Condenan a cartonero por imprudente o por excluido?
17/05/2006
- Opinión
Los Jueces Claudio Ramos Feijoo, Gerónimo Sanso y Mauricio Mizrahi, integrantes de la Sala B de la Cámara de Apelaciones en lo Civil, según informaron varios medios de comunicación en el día de ayer, condenaron a Ramón Luis Gómez a pagar la suma de $ 40.000, en concepto de costas del juicio y de los honorarios de abogados y peritos que intervinieron.
El accidente ocurrió en la noche del 12 de diciembre del 2002, cuando Gómez circulaba por la Avda. Avellaneda en sentido a la calle Río de Janeiro y fuera atropellado por un automóvil, que supuestamente circula de acuerdo a lo establecido por la ley de tránsito. Desconocemos las pruebas agregadas al expediente que habrán merituado los Señores Jueces. Pero lo que en principio sospechamos o intuimos si lo prefieren, es que seguramente la parte condenada no contó con los recursos suficientes para producir las pruebas necesarias que resultan fundamentales, al momento que el Juez debe resolver una causa. Para localizar testigos y traerlos a prestar declaración, contar con Peritos de parte, etc., se necesitan recursos con los que seguramente el compañero cartonero no contaba y por el contrario la contraparte los poseía sobradamente, o sea el propietario del automóvil y la compañía de Seguros. Pero más allá de lo que terminamos de expresar, que en definitiva es casi ámbito exclusivo de la práctica procesal, queremos efectuar un par de consideraciones sobre los considerandos del Fallo de la Cámara.
Sostiene el Tribunal que "no transitaba por la acera, circulaba a pie por la calzada, que es la zona destinada sólo a vehículos. No tenía pues ninguna prioridad..." "Ha violado todas las normas de tránsito" a punto tal que "su calificación difícilmente pueda encuadrarse en la de peatón", para finalmente agregar que "carecía de cualquier elemento refractario ante la nocturnidad, que obligatoriamente debe tener hasta una bicicleta... situación que se agrava con el color oscuro de su carro".
Ahora me pregunto, ¿desconoce la Justicia en la Argentina que a partir de la crisis del 2001 y hasta el presente cientos de miles, quizás millones de seres humanos, familias enteras, debieron volcarse a las calles de las ciudades casi masivamente a buscar cartones, papeles, plásticos, metales y hasta algún alimento para poder continuar subsistiendo casi de manera infra humana en algunos casos?; ¿tampoco sabe que estos verdaderos trabajadores que recorren las calles para poder reunir unos pocos pesos para "parar la olla" como decían los viejos inmigrantes que llegaron el siglo pasado a nuestro generoso país, deben trabajar entre 12 y 14 horas, todos los días, incluso sábados, domingos y feriados, de lo contrario no comen; ¿tampoco conoce nuestra justicia que estos hermanos deberían ser premiados porque en lugar de volcarse ante su grave situación existencial, que hasta podría justificarlo, a la delincuencia, prefirieron la peor de las tareas, revolver los residuos que otros arrojamos a las calles, y realizar un trabajo con la mayor dignidad.
Por otra parte ¿tampoco consideraron los Señores Jueces, que si los cartoneros destinan sus pequeños ingresos a comprar chalecos refractarios, carros fácilmente visibles, con señales luminosas, etc., que les darían mayor seguridad en las calles, no podrían comer por varios días sus familias? Ahora me vuelvo a preguntar, ¿en dónde están las autoridades de un Estado que dispone de recursos suficientes para proveerles de todos esos insumos y así poder proteger mejor sus vidas? Si la Justicia defiende tanto al Señor conductor del automóvil que atropelló a Gómez, con lo que estoy de acuerdo en su totalidad que se proteja a quién no viola las leyes, del tipo que sea, ¿por qué no se protege primero a todos los Gómez que trabajan y luchan todos los días, en condiciones absolutamente desventajosas a las que tienen otros sectores de la sociedad? Por último me pregunto ¿o es que nos hemos vuelto tan materialistas e indiferentes con nuestros hermanos, que construimos ciudades en donde se privilegia más a los automóviles que a las personas?, en las que se guardan protegidos los vehículos en costosas cocheras, mientras que a sus puertas y en la calle hay seres humanos que pasan hambre, frío mientras son ignorados por los mismos propietarios de esos lujosos automóviles.
Por todo esto es que desde el "Grito de los Excluidos" expresamos nuestra total solidaridad con Ramón Luis Gómez y con todos nuestros hermanos trabajadores cartoneros y recicladores, en tiempos que los medios de comunicación y ahora un fallo de la Justicia parecen demostrar que los cartoneros, excluidos del sistema, molestan y hay que comenzar a desplazarlos, o por lo menos que no sean visibles. ¡Cuidado! Esos caminos ya los recorrimos en nuestra patria y aún lloramos la sangre de todas las víctimas, de todos y cada uno de los desaparecidos.
- Carlos Juliá es coordinador del "Grito de los Excluidos" en Argentina.
https://www.alainet.org/pt/node/115257?language=en
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