La Conferencia Mundial de la ONU sobre armas pequeñas y ligeras ha resultado un fiasco que se desplomó sin acuerdos, a pesar de que la mayoría de los gobiernos, incluyendo la Unión Europea, y muchos gobiernos de África y de Latinoamérica apoyaron un control más fuerte en el comercio internacional de armas pequeñas y ligeras. La conferencia, que terminó el 7 de julio, se desplomó después de que un grupo pequeño de estados, entre ellos los Estados Unidos, bloquearon algunas cuestiones claves de modo tal de no dejar espacio para ningún acuerdo. Durante la conferencia, diversos movimientos hacia un acuerdo sobre un control global de armas pequeñas y ligeras fueron sistemáticamente bloqueados por Cuba, India, Irán, Israel y Pakistán. “El mundo ha sido secuestrado por una minoría pequeña de países. Cerca de 12.000 personas que habrán muerto a consecuencia de armas pequeñas mientras duraba esta conferencia de dos semanas. Estas personas fueron traicionadas,” dijo Anna Macdonald, directora de la campaña Armas Bajo Control de Oxfam Internacional. La campaña “Armas Bajo Control” ahora procurará llevar su llamamiento a controles mundiales más fuertes a la Asamblea General de la ONU, en octubre 2006. Allí, las decisiones serán puestas a votación, dado que una minoría pequeña de gobiernos no puede bloquear el progreso hacia un mundo más seguro. Varios gobiernos ya han indicado que quieren que una resolución sea presentada ante el primer Comité de la Asamblea General de la ONU, llamando a que se comiencen las negociaciones sobre un Tratado sobre Comercio de Armas legalmente vinculante. “El mundo necesita desesperadamente de un estricto Tratado sobre Comercio de Armas que se aplique para terminar con constante tráfico de armas hacia países y grupos que abusan de los derechos humanos,” dijo Brian Wood, director de recursos sobre el comercio de armas de Amnistía Internacional. La campaña “Armas Bajo Control” llama a los gobiernos a establecer un tratado y a acordar a directrices globales para frenar las ventas de armas pequeñas y ligeras, para desacelerar los abusos de derechos humanos y el efecto que las armas generan sobre la pobreza. “Al permitir que ésta reunión no alcanzara acuerdos, los gobiernos han desperdiciado la oportunidad de salvar vidas alrededor del mundo. Es un hecho inaceptable: Dos semanas hablando sin producir un resultado, particularmente cuando 1000 personas todavía están muriendo a punta de pistola cada día,” dijo Rebecca Peters, directora de IANSA. Más de un millón de personas de 160 países apoyaron la campaña participando de la petición “Un millón de Rostros”, que fue presentada al Secretario General de la ONU, Kofi Annan, el primer día de la conferencia, el lunes 26 de junio. Julius Arile, que presentó la petición de un millón rostros a Kofi Annan, dijo: “Vine a esta conferencia para instar a los gobiernos del mundo a terminar el flujo de armas en el área donde vivo en el norte de Kenya. He perdido muchos amigos y a mi hermano a causa de la violencia armada. Estoy profundamente decepcionado que el mundo no ha hecho nada para ayudarme a mí y a las millones de personas en la misma situación.”