¿De qué manera el feminismo contribuye a una nueva visión de la democracia, lejos de la dominación patriarcal, capaz de sostener valores que condenen el racismo, el sexismo, la homofobia y las múltiples formas de discriminación que existen en el sistema actual? El primer panel que abrió el debate esta mañana en el X Encuentro Feminista ante 1250 mujeres, dio lugar a la discusión de estas cuestiones, impulsadas por la intervención de Epsy Campbell, diputada costarricense por el partido Acción Ciudadana, la segunda fuerza política de su país; Ochy Curiel, exponente del feminismo autónomo y de concepción anarquista; y Maria Betania Avila, del Instituto Feminista para la Democracia, de Brasil. Campbell trazó una visión bastante optimista de la participación de las mujeres en las esferas políticas, tomando el ejemplo de su partido en el que existe paridad absoluta en los puestos de decisión y en la nómina de candidaturas a los cargos electivos. Consideró que comienza a verse en la región latinoamericana y caribeña una feminización de la política, que lleva a que nuevas reglas de juego puedan gestarse para cambiar el modo de hacer política. No obstante, consideró que estas reglas de juego sólo podrán cambiarse si las mujeres actúan como colectivo en la esfera política y remarcan dos principios fundamentales para quebrar con el modo actual de hacer política, que considera individualista y corrupto: el respeto a la dignidad de todos y todas y la solidaridad como punto de partida para la acción política. Ochy Curiel por su parte vio la necesidad de luchar por una radicalización de la democracia que rompa con la opresión del patriarcado, que continúa cobrando vidas de mujeres. Consideró que la democracia tal como está planteada en la actualidad es un sistema que debería ser abolido y que es necesario construir un mundo libertario, aún en construcción, que debe ser creado e imaginado desde posiciones políticas claras. Una de sus intervenciones más aplaudidas fue cuando enfatizó la necesidad de un feminismo internacionalista, capaz de provocar cambios y decir no a las financiadoras que pretenden imponer sus agendas a los movimientos y a la sociedad. “El feminismo desacomoda y angustia”, dijo María Betania Avila al introducir el tema y analizar que si bien la democracia, por definición, es el gobierno por el poder del pueblo, en verdad el pueblo nunca gobernó y las mujeres jamás fueron pensadas como parte del poder del pueblo. Para Avila es necesario iniciar procesos de democracia radical que construyan autonomía, conciencia crítica, socialización de los saberes y fortalecimiento de las bases para recuperar la utopía e impulsar la transformación social. - Dafne Sabanes Plou es integrante del Programa de Mujeres de la Asociación por el Progreso de las Comunicaciones, APC.