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La victoria electoral obtenida por el FMLN, con 6,364 votos de ventaja sobre la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), nos reenvía a los viejos métodos de trabajo y estudio en las organizaciones revolucionarias: ir a las bases y a la población para estudiar la historia reciente de El Salvador. Cuántos jóvenes saben que el 28 de febrero de 1977 por la madrugada en el Parque Libertad, tanquetas del ejército pasaron encima de jóvenes indefensos mientras camiones cisternas se dedicaban a lavar la plaza para no dejar huellas en la memoria. El pueblo y la juventud protestaba por el triunfo electoral que el presidente, coronel Arturo Armando Molina le había arrebatado al pueblo bajo el silencio del Tribunal Supremo Electoral. Que la población recuerde, y que los jóvenes conozcan esa realidad de la que venimos, que ejerciten la memoria histórica para comprender lo que se está tratando de construir en la patria. Sólo así la derecha ya no podrá engañar a nadie.
El hecho de que casi la mitad de los participantes en el proceso electoral dieron su voto a ARENA no significa que la mitad de los salvadoreños estén de acuerdo con el pasado oscuro de Arena, salpicado de crímenes, narcotráfico y corrupción, ni con los viejos métodos represivos de la dictadura militar.
Significa más bien que hay una guerra sorda, en la que la derecha cuenta con medios masivos de comunicación, y su principal aliado posee un impresionante aparato de inteligencia para buscar los puntos frágiles de la población y poder así manipularla.
No es tiempo para ser romántico y debemos aceptar que vivimos un tiempo de confrontación entre dos modelos de sociedad, uno incluyente y otro de segregación y enriquecimiento ilícito de unos pocos, como el caso del ex presidente Francisco Flores, incapaz de explicar el paradero de más de 80 millones de dólares del Estado. La derecha es perversa, su naturaleza es egoísta, y siempre trata de lucrarse con todo lo que está a su alcance. Claro, hay gente honesta entre ellos, que vendrán a las filas del pueblo, si en verdad tienen dignidad y sensibilidad social.
La derecha continental, en El Salvador también, se ha desarrollado y convertido en un monstruo capaz de regenerarse, autocurar sus heridas y salir fortalecido de cada embate, como el monstruo Alien del film de ciencia ficción. Su capacidad de recuperación se ha desarrollado. Un ejemplo es la campaña que Arena hizo para la segunda vuelta, sirviéndose del programa del FMLN, ofreciendo los mismos programas, pero mejor, y victimizándose con las denuncias de corrupción en su contra. Las denuncias en lugar de afectarle parece ser que sirvieron para crear lástima y apoyo en la población. Otro ejemplo es lo dicho por el diputado de Arena Roberto d'Aubuisson al autonombrarse « Voz de los que no tienen voz » cuando es su padre el responsable del asesinado de Monseñor Romero, “Voz de los sin Voz” de los salvadoreños. Muchas personas que recibieron ayuda con programas del actual programa, ante la promesa de una mejor oferta de ayuda fueron a votar por Arena. Y cuando se enteren de que fue una mentira ya será tarde, y habrá que esperar otros 5 años para tratar de nuevo hacerles entender las razones de la lucha… y otra vez la derecha tratará de volverlas a engañar.
El antídoto para este mal de amnesia es el estudio para desarrollar la memoria histórica y desarrollar el músculo ideológico que nos haga fuertes. Arrollémonos las mangas y pongamos las manos en la masa, hagamos avanzar el proceso con el estudio y la organización de todos los sectores de la población. Organicémonos todos, por calle, por barrio en todo El Salvador. Que el estudio de nuestra historia y las injusticias sufridas por el pueblo sea nuestro objetivo inmediato. Es necesario entregarle las armas de la razón al pueblo. De lo contrario días difíciles asomarán en el horizonte. El profundo significado de la jornada electoral es que la lucha continúa.
