Conocimiento, autoritarismo y rebelión
10/11/2013
- Opinión
¿Que es lo que nos hace libre?
Para Kierkegaard la libertad significa una expansión del autoconocimiento y de la capacidad para actuar responsablemente como un yo. Significa una creciente capacidad para afrontar nuestras posibilidades tanto en el desarrollo individual como en la profundización de las relaciones con nuestros semejantes, junto con una realización de esas posibilidades. La realización de posibilidades implica aventurarse continuamente en nuevas áreas, como se con claridad en el caso de un niño en crecimiento”.
Chucho García....recogiendo tradiciones orales de antiguas guerrilleras angolanas... |
Las ideas y pensamientos del ser humano a nivel planetario, en distintas épocas, sin haber tenido conexión, se cruzan, se entretejen en coincidencias sobre como concebir el mundo, pues lo humano y la precepción del ser no es de ningún dueño en particular, sea de occidente u oriente, son las ideas sin fronteras que aspiran la reivindicación de lo humano con autonomía. Aquí podemos observar en la coincidencia en el filósofo alemán kierkegaard y el filosofo africano de Mali, Amadou Hampate Ba, en torno a como el conocimiento tiene que ver con las etapas de crecimiento del ser humano, que al fin y al cabo es lo que le dará la soberanía intelectual y esta engendra la dignidad como expresaba Ghandi:
“Daré mi tarea por concluida si logro convencer a la humanidad de que cada hombre y cada mujer, cualquiera sea su fuerza física, es guardián de su dignidad y su libertad. Esa protección es posible, incluso si el mundo entero se vuelve contra el único que resiste” (Ramin:Jahanbegloo. Siguiendo las huellas de Gandhi.1992:22. El Correo de la Unesco. XLV. Unesco.Paris.Francia.)
Definitivamente como dice Freyre “el conocimiento se hace, se rehace a través de la acción transformadora de lo real y a través de la comprensión critica de la transformación que ha dado antes o que se puede dar mañana”.
Autonomía...soberanía
Teniendo la autonomía de mi mismo con un conocimiento solido, pudiera definir mi posición ante el mundo, ante mi cotidianidad mi soberanía intelectual y de actuar con claridad y eso pasa por el concepto de reconocimiento con respecto al “otro” como dice Franz Fanón:
“Mientras no sea efectivamente reconocido por el otro, es este otro el que se constituye en su tema de acción. Su valor y su realidad humana dependen de este otro, dependen del reconocimiento por este otro. El sentido de su vida se condensa en este otro….El único medio de romper este círculo infernal que me remite y devuelve a mi mismo consiste en restituir al otro, por la mediación y el reconocimiento, su realidad humana, diferente de la realidad natural. Ahora bien, el otro debe efectuar una operación semejante. La operación unilateral sería inútil, porque lo que ha de suceder sòlo puede producirse con la operación de los dos…ellos se reconocen como reconociéndose recíprocamente….Para obtener la certidumbre de si-mismo, es necesaria la integración del concepto de reconocimiento. El otro, de modo semejante, espera nuestro reconocimiento, para expandir en la ´conciencia de si´ universal.”
He aquí unas de las tragedias actuales cuando desconocemos, por mediación de otros, nuestros propios conocimientos, es decir, lo que llamaríamos el desconocimiento del conocimiento y por ello se impone recurrir al reconocimiento en su más profundad capacidad reflexiva.
“Yo no soy solamente aquí-ahora, encerrado en la coseidad. Yo soy para otra parte y para otra cosa. Reclamo que se tenga en cuenta mi actividad negadora en tanto persigo otra cosa en la vida; en tanto que lucho por el nacimiento de un mundo humano, es decir, un mundo de reconocimientos recíprocos. Quien dude en reconocerme se opone a mi. En una lucha bravía acepto tocar las consecuencias del estremecimiento de la muerte, la disolución irreversible, pero tambien la posibilidad de la imposibilidad…El individuo que no ha puesto su vida en juego puede muy bien ser reconocido como persona, pero no ha alcanzado la verdad de este reconocimiento de una conciencia de si independiente” (Fanon)
Inconsistencia del autoritarismo, valor y desobediencia
El redescubrir ese reconocimiento no parte de la nada..exijo porque tengo, porque puse en riesgo a decir “aquí estoy” y soy diferente ante el otro, rete al otro, pero con la capacidad de complementarme con “èl” consensuadamente y con respeto....siempre y cuando se respeten las reglas del juego.....donde el autoritarismo o la actitud inquisidora deje de serlo para dar paso al dialogo....sino la ruptura podría tornarse violenta de parte del aparentemente "dominad@". Como acertadamente dice Julya Kristeva “La cultura moderna ya no puede ser una cultura de lo prohibido. Hemos evocado las diferentes coacciones que pesan sobre la familia y que engendran a veces dificultades para representarse. Pero aún no hemos hablado de la flexibilización, incluso de la inconsistencia de la autoridad y a la crisis de los valores”
Esa diferencia ante el “otro” que intenta censurarme, prohibirme en mis acciones, mi modo de ser, se verá truncada si tengo unos valores firme de mi mismo, de mi cultura, de mi historia de mi individuación como decía Jung, ante los valores creado e impuesto por el “otro” desde el poder.
En ese sentido Edgar Morín dice que “El problema de los valores en el siglo XXI vendrá de la mayor complejidad ética. Hasta ahora el problema de los fundamentos de los valores era extremadamente sencillo: Dios había ofrecido leyes a los humanos para que pudieran hacer el bien. Por otra parte, en el contexto laico de sociedades muy unidas sucedía lo mismo, ya que los preceptos éticos estaban profundamente interiorizados. Obedecer y respetar los valores eran cosas evidentes.
Valores fijos, petrificados, incuestionables, muchas veces convertidos en terror ante cualquier falta que hiciéramos de ellos, caracterizó y sigue caracterizando gran parte de los seres humanos, pero “Por supuesto, la cosas cambian con el aumento de la autonomía y de la responsabilidad individual, ya que el imperativo ya no viene de Dios, ni de la religión, ni del Estado, ni de la sociedad, sino del propio individuo……Este imperativo se a vuelto insular, autoproductor y autojustificado, y esta situación debe evolucionar según la concienciación del hecho de que el humano no es únicamente el individuo, la sociedad o nuestra especie biológica, sino la trinidad que constituye estos tres términos, en su interdependencia. Según esta visión, los valores dependen del individuo, a través de su responsabilidad, de su dignidad, de su virtud y de su honor, pero también del grupo y de la especie, sobre todo en un contexto de globalización…(Morin)
https://www.alainet.org/fr/node/80749
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