Nosotras, las mujeres de la Marcha Mundial, reunidas en Delhi(India) con motivo del Cuarto Encuentro Internacional de la Marcha Mundial, nos oponemos con toda nuestra fuerza y determinación a la guerra que el gobierno de los Estados Unidos y sus aliados desencadenaron contra la población iraquí. Tal acto está en abierta contradicción con la razón de ser de las Naciones Unidas y con la voluntad de la inmensa mayoría de las poblaciones que, desde hace semanas, manifiestan en el mundo entero por millones. Con esta guerra el gobierno de los Estados Unidos y sus aliados pretenden ser los gendarmes del mundo, controlar el mercado petrolero y reconfigurar la región del Medio Oriente en función de sus propios intereses. Nosotras, las mujeres de la Marcha Mundial, delegadas de 35 países y territorios, nos oponemos vehementemente a todo intento de utilizar la intervención armada que creará todavía más sufrimiento y destrucción sin resolver en lo más mínimo los problemas que están a la raíz; por lo contrario no hará más que arrojar centenares de miles de personas refugiadas a los caminos y agravar la pobreza y la humillación de las poblaciones afectadas. Además, esta intervención corre el riesgo de prender fuego al planeta entero y agravar la condición de los pueblos de todos continentes. Sabemos por experiencia que la guerra no resuelve los problemas de injusticia, de democracia, y de opresión de los pueblos por potencias extranjeras. Las mujeres y los niños/as son siempre las primeras víctimas, junto con las poblaciones excluidas, de todo conflicto armado. Desde nuestro último Encuentro en Montreal en octubre de 2001, en el cual habíamos reiterado nuestra voluntad de vivir en un mundo sin guerra, los conflictos armados se han multiplicado en los cinco continentes. Miles de personas civiles han sido victimas inocentes de guerras cínicamente llamadas "humanitarias" o de "baja intensidad", víctimas de la violencia estatal, de bloqueos económicos, de ocupaciones, de colonización, genocidios, opresiones patriarcales (crímenes de "honor", violencia doméstica, mutilaciones genitales, tráfico sexual), del hambre, de las miserias cotidianas fruto de las intolerables desigualdades que el sistema económico mundial genera. La guerra hace que la industria armamentista y los presupuestos militares crezcan constantemente a costa de los programas para la salud, la educación, la seguridad social, la protección del medio ambiente. Habrá gobiernos que aprovecharán esta situación para nutrir la xenofobia, cerrar todavía más sus fronteras para erigirse en fortalezas contra las personas inmigrantes y refugiadas; para amenazar y hasta suprimir los derechos civiles y las libertades fundamentales, en particular de las mujeres, y para criminalizar todo movimiento de oposición a la globalización neoliberal y sexista actual. Nosotras, las mujeres de la Marcha Mundial: a. Apoyamos las voces crecientes de ciudadanas y ciudadanos en los Estados Unidos y en otras partes del mundo que reclaman un radical cambio de rumbo; b. Exigimos que los Estados miembros de la ONU ejerzan su poder y apliquen con urgencia la resolución 377 para convocar la Asamblea General y parar de inmediato los bombardeos para evitar la catástrofe; c. Reiteramos la urgencia de soluciones políticas negociadas de todos los conflictos y la participación equitativa de las mujeres en estas negociaciones; d. Exigimos la prohibición total de la producción y venta de armas y exigimos que los Estados establezcan políticas de desarme tanto en el campo del armamento clásico como nuclear y biológico. Nosotras, las mujeres de la Marcha Mundial, manifestaremos nuestro rechazo a la guerra, volcándonos a las calles de Delhi, el jueves 20 de marzo, con una marcha pacífica. Hacemos un llamado a las mujeres del mundo entero a movilizarse inmediatamente uniéndose, en particular, a todas las iniciativas del movimiento contra la guerra.