A 17 años del golpe de estado contra Hugo Chávez y los tiempos peligrosos que se avecinan
- Opinión
Para el momento en que escribo estas líneas, se conmemora en Venezuela los 17 años del zarpazo de un grupo de militares felones complotados con los poderes económicos y políticos nacionales y transnacionales, ante el vidente amor que profesó Hugo Chávez a su pueblo, y que decidió no traicionar jamás.
Oportuna es recordar esta fecha, porque 17 años después, estamos ante una serie de eventos y de situaciones, que si bien no son iguales a las vividas por Chávez en aquel entonces, tienen cierta analogía y paralelismo.
Venezuela afronta un asedio y un cerco político, económico, comercial, diplomático y financiero que busca dar al traste con el gobierno que hoy lidera Nicolás Maduro. Hasta ahora no han podido, debido a la subestimación que estos enemigos han tenido del actual mandatario venezolano, y por la otra, porque el pueblo venezolano, a pesar de las penurias y malestares, sigue creyendo y confiando en las enseñanzas del Comandante Eterno e Inolvidable.
Desde enero de 2019, ha habido un escalamiento en las acciones conspirativas a través del nuevo cachorro de EEUU: “White Dog”, y evidentemente no ha podido concretar su fin que es el derrocamiento del Gobierno Bolivariano. Sin embargo, no es menos cierto recordar y advertir que se han infringido heridas importantes en el cuerpo de la República, y sobre todo en este último mes a raíz de los sabotajes eléctricos y a los servicios públicos en general, los cuales tomarán tiempo para su recuperación.
La actual guerra que afronta el país, hemos sabido sortear los obstáculos, los peligros y las asechanzas, pero no es menos cierto que esta situación está acabando y quebrando la psiquis de mucha gente, y eso hay que reconocerlo y decirlo.
Ya conozco de casos de personas que han colapsado emocionalmente, y lloran, están molestos o toman otro tipo de actitudes. No niego los esfuerzos del Gobierno Bolivariano en solventar los actuales problemas que hoy vivimos, pero en ocasiones, su discurso está muy alejado de la realidad que vive la cotidianidad de nuestro pueblo.
Y no solo es en el discurso, sino en su praxis. El pueblo, y sobre todo aquel que se encuentra en los sectores vulnerables, se sienten solo y que no es acompañado en su sufrimiento, y esto puede complejizar el actual cuadro que se vive en estos momentos.
Muchos están en modo supervivencia y de colocarse una coraza para que no les afecte tanto. Buscan opciones para tener algún “escape” y que no les afecte tanto, pero hay que buscar soluciones porque no se puede abusar de la paciencia y el aguante, y esta, como todo, tiene un límite.
Evidentemente muchos nos enfocamos que en medio de la coyuntura tratar de resolver y no quedarnos de brazos cruzados a quejarnos o a esperar una varita mágica. Ciertamente no ganamos nada con lamentarnos todo el tiempo. En estos momentos, son válidos los bajones emocionales, pero esto no debemos hacerlo una rutina.
Pero también es muy importante el ejercicio de la crítica, de lo mal hecho, de los errores que se cometen y que algunos tratan de excusar porque sirven de manera “voluntaria”. Un sabio refrán señala: “De buenas intenciones está lleno el camino hacia el infierno”.
Debemos luchar y bregar para superar los contratiempos y dificultades que hoy en día nos toca vivir. Pero también es la hora de que el gobierno bolivariano dé respuestas y soluciones contundentes y efectivas, a fin de evitar la erosión de su base política y social de respaldo.
Uno de los elementos por los que pasan estas acciones para la garantía de la paz tiene que ver con el logro de la justicia, y es algo que debo referirme en este escrito. Pasó con Chávez y está pasando con Nicolás Maduro.
Las cosas han empeorado, y pueden empeorar por falta de decisión y contundencia en ocasiones. Como abogado y cuadro político sé del argumento que los tiempos políticos no son los mismos que los tiempos procesales, pero la falta de decisión puede ser mortal. Las cosas nunca debieron haber llegado hasta este punto, desde mi modesto punto de vista. Y pareciera que la lección no ha sido aprendida ni por los dirigentes políticos ni los que tienen alta responsabilidad de asuntos del Estado. La excusa de respetar los tiempos es lo que nos ha metido en el atolladero que hoy vivimos. ¿Qué hace el cachorro imperial en la calle aún? Lo ocurrido en la OEA hace un par de días es el resultado de la inacción.
También es importante tomar en cuenta que los marcadores del dólar en el mercado paralelo, desde la última semana del mes de marzo y lo que va de abril, paulatinamente viene incrementándose, y con esta manipulación del tipo de cambio, los precios de alimentos, medicamentos, bienes y servicios de los productos que garanticen la calidad de vida de nuestro pueblo. Para que tomen nota a quienes les corresponda y pueda interesar.
Se vienen tiempos muy peligrosos, y el acoso será total. Los halcones que rodean a la administración Trump están a punto de perder sus empleos por los fracasos sufridos con respecto a Venezuela, por lo que tienen que demostrarle a su jefe (a Trump) que si pueden hacer el trabajo que este les asignó. Es por ello que debemos prepararnos. Las giras de Abrams y Pompeo por Europa y Suramérica, respectivamente, confirman el aserto que indico en este párrafo.
¿Qué paso con la propuesta de disolver la Asamblea Nacional en desacato e insubordinada al orden constitucional? ¿Qué pasó con el adelanto de las elecciones parlamentarias? ¿Por qué no se arresta a los dirigentes políticos complotados en conspiraciones, acciones terroristas y asesinatos?
Solamente nos queda a algunos y algunas, aprovechar de ciertos espacios que nos conceden las webs, blogs y medios que gentilmente publican nuestros aportes para sugerir algunas cosas, la mayoría de ellas de manera sutil (no en balde, y casualmente Diosdado Cabello en su programa “Con el Mazo Dando” de ayer miércoles 10 de abril, colocó un video del Comandante Chávez, parafraseando un pensamiento del apóstol cubano, José Martí, quien señaló: “En política, lo real es lo que no se ve”), no explicitas a simple vista. Y esto ciertamente se ha prestado a malas interpretaciones de algunos lectores y lectoras.
De no actuar de manera oportuna, se corre el altísimo riesgo de ser derrotados y perder todo lo conseguido por Chávez. El vergonzoso espectáculo de genuflexión en la OEA constituye una pequeña muestra del poder de chantaje del imperio gringo que tiene sometidos a todos los países que votaron a favor de su resolución y de aquellos que se abstuvieron, y solamente subsanado por la reunión en el Consejo de Seguridad de la ONU, gracias al poder de veto de Rusia y China en dicha instancia.
Sin embargo, no pierdo las esperanzas de que las cosas puedan cambiar, y que haya la necesaria reacción que muchos y muchas estamos esperando.
Juan Martorano
Abogado, activista por los Derechos Humanos, militante revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas
http://juanmartorano.blogspot.com
http://juanmartorano.wordpress.com
@juanmartorano
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