El candidato republicano (cuarta parte)

14/02/2008
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Cuando en la anterior reflexión pregunté a McCain qué pensaba de los Cinco Héroes antiterroristas cubanos, lo hice porque tenía presente lo que publicó en la página 206 del libro Faith of My Fathers elaborado por él y su asistente Mark Salter:

“Es una cosa horrible la soledad. Comprime tu espíritu y debilita tu resistencia más eficazmente que cualquier otra forma de maltrato. Como no tienes nadie más en quien confiar, con quien compartir confidencias, a quien pedir consejo, comienzas a dudar sobre tus convicciones y tu coraje. Pero finalmente te acostumbras a la soledad como ante cualquier dificultad, diseñando varios métodos para mantener tus problemas alejados de la mente y aprovechar desmedidamente cualquier oportunidad para tener contacto humano.”

“Cuando en 1970 mi período de confinamiento en solitario finalmente terminó, fui inundado por la compulsión de hablar sin parar…”

Si es un tema que a usted interesa, en Estados Unidos hay cinco prisioneros cubanos hoy, alejados uno del otro por miles de kilómetros. No cuentan con zona alguna a la que pudieran calificar irónicamente como “Hanoi Hilton”. Sus sufrimientos y la injusticia de que son víctimas serán conocidos por el mundo, no le quepa la menor duda. Decidí reiterar el tema recordando que, en alguna entre sus muchas declaraciones, usted trataba de ubicar el lugar convertido en prisión de los pilotos de los bombarderos derribados cuando atacaban Viet Nam.

A mí me alojaron en la antigua residencia del Gobernador francés en toda Indochina cuando visité Viet Nam en 1973, país al que arribé el 12 de septiembre, después del acuerdo entre Estados Unidos y Viet Nam, al que usted alude. Allí me visitó Pham Van Dong, entonces Primer Ministro, que lloraba al recordar los sacrificios humanos y materiales impuestos a su país; de allí partí a visitar el Sur ―todavía no totalmente liberado― hasta la Línea McNamara, donde los fortines de acero habían sido tomados por los combatientes vietnamitas, a pesar de los bombardeos y los incesantes ataques aéreos de Estados Unidos. 

Los puentes, sin excepción, a lo largo del trayecto, visibles desde el aire entre Hanoi y el Sur, estaban efectivamente destruidos; las aldeas, arrasadas, y todos los días las granadas de las bombas de racimo lanzadas con ese fin, estallaban en los campos de arroz donde niños, mujeres e incluso ancianos de avanzada edad laboraban produciendo alimentos. 

Un gran número de cráteres se observaban en cada una de las entradas de los puentes. No existían entonces las bombas guiadas por láser, mucho más precisas. Tuve que insistir para hacer aquel recorrido. Los vietnamitas temían que fuese víctima de alguna aventura yanqui si conocían de mi presencia en aquella zona. Pham Van Dong me acompañó todo el tiempo.

Sobrevolamos la provincia de Nghe-An, donde nació Ho Chi Minh. En esa provincia y la de Ha Tinh murieron de hambre en 1945, el último año de la Segunda Guerra Mundial, dos millones de vietnamitas. Aterrizamos en Dong Hoi. Sobre la provincia donde radica esa ciudad destruida se lanzaron un millón de bombas. Cruzamos en balsa el Nhat Le.  Visitamos un puesto de asistencia a los heridos de Quang Tri. Vimos numerosos tanques M‑48 capturados. Recorrimos caminos de madera en la que un día fue la Ruta Nacional destrozada por las bombas. Nos reunimos con jóvenes soldados vietnamitas que se llenaron de gloria en la batalla de Quang Tri. Serenos, resueltos, curtidos por el sol y la guerra, un ligero tic reflejo en el párpado del capitán del batallón. No se sabe cómo pudieron resistir tantas bombas. Eran dignos de admiración. Esa misma tarde del 15 de septiembre, regresando por ruta diferente, recogimos tres niños heridos, dos de ellos muy graves;  una niña de 14 años estaba en estado de shock con un fragmento de metal en el abdomen. Los niños trabajaban la tierra cuando un azadón hizo contacto casual con la granada. Los médicos cubanos acompañantes de la delegación les dieron atención directa durante horas y les salvaron la vida. He sido testigo, señor McCain, de las proezas de los bombardeos a Viet Nam del Norte, de los cuales usted se enorgullece. 

Por aquellos días de septiembre, Allende había sido derrocado; el Palacio de Gobierno fue atacado y muchos chilenos torturados y asesinados. El golpe fue promovido y organizado desde Washington. 

Todo aquello sucedió desgraciadamente.

El problema fundamental en este momento es saber si el candidato republicano McCain está consciente de la crisis económica que, a corto plazo o de inmediato, atravesará Estados Unidos. Sólo desde ese punto de vista será posible evaluar a cualquier candidato con posibilidades de ascender a la jefatura de ese poderoso país.

La agencia internacional de noticias IAR publicó hace dos días, el 12 de febrero, un artículo firmado por Manuel Freytas, periodista, investigador y analista, titulado“Por qué una recesión en Estados Unidos se puede convertir en una crisis global.”

No necesita muchos testimonios para argumentarlo.

“En el actual pronóstico sombrío de la economía estadounidense ―escribe― coinciden instituciones claves del actual sistema económico-financiero como la Reserva Federal y el Tesoro de Estados Unidos, el Banco Mundial, el FMI, el G-7 (los siete países más ricos) y los bancos centrales de Europa y Asia, que ven en la confluencia crisis hipotecaria‑derrumbe del dólar‑escalada de los precios del petróleo,detonante central potencial de un proceso recesivo del capitalismo a escala mundial.

“El temor a una recesión en Estados Unidos y su impacto en la economía mundial… han impactado negativamente en la confianza de la élite económica y política del sistema.

“El jefe de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, dijo que su país puede caer en un proceso recesivo y que enfrenta el doble reto de un mercado inmobiliario en caída, y al mismo tiempo la necesidad de cuidar que la inflación no aumente por los altos precios del petróleo y de los alimentos.

“La Organización de las Naciones Unidas advirtió en enero que existe un riesgo elevado de caer en una recesión económica global…”

“Los líderes de las más ricas y poderosas potencias del mundo acaban de advertir sobre una recesión en Estados Unidos con implicancias mundiales en el Foro de Davos, realizado en enero en los Alpes suizos, augurando sombríos pronósticos para este año.

“Los ministros de Finanzas y los bancos centrales de los siete países más ricos del mundo (G-7) estimaron el sábado pasado que sus economías iban a sufrir una desaceleración a corto plazo, según el comunicado final de una reunión en Tokio...”

“Hay dos elementos claves que explican por qué una crisis recesiva en Estados Unidos se proyectaría inmediatamente a toda la economía mundial, tanto en los países centrales como en los ‘emergentes’ y en los ‘periféricos’.

“a) En el actual modelo globalizado de economía mundial, Estados Unidos es el principal comprador y consumidor de productos y recursos energéticos, y representa el 22,5 por ciento de la economía mundial, según los últimos cálculos del Banco Mundial.

“b) La economía mundial capitalista está ‘dolarizada’. El dólar es la moneda patrón de todas las transacciones comerciales y financieras a escala global.

“Estos dos factores centrales explican por qué cualquier oscilación o desequilibrio económico-financiero que tenga a Estados Unidos como protagonista, impacta y se esparce inmediatamente por todo el ‘sistema’.

“Una crisis recesiva en Estados Unidos… impactaría inmediatamente a las bolsas y en los mercados globalizados del dinero… completando el ciclo del derrumbe del actual modelo de economía capitalista a escala global.

“El derrumbe del modelo rompería el equilibrio de la ‘gobernabilidad’ política y desataría una ola de conflictos sociales y sindicales que afectaría por igual tanto a Estados Unidos y a las potencias centrales como a los países ‘emergentes’.”

Ayer 13 de febrero varios artículos de conocidos periodistas norteamericanos apuntaban en la misma dirección, aunque a partir de diferentes puntos de apoyo. Citaré solo dos de los cuales seleccioné párrafos que reflejan la actualidad e importancia de su contenido, a través de conceptos absolutamente accesibles para los niveles educacionales de nuestro pueblo.

Bajo el título “El modelo estadounidense es una idea a la que le ha llegado su hora”, Amy Goodman, presentadora de Democracy Now, noticiero internacional diario difundidopor más de 650 emisoras de radio y televisión en Estados Unidos y el mundo, escribió:

“Edward Kennedy, senador demócrata de Massachussetts, lo convirtió en un asunto personal: ‘¿El submarino sería una forma de tortura si se lo hicieran a usted?’ ‘Sentiría que sí’, respondió Mukasey (Fiscal General). Aunque esquivó preguntas antes y después de la de Kennedy, su respuesta a la pregunta personal sonaba auténtica.

“Nuestro Fiscal General no debería necesitar ser sometido al submarino para saber que es una forma de tortura.

“Suharto gobernó Indonesia durante más de 30 años, tras ser llevado al poder por el país más poderoso del planeta, Estados Unidos.

“Durante todo el régimen de Suharto, las administraciones estadounidenses ―demócratas y republicanas― armaron, entrenaron y financiaron al Ejército indonesio. Además del millón de indonesios asesinados, otras cientos de miles de personas fueron también asesinadas durante la ocupación indonesia de Timor Oriental, un pequeño país 480 kilómetros al norte de Australia. 

“El 12 de noviembre de 1991, mientras cubría una marcha pacífica de timorenses en Dili, la capital de Timor, el Ejército de ocupación de Suharto abrió fuego contra la multitud matando a 270 timorenses.

“Los soldados me patearon con sus botas y me golpearon con las culatas de sus rifles M-16, de fabricación estadounidense. Fracturaron el cráneo a mi compañero Allan Nairn, que por aquel entonces escribía para la revista The New Yorker.

“La organización Transparencia Internacional calculó que la fortuna de Suharto se situaba entre los 15 000 y los 35 000 millones de dólares. El actual embajador en Indonesia, Cameron Hume, alabó esta semana la memoria de Suharto, declarando: ‘El presidente Suharto estuvo al frente de Indonesia durante más de 30 años, un período durante el que Indonesia alcanzó un notable desarrollo económico y social.’

“Sea que se trate del submarino, de lanzar una guerra ilegal, o de retener a cientos de prisioneros sin cargos durante años en la bahía de Guantánamo o en cárceles secretas de la CIA en todo el mundo, eso me hace recordar las palabras de Mahatma Gandhi, uno de los más grandes líderes de la no-violencia en el mundo. ‘¿Qué les importa a los muertos, los huérfanos y los que pierden sus hogares,’ preguntaba, ‘si la destrucción sin sentido se lleva a cabo en el nombre del totalitarismo o en el santo nombre de la libertad o la democracia?’

“Cuando se le preguntó qué pensaba de la civilización occidental, Gandhi respondió: ‘Pienso que sería una buena idea.’”

El mismo día, en CounterPunch, Robert Weissman escribió otro artículo titulado “El vergonzoso estado de la Unión”, traducido para Rebelión por S. Seguí, donde entre otras cosas afirmó:

“Estados Unidos dedica más de 700 000 millones de dólares anuales a gastos militares. Destina 506 900 millones de dólares al Departamento de Defensa, además de 189 400 millones de dólares a operaciones militares en Iraq y Afganistán

“El Congreso ha aprobado cerca de 700 000 millones para las guerras de Afganistán e Iraq. No incluye los costes sociales: pérdidas de vidas, heridos, etcétera. 

“Según algunos métodos de cálculo, más de la mitad del gasto federal discrecional va destinado ya a fines militares.

“La riqueza se está concentrando de manera vertiginosa.

“En 1976, el 1 por ciento más rico de la población recibía el 8,83 por ciento del ingreso nacional; en 2005, este porcentaje era del 21,93 por ciento.

“En la actual economía hiperfinanciera, son los gurús de las finanzas los que se están haciendo realmente ricos, a pesar de las enormes pérdidas que está acumulando Wall Street.

“Ni siquiera los bancos de inversión tradicionales pueden pagar las escandalosas compensaciones que reciben los gestores de fondos de capital privados, algunos de los cuales consiguen más de 1 000 millones de dólares en un solo año. Gracias a una estratagema fiscal, estos individuos pagan unos impuestos sobre sus ingresos que equivalen a menos de la mitad de lo que debe pagar un dentista que ingrese 200 000 dólares al año.

“Las grandes corporaciones se están haciendo con una parte mayor de la riqueza nacional.

“La burbuja inmobiliaria y el colapso de las hipotecas de alto riesgo (subprime) están expulsando a millones de familias de sus hogares.

“El Centro para un Endeudamiento Responsable considera que 2,2 millones de préstamos hipotecarios de alto riesgo concedidos durante los últimos años han terminado ya en quiebra o acabarán en ejecución hipotecaria. Las pérdidas derivadas de la caída de precios de la vivienda pueden alcanzar los 2 millones de millones de dólares.

“La brecha de riqueza entre blancos y negros no tiene visos de cerrarse, y de hecho está ensanchándose.

“Los ciudadanos estadounidenses de origen africano sólo alcanzarán la paridad con sus compatriotas blancos dentro de 594 años, según la asociación United for a Fair Economy. La catástrofe de las hipotecas de alto riesgo se está cebando especialmente en las comunidades minoritarias y está provocando lo que United for a Fair Economy estima como el mayor empobrecimiento de la gente negra en la moderna historia de Estados Unidos.

“Más de uno de cada seis niños vive en la pobreza.

“Más de 45 millones de personas no tienen seguro de enfermedad.

“El déficit comercial estadounidense alcanzó en 2006 la cifra de 763 600 millones de dólares. En algún momento este déficit comercial deberá equilibrarse. A medida que el dólar sigue perdiendo su valor, es de esperar una mayor inflación y más altos tipos de interés a medio plazo. El nivel de vida real, en términos económicos, descenderá.

“La eficiencia energética es hoy día peor que hace dos décadas.

“La infraestructura se está viniendo abajo. La Asociación de Ingenieros Civiles estima que harán falta 1,5 millones de millones de dólares, a lo largo de un período de cinco años, para devolver las infraestructuras del país a un estado aceptable.

“Esta situación es peor ―en algunos casos mucho peor― que a comienzos del gobierno de George W. Bush, pero sus raíces se hunden en la política bipartidista llevada a cabo durante los tres decenios pasados, favorable a la desregulación, la entrega de activos públicos a las empresas privadas (privatización), la globalización corporativa, el carácter hiperfinanciero de la economía, unos gastos militares extravagantemente altos, las reducciones de impuestos a los ricos y los recortes de la red de seguridad social.”

Robert Weissman, autor del artículo, es redactor jefe del Multinational Monitor, de Washington, D.C., y director de Essential Action.

Para no abusar de los lectores, falta sólo la quinta parte.

 
Fidel Castro Ruz
Febrero 14 de 2008
8:12 p.m.
https://www.alainet.org/pt/node/125707

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