Reflexiones electorales sobre España y USA
23/01/2008
- Opinión
Este año se realizaran jornadas electorales en dos países relevantes para Colombia: España y Estados Unidos. En España, nuestra ‘puerta de entrada’ a la Unión Europea, habrá elecciones generales el próximo 9 de Marzo. Estados Unidos, el aliado estratégico de Colombia, elegirá nuevo Presidente en el próximo mes de Noviembre.
En las elecciones españolas es probable que pocas cosas cambien, independiente del triunfo de cualquiera de los dos grandes partidos. El Partidos Socialista Obrero Español (PSOE), hoy día en el gobierno con José Luís Rodríguez Zapatero como Presidente de Gobierno –recordemos que España es una monarquía parlamentaria en la cual el Jefe de Estado es el Rey y el jefe de gobierno el líder de la mayoría parlamentaria-. El Partido Popular (PP), heredero de la tradición de la derecha española –por supuesto una derecha modernizada-, lidera la oposición y aspira a convertirse en mayoría parlamentaria y en esa medida en gobierno. Sin embargo, los analistas esperan pocos cambios independiente de quien sea el triunfador –los sondeos le dan por el momento una ligera ventaja al PSOE y en esto puede haber influido la tendencia del liderazgo del PP de polarizar la sociedad o crisparla como dicen los españoles-; no habrá cambio ni en lo relacionado con el modelo económico –en una democracia consolidada y estable como la española la orientación de la política económica genera amplios consensos-, ni en la política frente a la Unión Europea, ni en las buenas relaciones con Estados Unidos, ni en la política frente a ETA, ni frente a las autonomías regionales, para mencionar los campos más relevantes. Quizá en la relación con la iglesia católica puede haber algunos matices entre los dos partidos pero no parece ser un tema relevante.
Estados Unidos es un régimen presidencialista y en esa medida la elección de mayor importancia es la del Presidente. El Partido Republicano al cual pertenece el actual mandatario, George W. Bush –quién ya fue reelecto en una ocasión-, tiene las mayores posibilidades de perder, no sólo por el desgaste normal del ejercicio del poder, sino además por el rechazo creciente en la opinión pública que tiene la política de intervención militar en Irak y el impacto progresivo de la recesión económica que parece cada vez ser una realidad en la economía norteamericana e indirectamente en la economía internacional; esto hace muy difícil para el candidato republicano, sin importar quién sea el nominado, poder triunfar. El Partido Demócrata, después de ocho años fuera del gobierno se prepara a triunfar con un candidato que representa una verdadera transformación en la política norteamericana, una verdadera revolución americana –ya sea Hilary Clinton, lo que significaría la primera mujer Presidenta, o Barak Obama lo que implicaría la posibilidad de un joven Presidente negro-; de hecho ya recuperó el control del Congreso en las recientes elecciones y ha comenzado a poner su impronta en las decisiones de política.
Para Colombia estos dos países seguirán siendo sus principales aliados en lo relacionado con la economía, la seguridad y las inversiones de capital, pero tendrá más impacto la elección norteamericana que los comicios españoles, pues en el primer caso si bien la política de apoyo a Colombia ha sido de carácter bipartidista, sin embargo un gobierno demócrata seguramente aumentara las exigencias en temas como respeto a los derechos humanos por parte de la Fuerza Pública –especialmente en lo relacionado con muertes de sindicalistas- y quizá pueda abrir la posibilidad de revisar la política norteamericana antidrogas y esto si bien tendría impacto en lo inmediato, en el mediano plazo puede ser muy positivo. En el caso español no es esperable ningún cambio relevante en relación con Colombia, así como tampoco lo hubo con el relevo del PP por el PSOE en el 2004.
- Alejo Vargas Velásquez es profesor Universidad Nacional.
En las elecciones españolas es probable que pocas cosas cambien, independiente del triunfo de cualquiera de los dos grandes partidos. El Partidos Socialista Obrero Español (PSOE), hoy día en el gobierno con José Luís Rodríguez Zapatero como Presidente de Gobierno –recordemos que España es una monarquía parlamentaria en la cual el Jefe de Estado es el Rey y el jefe de gobierno el líder de la mayoría parlamentaria-. El Partido Popular (PP), heredero de la tradición de la derecha española –por supuesto una derecha modernizada-, lidera la oposición y aspira a convertirse en mayoría parlamentaria y en esa medida en gobierno. Sin embargo, los analistas esperan pocos cambios independiente de quien sea el triunfador –los sondeos le dan por el momento una ligera ventaja al PSOE y en esto puede haber influido la tendencia del liderazgo del PP de polarizar la sociedad o crisparla como dicen los españoles-; no habrá cambio ni en lo relacionado con el modelo económico –en una democracia consolidada y estable como la española la orientación de la política económica genera amplios consensos-, ni en la política frente a la Unión Europea, ni en las buenas relaciones con Estados Unidos, ni en la política frente a ETA, ni frente a las autonomías regionales, para mencionar los campos más relevantes. Quizá en la relación con la iglesia católica puede haber algunos matices entre los dos partidos pero no parece ser un tema relevante.
Estados Unidos es un régimen presidencialista y en esa medida la elección de mayor importancia es la del Presidente. El Partido Republicano al cual pertenece el actual mandatario, George W. Bush –quién ya fue reelecto en una ocasión-, tiene las mayores posibilidades de perder, no sólo por el desgaste normal del ejercicio del poder, sino además por el rechazo creciente en la opinión pública que tiene la política de intervención militar en Irak y el impacto progresivo de la recesión económica que parece cada vez ser una realidad en la economía norteamericana e indirectamente en la economía internacional; esto hace muy difícil para el candidato republicano, sin importar quién sea el nominado, poder triunfar. El Partido Demócrata, después de ocho años fuera del gobierno se prepara a triunfar con un candidato que representa una verdadera transformación en la política norteamericana, una verdadera revolución americana –ya sea Hilary Clinton, lo que significaría la primera mujer Presidenta, o Barak Obama lo que implicaría la posibilidad de un joven Presidente negro-; de hecho ya recuperó el control del Congreso en las recientes elecciones y ha comenzado a poner su impronta en las decisiones de política.
Para Colombia estos dos países seguirán siendo sus principales aliados en lo relacionado con la economía, la seguridad y las inversiones de capital, pero tendrá más impacto la elección norteamericana que los comicios españoles, pues en el primer caso si bien la política de apoyo a Colombia ha sido de carácter bipartidista, sin embargo un gobierno demócrata seguramente aumentara las exigencias en temas como respeto a los derechos humanos por parte de la Fuerza Pública –especialmente en lo relacionado con muertes de sindicalistas- y quizá pueda abrir la posibilidad de revisar la política norteamericana antidrogas y esto si bien tendría impacto en lo inmediato, en el mediano plazo puede ser muy positivo. En el caso español no es esperable ningún cambio relevante en relación con Colombia, así como tampoco lo hubo con el relevo del PP por el PSOE en el 2004.
- Alejo Vargas Velásquez es profesor Universidad Nacional.
https://www.alainet.org/pt/node/125285
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