Por toda América Latina se está protestando contra el neoliberalismo que el gobierno de Estados Unidos nos quiere imponer a toda costa. Esto fue el caso primero en Honduras donde defenestraron el presidente. Luego en Paraguay, Argentina, Brasil, Ecuador… Con las dichas ‘Cartas de Intención’ nuestros gobiernos firman acuerdos con el FMI (Fondo Monetario Internacional) y ajustes económicos a favor de los empresarios y banqueros nacionales e internacionales. Esto está provocando levantamientos generalizados, más especialmente en Ecuador, Chile, Haití, Puerto Rico, Perú… En octubre, las protestas multitudinarias de jóvenes se habían dado en más de un centenar de país contra el calentamiento global y la destrucción ambiental, por causa del neoliberalismo.

Mientras ocurrían estas protestas, se estuvo desarrollando en Roma un ‘Sínodo sobre la Amazonía’, o sea, una reunión principalmente de los obispos de los 9 países latinoamericanos que tienen selva amazónica en sus territorios. Severas fueron las denuncias y las críticas al sistema neoliberal, apoyadas por el papa Francisco, a causa de la destrucción a gran escala de la Amazonía en manos de grandes empresas multinacionales.

Es en esta situación que se publican 2 cartas significativas con impacto mundial. La primera se da en Ecuador por parte de la CONAIE (Confederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador) que agrupa a los indígenas de la Sierra, el Oriente y la Costa. En ella se critica y rechaza las medidas neoliberales del FMI y se desmonta sus argumentos engañosos. La segunda carta proviene de los participantes, -indígenas, laicos, religiosas, sacerdotes y obispos-, del Sínodo católico en Roma. Denuncia también las prácticas destructoras de los pueblos nativos y de la selva amazónica por parte de las multinacionales de la agricultura intensiva, la extracción minera, el comercio de la madera y del turismo, con la complicidad de los gobiernos neoliberales.

Escriben los dirigentes de la CONAIE a la presidente del FMI: “Nos imponen una idea de desarrollo que no responde a nuestras necesidades concretas y parecen concentrarse en ‘resolver’ problemas que no son nuestros… os préstamos que Uds. ofrecen están bastante cerca de lo que nosotros conocemos como “chulco”… Las finanzas públicas, si bien complicadas, no tienen déficits que justifiquen ajustes tan agresivos. Tampoco entendemos para qué contratar cuantiosos créditos para inflar las reservas internacionales, si el país está dolarizado y no requiere proteger su moneda local… No entendemos de qué modo la flexibilización laboral y ambiental podría mejorar la competitividad en el largo plazo. Afirmamos, eso paraliza la economía y no la mejora… ¿Por qué no hacen los “sacrificios” quienes históricamente han ganado de una sociedad estructuralmente injusta?... Finalmente, señores del FMI, la intención de esta misiva es exigir que paren con las presiones para firmar cartas, tratados, convenios que no benefician al pueblo ecuatoriano…”

Escriben lo siguiente más de un centenar de participantes al Sínodo sobre la Amazonía: “Este sínodo es como una mesa que Dios ha preparado para sus pobres y nos pide a nosotros que seamos los que sirven la mesa… Es un sentimiento de urgencia que se impone ante las agresiones que hoy devastan el territorio amazónico, amenazado por la violencia de un sistema económico depredador y consumista... Nos comprometemos personal y comunitariamente a lo siguiente: Asumir, ante la extrema amenaza del calentamiento global y el agotamiento de los recursos naturales, un compromiso de defender en nuestros territorios y con nuestras actitudes la selva amazónica en pie…Reconocer que no somos dueños de la madre tierra, sino sus hijos e hijas, formados del polvo de la tierra, huéspedes y peregrinos, llamados a ser sus celosos cuidadores… Junto con los pueblos originarios garantizarles el derecho a ser protagonistas en la sociedad y en la Iglesia… Denunciar todas las formas de violencia y agresión contra la autonomía y los derechos de los pueblos indígenas, su identidad, sus territorios y sus formas de vida… Asumir frente a la avalancha del consumismo con un estilo de vida alegremente sobrio, sencillo y solidario con aquellos que tienen poco o nada… Ponernos al lado de los que son perseguidos por el servicio profético de denuncia y reparación de injusticias, de defensa de la tierra y de los derechos de los pequeños, de acogida y apoyo a los migrantes y refugiados…”

Estas cartas demuestran que los tiempos están cambiando y que los pueblos ya no aceptan callados y sumisos las medidas neoliberales que los están empobreciendo y pisoteando. Vientos de cambios están marcando caminos de dignidad, de respeto y de protagonismos de los movimientos populares y juveniles de América Latina. Aportemos, ciudadanos de a pie y cristianos comprometidos, nuestra parte para un futuro mejor, apoyando a los jóvenes que quieren construir una sociedad más inclusiva, participativa y equitativa. Escribamos una historia que nos dignifique.