La detención de 250 personas presuntamente vinculadas al Cartel Jalisco Nueva Generación y la incautación de 600 kilos de narcóticos, como parte del Proyecto Pitón, a cargo de la DEA –Administración para el Control de Drogas, dependiente del Departamento de Justicia de Estados Unidos–, puso en relieve la falsedad del arcaico discurso oficial que niega la existencia y operación de cárteles en el país con el mayor número de consumidores y adictos en el mundo, y todo lo reducía a pequeñas bandas expendedoras de narcóticos prohibidos, mientras certificaba y castigaba anualmente a países soberanos. De la misma manera que lo hace con respecto al estado en que se encuentran los derechos humanos en la aldea global sin reparar que EU es un violador sistémico en su propio territorio y más aún fuera de éste.

Durante los seis meses en que Pitón opera en el país de las barras y las estrellas, los saldos son 750 personas detenidas por supuestamente estar vinculadas al CJNG y la incautación de 20 toneladas de drogas prohibidas, pues existen las permitidas como la mariguana para fines medicinales y lúdicos en más de la mitad de los estados de la Unión Americana, por decisión soberana de los ciudadanos contrapuestos a las intransigentes e hipócritas políticas prohibicionistas federales.

Para el administrador en funciones de la DEA, Uttam Dhillon, el CJNG –del que ya tienen al hijo del capo y pronto tendrán a la hija– y Los China son de las organizaciones del narcotráfico más prolíficas del mundo, pues tienen más de 100 laboratorios de metanfetaminas en México y USA “se está inundando de esa droga”. Inundación impensable sin la anuencia y hasta participación de los agentes de la DEA y aun de miembros de la Agencia Central de Inteligencia.

Estos operativos o campañas antidrogas forman parte del modus operandi de las autoridades estadunidenses para combatir a los narcomenudistas sobre todo y casi nunca a los capos, cuando estiman que los expendedores rebasaron los límites impuestos por la autoridad.

Resulta difícil por no decir imposible que Washington enfrente a fondo la distribución ilegal de narcóticos en un país donde más de 30 millones de personas son adictas, además de 66 millones alcohólicos y, de acuerdo con el informe de 2018 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, EU padece “la mayor crisis sanitaria en toda su historia a causa de los opioides”.

El problema es estructural y el negocio se maneja desde Wall Street y otros centros financieros y bursátiles, allí opera la gigantesca lavadora de recursos procedentes del crimen organizado y de cuello blanco.

La dificultad mayor estriba en que el imperio parece ingobernable sin esa enorme masa de adictos a los narcóticos, el consumismo, la alienación por los billetes verdes y el hedonismo. Modelo que idolatran nuestros intelectuales que juran ser liberales.

Con todo, sería de esperarse que Proyecto Pitón no quede en una llamada de atención de Donald Trump a los electores con la vista puesta en noviembre. México, su gobierno y sociedad, requiere de un cambio sustantivo de orientación en la política estadunidense antidrogas porque contribuiría al debilitamiento económico y operativo de las estructuras criminales, para lo cual es indispensable revisar la añeja estrategia de combatir al cártel más fuerte para fragmentarlo, lo que desata violentas pugnas entre los más pequeños por ocupar las plazas vacías y construir nuevos capos.

La película gringa es muy vieja y aburrida, ineficaz. Es preciso privilegiar las estructuras económicas y financieras de los corporativos criminales –eso son– y de cuello blanco, aunque sé que es mucho pedir a los gobernantes gringos.

http://www.forumenlinea.com/

https://www.facebook.com/forumenlinea

forum@forumenlinea.com

@IbarraAguirreEd