Señor Presidente:

La semana pasada el Juzgado Segundo de Primera Instancia de San Francisco Gotera, Departamento de Morazán, declaró a la masacre de El Mozote “crimen de la lesa humanidad”, hecho que constituye un hito histórico en la lucha judicial por la dignificación de las víctimas y contra la impunidad de graves violaciones a los derechos humanos en el país. La masacre de El Mozote -considerada la más horrenda matanza de civiles inocentes en América Latina durante la segunda mitad del siglo veinte- fue cometida en diciembre de 1981, a inicios de la guerra civil salvadoreña, por el macabro Batallón Atlacatl, entrenado por el gobierno de Estados Unidos en la Escuela de las Américas. Fueron cruelmente asesinadas más de mil personas, sobre todo mujeres, niños/as y ancianos.

Por ese horrendo crimen están enjuiciados ex altos mandos militares, entre éstos: el general Guillermo García, ex ministro de Defensa, deportado de Estados Unidos en enero de 2016, tras ser condenado en un juicio civil; el general Rafael Flores Lima, ex jefe del estado mayor de la Fuerza Armada; el coronel Francisco Adolfo Castillo, ex viceministro de Defensa; y el coronel Juan Rafael Bustillo, ex comandante de la Fuerza Aérea.

En diciembre de 2012, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó al Estado salvadoreño, ordenándole eliminar la impunidad y realizar acciones de dignificación de las víctimas. Por eso, los gobiernos del ex presidente Mauricio Funes -y el que Usted preside actualmente- han realizado significativas acciones de resarcimiento y reparación moral de las víctimas.

Sin embargo, hubo una gravísima omisión del ex presidente Funes y que Usted también está cometiendo. Es la de no revertir la condición de héroe militar que todavía tiene el coronel Domingo Monterrosa, principal responsable material de la masacre. Y no puede haber justicia en el caso, ni dignificación de las víctimas, manteniendo en el pedestal de héroes a este criminal de guerra, violador de derechos humanos y delincuente de lesa humanidad.

En tal sentido, es urgente que Usted, como Presidente de la República y Comandante General de la Fuerza Armada, proceda a la mayor brevedad posible a revertir tan inaceptable omisión, que constituye una terrible ofensa para las víctimas. Ojalá que Usted tenga la entereza, la coherencia y la valentía de hacerlo.

Porque si no lo hace, Usted será condenado por la historia, quedará endeuda con las víctimas y, además, dejará en entredicho las acciones afirmativas que su gobierno ha realizado por las víctimas y sus políticas de protección social a sectores vulnerables.

Otros gobernantes lo han hecho. Por ejemplo: el 24 de marzo de 2004, el entonces presidente de Argentina, Néstor Kirchner, le ordenó al jefe del Ejército Roberto Bendini retirar de la galería de honor del Colegio Militar la fotografía del ex dictador Jorge Videla y de otros represores argentinos. Ojalá Usted siga ese digno ejemplo.

Esperamos que así sea.

Asociación de Radios y Programas Participativos de El Salvador (ARPAS)