Carta de Opinión
Las discusiones amenazan la histórica Cumbre contra la pobreza
08/09/2005
- Opinión
Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL)
Internacional de la Educación (IE)
Comité Consultivo Sindical ante la OCDE (TUAC)
Cuando 170 jefes de Estado se reúnan en la sede de la ONU en Nueva York
la próxima semana, deberán actuar contra la pobreza en el mundo. Nunca
antes se había visto a tanta gente movilizarse con un mismo mensaje:
¡Debemos actuar contra la pobreza y debemos hacerlo ya!
Unas 155 millones de personas se han unido a la Campaña Mundial contra
la Pobreza, a las que se han añadido millones más en todo el mundo.
Grandes conciertos han reunido a jóvenes y mayores, atrayendo la
atención de la prensa internacional. Personalidades destacadas del
deporte, del espectáculo y de los negocios también se han unido a la
causa.
Y sin embargo, después de todo, nunca antes se había dado lugar a
semejante decepción. Mientras los líderes se preparan para acudir a
Nueva York, los negociadores trabajan día y noche, y todo porque en el
último minuto la Administración estadounidense ha decidido echar abajo
el anteproyecto mundial para afrontar la pobreza desde la raíz.
Tantas esperanzas fueron puestas en esta cumbre, tantos esfuerzos
vertidos en convencer a los gobiernos que este es el momento de lograr
los objetivos fundamentales para el desarrollo – los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM). Ahora, de un solo golpe, todo se ve
amenazado. El nuevo Embajador nombrado por el presidente George W. Bush
afirma que EE UU jamás se comprometió a objetivos de desarrollo
concretos.
Los trabajadores de este mundo no son ajenos a la pobreza. Hoy en día,
un trabajo no significa que se pueda alimentar a una familia, mandar a
los hijos al colegio, o siquiera disponer de agua limpia. Esta situación
no se da únicamente en los países empobrecidos, es también la realidad
en muchos países industrializados. Los trabajadores pobres ya forman
parte de la mayoría de sociedades. Los trabajos son cada vez más
precarios y las condiciones en las que se ejecutan, muchas veces
peligrosas. Si el movimiento sindical mundial exige un trabajo decente,
nos referimos a un trabajo libre de acoso y discriminación, un trabajo
que proporcione lo suficiente para vivir y que no ponga en peligro ni la
salud ni la vida. Esto puede parecer evidente, pero la realidad de la
actual economía global es que la mayoría de los trabajadores no posee
estos derechos básicos. Por esta razón el movimiento sindical forma
parte del Llamado Mundial a la Acción Contra la Pobreza. ¡Nos afecta a
todos!
En el meollo de la actual guerra de palabras antes de la Cumbre en Nueva
York se encuentran profundas diferencias de opinión en cuanto a la
manera de afrontar la pobreza en el mundo. Desde que los líderes
mundiales se reunieran en la ONU hace 5 años, surgió un enorme consenso
entre los gobiernos, la comunidad internacional, economistas,
pensadores renombrados y la sociedad civil, incluyendo a los sindicatos,
empresas, organizaciones para el desarrollo y celebridades. Dicho
consenso llama a disponer de mayores recursos de financiación, perdonar
o reestructurar la deuda y aceptar el comercio equitativo. El principal
foco de atención ha sido la visión claramente expuesta de los 8
Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Pero existe otra visión, en la cual la retórica compasiva y los
llamamientos a la ayuda voluntaria pueden combinarse con la
privatización, el reemplazo de la responsabilidad gubernamental por el
mercado libre, y la liberalización del comercio. La Administración Bush
ha optado estos últimos días por rechazar el consenso mundial de los
últimos 5 años, negando la visión de objetivos concretos e indicadores
de progreso razonables. Al contrario, el nuevo Embajador estadounidense
ante la ONU ha pedido a los representantes de 190 países que abandonen
su trabajo y se concentren en las exigencias de EE UU relativas a la
reforma de las Naciones Unidas.
El movimiento sindical exige además una ONU más eficaz. El movimiento
sindical exige una mejor respuesta a la violación de los derechos
humanos, concretamente los derechos de los hombres y mujeres explotados
en el trabajo. El movimiento sindical exige una acción definitiva contra
el terror y la inseguridad, pues las víctimas más frecuentes son los
trabajadores corrientes.
Pero no lograremos ninguno de estos derechos si se eliminan los ODM. El
consenso mundial ha movilizado a millones de personas a través del
planeta porque los ODM presentan una visión capaz de abordar todas estas
cuestiones urgentes al mismo tiempo, de manera realista y con apoyo
generalizado. Nuestros miembros han demostrado su capacidad para
movilizarse mediante grandes coaliciones contra la pobreza, tanto en EE
UU como en todos los demás países del mundo. Los líderes deben saber que
si demuestran su voluntad política y su determinación en Nueva York,
obtendrán el apoyo de la gente, y que nuestras organizaciones
desempeñarán su papel en al movilizar este apoyo.
Guy Ryder (CIOSL) Fred van Leeuwen (IE) John Evans (TUAC)
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Los líderes mundiales se reunirán en la inauguración de la Asamblea
General de las Naciones Unidas en Nueva York, del 14 al 16 de
septiembre
Guy Ryder es secretario general de la Confederación Internacional de
Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) con más de 145 millones de
miembros en 154 países. Guy Ryder está invitado a dirigirse a los
líderes en la Cumbre del 14 al 16 de septiembre.
Fred van Leeuwen es secretario general de la Internacional de la
Educación (IE), que representa a más de 29 millones de docentes en 166
países. Fred van Leeuwen preside actualmente la Conferencia de la
Agrupación Global Unions.
John Evans es secretario general del Comité Consultivo Sindical (TUAC)
ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE). Los afiliados a la TUAC pertenecen a 56 centros sindicales
nacionales en los 30 países de la OCDE; juntos representan a 66 millones
de trabajadores.
https://www.alainet.org/pt/node/112942?language=es