La guerra infinita de Fidel
14/04/2003
- Opinión
El gobierno cubano demostró, por la forma de reaccionar a las
provocaciones del encargado de negocios de los Estados Unidos en la
Isla, que hizo una lectura detenida de la nueva doctrina
norteamericana de seguridad, de su aplicación en el caso de Irak y que
reaccionó directamente en función de esas condiciones al sancionar de
forma tan rápida y severa a los disidentes internos. Al actuar de esa
manera, Fidel Castro está enviando de vuelta un mensaje a Washington:
si quisieran actuar contra Cuba como lo hicieron contra Irak y
amenazan hacerlo contra Siria, no encontrarán dentro del país algo
similar al papel desempeñado por los kurdos o por la Alianza del Norte
en la invasión de Afganistán y que tendrán que enfrentar algo mucho
más parecido a lo de Vietnam que de los países del Medio Oriente.
Menos desplantes -como los de Saddam- y más acción, sería la respuesta
cubana a las nuevas condiciones internacionales después de la guerra
de Irak.
Hace pocos años atrás, el gobierno cubano también reaccionó de manera
rápida y violenta a la tentativa de una avioneta de aterrizar en Cuba
y lanzar panfletos con tesis opositoras. Antes ya había igualmente
enviado el mensaje de que los que quisieran intentar desestabilizar el
gobierno cubano no se quedarían en las cárceles como referencia para
la campaña internacional contra Cuba, ni podrían nutrir la ilusión de
que el régimen pudiese caer –al estilo de aquellos de Europa Oriental-
y esos personajes pudiesen salir de la prisión para protagonizar la
política posrevolucionaria.
Desde que se configuró la crisis de la URSS y que Cuba se dio cuenta
que no iba a poder contar con la protección soviética, frente a la
mayor potencia bélica de la historia de la humanidad situada a 90
millas de sus costas, asumió la actitud que da continuidad ahora, en
el caso del proceso de militares acusados de complacencia con el
narcotráfico, que llevó a la ejecución, entre otros de Arnaldo Ochoa.
La postura de Saramago da la impresión que fuese algo nuevo en el
comportamiento del gobierno cubano. Se puede perfectamente discutir y
condenar, pero no considerar que sea un elemento nuevo, que justifique
un cambio de actitud en relación a Cuba, porque en ese aspecto el
gobierno cubano siempre fue coherente con su actitud.
Fidel asume la contrapartida cubana de la guerra infinita. Saben que
está en los guiones del gobierno norteamericano, que son, junto a los
vietnamitas, los únicos que consiguieron imponer derrotas a los
Estados Unidos y que siguen siendo una espina en la garganta de
Washington. Al final, ya pasaron 10 presidentes en los Estados
Unidos, así como tantos anuncios del fin del régimen cubano, que ellos
saben que falta alguien en el eje del mal de Bush y por eso se
previenen de la forma que les parece mejor.
(Traducción ALAI)
https://www.alainet.org/pt/node/107343
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