Cochabamba es centro actual de cambios profundos en Bolivia. Esto ha sido así desde 1810 cuando patriotas liderados por Esteban Arze derrotaron a realistas en la épica batalla de Aroma, transmitiendo así una profunda convicción al pueblo del Virreinato de La Plata que sería libre muy pronto “porque así quiere que sea los cochabambinos”.

Hoy es lo mismo respecto a la revolución bolivariana en Bolivia y en primera fila están campesinos y trabajadores, aunque también clases medias empobrecidas. Existe frente común para frenar intentos desleales del prefecto Reyes Villa por forzar autonomías separatistas repudiadas fehacientemente en reciente referéndum popular.

Intentos de proclamar autonomías en departamentos de Bolivia son buenos de principio para descentralizar y desconcentrar decisiones administrativas e instituciones como ABC, por ejemplo, dedicada a construcción y mantenimiento de caminos. Por eso la Asamblea Constituyente se ha dado como misión reglamentar alcance y funcionamiento de las denominadas autonomías departamentales para darles el nivel de decisión económico y financiero descentralizado que se merecen acorde al espíritu unitario de la nación.

Pero como en otras partes del mundo los geoestrategas del norte están interesados en dividir países ricos en hidrocarburos y rebeldes al orden y paz norteamericana. Grupos de poder oligárquicos prefieren dividir el país para satisfacer intereses de grupo, antes que conciliar con el Gobierno nacional de Evo. Por eso el pueblo trabajador consciente de la unidad de la patria se ha levantado con marchas y cabildos populares para alejar a los prefectos cipayos.

El pueblo sabe que el contexto internacional es favorable a aspiraciones para salir de la pobreza y nacionalizar los poderes políticos, hoy sometidos a la influencia nefasta del imperio. EE.UU. no se convence todavía que Bolivia se haya zafado de su control, siendo que siempre la ha considerado un país fácil y dócil a sus deseos, ya que políticos neo-liberales se han sometido sin mayor preámbulo a su dictado financiero, militar, económico, cultural y tecnológico.

Venezuela Bolivariana, Nicaragua, Cuba y Bolivia conforman ALBA o Alternativa Bolivariana para las Américas, tiene como misión establecer flujo económico, financiero, social, cultural, humano y espiritual. Es respuesta al ALCA propiciado por EE.UU., y que la misma prensa burguesa le da corta vida. Por contrario el comercio entre estos cuatro países tiende a incrementarse en salud, alfabetización, medicamentos, energía, hidrocarburos, valor agregado con instalación de nuevas fábricas y refinerías, créditos y comercio abierto para productos alimenticios especiales que Venezuela Bolivariana y Cuba importan y que Bolivia y Nicaragua pueden producir a corto plazo.

Bolivia tiene capacidad de producción en alimentos hasta cifras que podrían rondar decenas de millones de toneladas de cereales andinos y amazónicos. Carne vacuna de altiplano y llanos, textiles artesanales, manufacturas industriales, etc., evitará que estos países componentes de ALBA importen lo mismo de ultramar. ALBA es integración real a largo plazo entre pueblos diversos pero unidos por la revolución y democracia bolivariana.

Partidos tradicionales tienen pavor al hecho de que Bolivia comercie con Venezuela Bolivariana, Cuba y Nicaragua, sin aceptar ningún condicionamiento. Para ellos el comercio sólo existe si está presente EE.UU., Canadá, Europa o Japón. El Gobierno nacional por el contrario acepta con gusto llegada de empresas estratégicas como PDVSA, BIV o Banco Industrial de Venezuela y Telesur. Y la conformación de PETROANDINA y PETROSUR. Integración y comercio entre pueblos y países de ALBA significa solución de problemas sociales, económicos y culturales en primera instancia, políticos combinados con investigación, innovación, competitividad, ciencia y tecnología en segunda instancia.

Venezuela Bolivariana y Bolivia son un mismo país y habitantes de ambas naciones deberían constituirse con la misma documentación personal en puestos de trabajo que genera la incubación de empresas, agro-industrias, petroquímicas, banca financiera de fomento, medios de comunicación, educación y alfabetización. Venezuela Bolivariana tenderá a invertir en Bolivia cada año al menos tres mil millones de dólares en empresas mixtas con el Estado boliviano. Sólo eso significará un crecimiento del 7% anual.

Bolivia puede duplicar su PIB de 12 mil millones de dólares en poco tiempo, siempre que integración ALBA incluya política audaz de investigaciones conjuntas, inversiones en empresas mixtas, industrialización acelerada, comercio intensivo de alimentos y manufacturas, refinación de petróleo y petroquímicas. Está por plantearse la construcción de una ciudad del acero integrada en Mutún, de tal manera que Venezuela Bolivariana sea socia de COMIBOL y ESM para producir minerales, hierro esponja, aceros y laminados de diferentes usos. Bolivia posee inmensas riquezas en hierro, manganeso y gas y convendría que Venezuela Bolivariana, Cuba y Nicaragua, en principio, pero también Ecuador, MERCOSUR, Perú y Chile se abastezcan de producción boliviana de hierro, acero y productos terminados como aceros de construcción, planchas, maquinarias, rieles y tubos.

Otro alcance similar trascendente en planificación energética es exportación de gas a toda Sudamérica por parte de Venezuela Bolivariana y Bolivia usando el Gasoducto del Sur que será construido con financiamiento venezolano. La exportación de energía eléctrica a países vecinos es un hecho en Bolivia a través de la empresa ENDE refundada en asociación a YPFB, municipios, prefecturas, cooperativas y comunidades campesinas.

Revolución bolivariana permitirá crear miles de universidades populares y escuelas industriales o tecnológicos de producción, para poner el conocimiento técnico en todos las ramas y sectores al alcance de cada ciudadano y campesino de Latinoamérica. El conocimiento con la revolución bolivariana ya no será un misterio y deberá llegar a jóvenes y adultos por igual por el sistema dual de teoría y práctica al mismo tiempo.

Esta visión latinoamericana es opuesta al capitalismo salvaje y asusta a EE.UU. y sus multinacionales acostumbrados como están a ver países pobres altamente endeudados, con burguesías y oligarquías cipayas vinculadas a sus intereses. Cuando observan a Bolivia digna, soberana e independiente, unida a Venezuela Bolivariana, Nicaragua y Cuba por un tratado concreto de integración integral como es ALBA, mueven a sus sirvientes endógenos o prefectos separatistas para impedir que la democracia bolivariana de pueblos libres y soberanos siga creciendo y ejerciendo el poder popular y protagónico. El Gobierno nacional necesita más cuadros y medios de difusión masiva para informar de esta realidad a todos los bolivianos y latinoamericanos.