El futuro de China

01/08/2005
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X. El futuro de China China tiene un proyecto nacional que define con claridad sus objetivos y metas para el futuro. En el proyecto destacan, sobre todo, el bienestar y la seguridad de la población del país y, además, la unidad nacional. Son tareas inmensas si se toma en cuenta la terrible pobreza a la cual estaba sometida la población china hasta su revolución de 1949. Por otro lado, la unidad nacional tampoco es tarea fácil si se tienen en cuenta los planes de EEUU (Taiwán) y lo que era hasta hace poco la política exterior de Gran Bretaña (Hong Kong). Al igual que todos países, los chinos tienen algunas ventajas sobre los demás para alcanzar sus metas. A diferencia de los otros países del llamado Tercer Mundo, China ha definido con claridad sus objetivos y ser firmes en su voluntad política para alcanzarlos. Entre las ventajas, se encuentra la identidad nacional de los chinos arraigada en una historia milenaria. Además, la organización política que le permite movilizar las energías de 1,300 millones de habitantes. A principios del siglo XXI China se está colocando, además, en una posición geo-política muy ventajosa. Para muchos analistas, la crisis de sobreproducción del capitalismo mundial, que afecta su crecimiento desde la década de 1970, está encontrando una válvula de escape en la organización social y los enormes recursos con que cuenta China. Según el sociólogo Giovanni Arrighi, el crecimiento de las inversiones extranjeras en China pasó de US$5 mil millones en 1991 a US$50 mil millones en 2002. El mercado interno de los centros urbanos (ingresos de los consumidores) crece a una tasa anual del 11 por ciento. Otro sociólogo, David Harvey, señala que China en estos momentos está realizando inversiones de infraestructura más grandes que los efectuados por EEUU en la época de oro de la II post-guerra entre 1950 y 1970. No es sólo el proyecto de Las Tres Gargantas (US$25 mil millones). También otro proyecto para unir los ríos Yangste y Amarillo cuyo costo alcanzaría US$60 mil millones. Nuevas autopistas están uniendo las ciudades del país, un total de 14,000 kilómetros de vía ferroviarias se están construyendo y en las ciudades se están instalando trenes subterráneos. Estas inversiones y otras se están financiando transformando a China en el centro industrial del mundo. El comercio entre China y el mundo, especialmente EEUU, se multiplica anualmente. Además, China tiene que importar materias primas de todos los rincones del planeta para mantenerse competitivo. Si China logra salir airoso de este reto que le impone la competencia industrial a escala mundial, las consecuencias tendrían implicaciones globales. Entre ellas, trastocaría el equilibrio mundial de poder y convertiría a China en una potencia hegemónica a la cabeza de un Lejano Oriente que competiría directamente con EEUU. China tiene que superar dos grandes obstáculos para continuar creciendo y prosperando. Por un lado, tiene que administrar en forma adecuada el rápido crecimiento de su economía evitando “recalentamientos” que la puede hacer colapsar. Su éxito ha descansado sobre un acto de equilibrio entre la enorme fuerza de trabajo a su interior y el flujo de corrientes nunca antes vistos de capitales extranjeros que llegan buscando oportunidades. Este conjunto es controlado por una clase empresarial-estatal que dirige el país y su economía. Por el otro, tiene que ejecutar una política exterior que le permita manejar las rápidas transformaciones que la pueden convertir en un futuro cercano en el eje central del desarrollo capitalista mundial. Esta posibilidad traerá mucha oposición. En primer lugar de parte de Japón. Pero la principal resistencia vendrá de parte de EEUU, que ya está estudiado muy de cerca opciones para enfrentar a China. El futuro del proyecto nacional de China, independientemente de los planes que puedan tener las potencias mundiales, está en manos de los propios chinos. (Fin) - Marco A. Gandásegui, hijo, es profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e Investigador asociado del CELA. Texto parte de una serie de 10 artículos que el autor preparó después de realizar una gira de diez días - entre el 20 y 29 de abril de 2005 - como miembro de una delegación de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Panamá que visitó cinco ciudades, privilegiando centros académicos, productivos y culturales de la República Popular de China.
https://www.alainet.org/pt/node/112590
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