Hablan de exigencia, pero nunca se interesan por fortalecer e igualar puntos de partida. Es la exigencia del que mira desde arriba, sin enlodarse con los vaivenes de la cotidianeidad escolar, de los sinsabores y límites que tiene la tarea pedagógica, en condiciones complejas como es esta época, y con escuelas subdotadas y sobredemandas. ¡Desde hace un par de años no se quejan más de la subejecución presupuestaria, de la desinversión y adelgazamiento de políticas públicas en educación, de que se prometieron 3000 jardines y no se hicieron y faltan decenas de miles de vacantes en ese nivel…de eso no se habla. Solo se habla de evaluación, como medición y de lo que “la sociedad” no valora la educación.
“La situación se revierte con más diagnóstico, porque el enfermo no se da cuenta de que está enfermo. El problema es que la gente no estima que educarse es un esfuerzo, un trabajo. Cualquiera que aprendió algo sabe que realizó un esfuerzo personal, por supuesto interesado por los docentes, apoyado por los padres, pero un compromiso personal-“prosigue Jaim Etcheverry.
Se olvidan del derecho...porque naturalizan privilegios. ¿La solución? ¡Más diagnóstico! Medir. Medir. Medir. Para confirmar la desigualdad. Y todo lo que se sostiene es a partir de PISA y los exámenes estandarizados como única regla universal. Se incomodan cuando el Estado distribuye libros, notebooks, etc...eso es populismo pedagógico, no actos de justicia educativa para desde allí (estar siempre) empezando a pelearle a las lógicas depredadoras del capital que nunca los Echeverry, los Sanguinetti y demás apocalípticos van a denunciar, porque la justifican y la idea es ver cómo hacerla amortiguar (ese es el quehacer intelectual de estos señores y de los ceopedagogos de estas horas). Aceptan perder libertad para ganar seguridad y así alientan las pedagogías de la punición... poner orden del viejo, les gusta, aunque lo disfrazan con neurociencias y nueva tecnología moral. Disciplinamiento que empuñan y llaman restauración de la autoridad docente.
Otras frases para analizar:
- "Estudian más personas... pero la inclusión no basta, hay que enseñarles algo. La escuela no es sólo para dar de comer, es para darle las herramientas para que no necesite en el futuro que le den de comer".
- "El problema es que hoy la secundaria...es una larga preparación para el viaje de egresados".
- "Todos manejan la tablet, dicen. Claro, como si manejar la tablet fuera un logro..., no es una señal de inteligencia".
Quieren restauración, que supone fabricación del otro (¡ojo! Siempre como réplica de ellos en miniatura, para guardarse la medalla y el primer lugar) nunca se animan a arriesgar por alguien desconocido, a amar y confiar sin subestimar, ahí van ellos, atletas de la soberbia de “quien siempre escribe bien y prolijo” e inferioriza a ese otro que recién arriba a las letras. Que escriben mal, que no entienden nada, la montonera de antaño seria el que anda de gorrita y con el pulgar rastreando el mundo. Soberbia del colonizador que se viste de humilde para aparentar respeto. Amantes de esa meritocracia que niega los desiguales puntos de partida. Que desprecia las culturas juveniles, ni que hablar las populares... los celulares y teclados son el diablo encarnado en pibes y pibas con gorrita y sus tatuajes...signos de la perdición...el Mal en todas su dimensión, la más Bárbara de toda barbaridad.
Discursos que encarnan en un sentido común dominante que criminaliza al más vulnerado y convierte a quien está en riesgo en peligroso, y así disciplina a la tropa. Aceptar perder libertad, incluso dignidad para lograr Seguridad (como si se pudiera).
Discurso, como el que enaltece esta entrevista, que seduce a gran parte, encastra de manera exacta con esa necesidad de demonizar, de linchamiento subjetivo a esa otredad amenazante, de que la vecinocracia reemplace la democracia aceptando una alteridad disciplinada. Elogio del mérito y el esfuerzo omitiendo o peor, naturalizando los orígenes como condena anticipada.
Sé que quienes pensamos desde la vereda de enfrente somos quizás no tantos/as, o gozamos de menor escucha, sin duda condenados por los medios masivos.
El que sin decirlo ama volver atrás nunca puede ser educador para emancipar. Educa con dignidad el que está convencido que esos otros y otras serán mejores que uno.
Sigan ladrando apocalípticos de la pedagogía... señal que cabalgamos
i Leer nota completa en Clarín del 9 de junio del 2018: Sección Política
ii Alfredo Carballeda en https://www.youtube.com/watch?v=SJp7mo_VeQM
Gabriel E. Brener es Lic. en Ciencias de la Educación UBA, Especialista en Gestión y Conducción de Sistema Educativo FLACSO y Profesor de Enseñanza Primaria Normal Nº 4. Es Docente en Universidad Nacional de Hurlingham, Facultad de Filosofía y Letras de UBA y del ISP J.V González.
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