La utopía del pueblo lenca
27/09/2005
- Opinión
Francisco Gámez ha venido por primera vez a La Habana para representar a su pueblo en la II Asamblea Global de Jubileo Sur. Campesino de toda la vida, dice que nació en 1956 -no se preocupa por sacar la cuenta-, y se distingue en la Asamblea por usar sombrero, por lucir en su rostro los rasgos de los indígenas hondureños, y por exhibir una sonrisa de dientes de oro, costumbre del pueblo lenca.
Padre de cuatro hijos, Francisco siembra frijoles, caña y árboles frutales en la comunidad de Copante, en el departamento hondureño de Lempira, y, al mismo tiempo, participa activamente en las acciones del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH).
La vida del agricultor… Nosotros luchamos desde la comunidad de Copante, donde viven 150 familias indígenas que se oponen a las injusticias del modelo actual y a las imposiciones de los gobiernos contra los pueblos. Nos afecta la deuda en el sentido de que, por ejemplo, en nuestro país nosotros tenemos derecho de ser apoyados por el gobierno a través de préstamos y otras ventajas. Pero no los tenemos; son propaganda nada más esos recursos que no llegan a nosotros. En Honduras el 45% de los impuestos generales van a pagar la deuda externa. Incluso, somos excluidos de todos los beneficios de los servicios públicos porque todavía hoy no tenemos acceso al teléfono, la luz eléctrica, y todas esas cosas. Las cosechas sólo nos alcanzan para nuestro consumo, y, cuando, con la ayuda de Dios, sacamos algún excedente, lo repartimos entre los más necesitados.
La cultura del pueblo lenca resiste… Luchamos por mantener nuestra cultura, nuestras tradiciones. En cuanto a lo que es medicina, por ejemplo, podemos decir que tenemos nuestra farmacia natural, nuestras plantas que nos curan y alimentan. Nuestra cultura también mantiene vivos sus rituales. Uno de los rasgos de las comunidades lenca es la colectividad de la tierra. Si alguien va a hacer un trabajo todo el mundo lo apoya sin pedir nada a cambio. Los títulos son colectivos, así que eso nos protege contra los gobiernos y la compra de las tierras. Por eso hemos tenido miles de problemas con los gobiernos, que tratan de dividirnos con proyectos y promesas.
La gente se emociona…cuando yo regreso a la comunidad después de participar en estos debates, porque para mí y para las mujeres y los hombres de mi pueblo es un privilegio estar aquí y compartir con otras personas y otros movimientos sociales.
Los sueños de la cultura lenca… Nuestro sueño es lograr una transformación social donde no haya privilegios para nadie, donde todos seamos tomados en cuenta por igual. Ahorita hay en el mundo ese gran desbalance: privilegio para el 20 % y discriminación para el 80%. Nuestra visión como sueño y utopía es hacer esa transformación social a través de la presión y la lucha.
- Marcel Lueiro. Caminos.
https://www.alainet.org/pt/node/113079
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