Corrientes y contracorrientes de libertad
17/05/2007
- Opinión
Un rasgo de inicios del siglo XXI ha sido la creciente ola de intolerancia expresada por el Vaticano y por el Gobierno de Bush así como por los grupos radicales islámicos. Esto quiere decir que en Occidente, de forma militante, los miembros de la jerarquía de la Iglesia Católica y sus feligreses han estado dispuestos a salir a las calles a defender su punto de vista y lo han hecho de manera recurrente y, en algunos casos, violenta atemorizando a la ciudadanía. Ser católico hoy no quiere decir ser pacifista ni amante de la paz y el amor sino ser radical en la lucha contra el aborto y contra las uniones del mismo sexo. Todo eso se hace en nombre de la vida haciendo eco al llamado franquista de “que viva la muerte”. La igualdad y la dignidad, que ocupa a San Agustín en sus reflexiones y a otros como Santo Tomás, han perdido vigencia ante el oscurantismo erudito de la iglesia contemporánea presidida ahora por Ratzinger (ex Tribunal del Santo Oficio) y antes por Wojzila, sacerdote polaco radical de derechas, anticomunista y muy intolerante. En el no va más de la erudición ahora el Vaticano se distancia de los neoconservadores en que no ha regresado al creacionismo sino que permanece en la defensa del evolucionismo.
¿Qué significa que el Vaticano haya adoptado la decisión de tomar otra vez las calles en defensa de sus ideas? Primero, que en muchos países hay discusiones sobre la naturaleza del Estado sobre si es laico o secular ya que la Iglesia interviene en decisiones de Estado y en política activa. Por ejemplo, en el Perú, en la decisión sobre la ley de igualdad de oportunidades discutida en marzo del 2007 en el congreso de la República, el cardenal pidió ser invitado para opinar en la comisión respectiva y logró que se retractaran de incluir en la ley de igualdad de oportunidades la discriminación por opción sexual, incluida en el texto. En ninguna ley anti discriminatoria peruana existe la incorporación de la discriminación por opción sexual, a pesar de los numerosos intentos de incluirlos desde mediados de la década de los años 80. Es la única discriminación abierta desde el punto de vista jurídico dentro del país, cortesía del conservadurismo nacional y del nefasto papel político de la Iglesia en dicho país.
Resistencias, pese a todo…
En España, un sacerdote jesuita, insospechado de intolerancia por su formación filosófica, fue quien lideró el año 2005 las marchas católicas contra el matrimonio del mismo sexo. Estas marchas con sabor falangista tienen el efecto de suscitar la violencia fóbica y los crímenes de odio, pero, en su visión, es mejor estar muerto que contrariar la voluntad de Dios. Afortunadamente en España la noción de estado laico es fuerte y la presión eclesial fue felizmente resistida. La ley pasó, aunque luego alcaldes del Partido Popular se opusieron a ponerla en práctica.
En Chile, en el 2004, se debatió finalmente la incorporación de la ley de divorcio que estaba prohibida por intervención de la Iglesia y la ley anti sodomía. Cuando se abrió la discusión para su reversión, la Iglesia intervino públicamente en su contra y perdió, afortunadamente para las fuerzas renovadoras.
En México, en las semanas de marzo del 2007, ha habido discusiones primero sobre la ley de parejas del distrito federal y de cinco Estados. Esta ley permite la unión de dos personas con derechos sucesorios en cada lugar pero no brinda igualdad ante la ley federal. No obstante, fue resistida militantemente por la iglesia y sus seguidores. Fue aprobada y puesta en vigencia a mediados de abril cuando se abrió el debate sobre el derecho de las mujeres sobre su cuerpo, lo que fue considerado como la ley del aborto y atacado con campañas mediáticas de alto costo en las calles, y los medios de comunicación masivos. El resultado fue una ley controvertida a nivel de la ciudad de México. Ahora, ambas leyes deberán discutirse en el Congreso federal para su promulgación como leyes federales. La batalla será dura.
Lo que no puede discutirse, sin embargo, es que a pesar de la creciente intolerancia, y la manifestación abiertamente política de la Iglesia Católica, en América Latina, en estos temas, hay un movimiento de liberación en marcha, sin discursos, que gana espacios día a día, con muchachos y chicas asumiendo actitudes más libres de forma cotidiana y con mayores niveles de naturalidad.
Eso no quiere decir que la homofobia interna se haya eliminado ni que los/las jóvenes hayan asumido actitudes libres de manera uniforme. No estamos ante 1968 sino ante cambios paulatinos dentro de un marco social más amplio que se ve angostado por las presiones desde el Vaticano a través de la iglesia católica de cada país.
Para acentuar los problemas hay los efectos de la administración neoconservadora de EE.UU. que restringió algunos derechos civiles adquiridos por la comunidad TLGB desde Stonewall El reciente despido de Lord Browne, Presidente de British Petroleum en Londres por mantener oculta una relación con su novio recordó la manera como Ted Heath debió dejar el cargo de Primer Ministro británico en 1974 cuando se le encontró en su velero en una tormenta, en la compañía de un agraciado joven. La liberal Inglaterra tiene sus normas políticas bien puestas y hay cosas que tampoco admite. Al otro lado, los alcaldes de París y Berlín viven con sus compañeros o se han Pacseado (PACS es el contrato matrimonial entre dos personas del mismo sexo en Francia). Las noticias de negocios dicen que el Presidente de British Petroleum fue echado porque mintió ante la corte por su relación con un compañero. Otros decimos que si hubiera dicho que tenía un compañero, no le hubieran dado el cargo. Tampoco en la liberal Inglaterra. La marcha atrás no sólo es en los países católicos ni en Estados Unidos, sino que es un viento en general.
La lucha legal
La lucha por avanzar está allí, abierta. Ante estas evidencias, las actitudes naturales de libertad deben consolidarse y se debe buscar cambios legales en todos aquellos países donde las izquierdas laicas tienen mayoría gubernamental. Venezuela, Brasil, Chile, Nicaragua, Cuba y Argentina son algunos donde el cambio de leyes nacionales se ve más fácil si los/las interesados se mueven. Paradójicamente donde hay movimiento fuerte por el cambio de leyes nacionales es allí donde gobiernan partidos conservadores, como Colombia y México. En Colombia el debate sobre una ley de matrimonios está en curso y en México está próximo a abrirse. En el Perú, Paraguay, Bolivia y Uruguay no es tema de agenda. La comunidad está aún abrumada por el retroceso y no muestra impulso para rechazar la intervención religiosa que es asombrosamente fuerte a pesar de la liberalidad social.
Quizás sea momento de hacer, como hizo el movimiento Act Up en la década del 80 en Estados Unidos, y sacar del closet a los/las conservadores gays y lesbianas, bi y trans que son personas públicas. Sería una reivindicación para todos aquellos que estamos tratando de cambiar el mundo por uno de igualdad y que nos vemos torpedeados por nuestros propios hermanos y hermanas que, en el nombre de la homofobia interna, se ocultan y nos traban, escudados por partidos políticos conservadores y la Iglesia Católica.
Sacar del closet no es difamar, como lo hacen los heterosexuales, sino señalar con pruebas. No se trata de victimizar a nadie sino de enrostrarle a la sociedad la hipocresía de los sectores más conservadores, desde presidentes de bancos centrales hasta senadores social cristianos que no ayudan en la causa sino la traban. “Dios perdona el pecado pero no el escándalo”. El escándalo es hablar, es mostrarse. Hay que hacer escándalo para abrir la sociedad y liberar las presiones de la discriminación, si esa es la definición. No existe persona TLGB sin presencia pública. Ese es el closet. El escándalo real es la falta de autenticidad, de naturalidad, la vergüenza de uno mismo, la falta de dignidad.
Otro mundo es posible donde la indiferencia rija ante la forma como las personas se unen sentimental y sexualmente Terminaré, parafraseando un viejo lema recordado por un joven amigo epistolar, “Hasta la victoria siempre”.
- Oscar Ugarteche, economista peruano y presidente de ALAI, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México, e integra la Red Latinoamericana de Deuda, Desarrollo y Derechos (Latindadd).
¿Qué significa que el Vaticano haya adoptado la decisión de tomar otra vez las calles en defensa de sus ideas? Primero, que en muchos países hay discusiones sobre la naturaleza del Estado sobre si es laico o secular ya que la Iglesia interviene en decisiones de Estado y en política activa. Por ejemplo, en el Perú, en la decisión sobre la ley de igualdad de oportunidades discutida en marzo del 2007 en el congreso de la República, el cardenal pidió ser invitado para opinar en la comisión respectiva y logró que se retractaran de incluir en la ley de igualdad de oportunidades la discriminación por opción sexual, incluida en el texto. En ninguna ley anti discriminatoria peruana existe la incorporación de la discriminación por opción sexual, a pesar de los numerosos intentos de incluirlos desde mediados de la década de los años 80. Es la única discriminación abierta desde el punto de vista jurídico dentro del país, cortesía del conservadurismo nacional y del nefasto papel político de la Iglesia en dicho país.
Resistencias, pese a todo…
En España, un sacerdote jesuita, insospechado de intolerancia por su formación filosófica, fue quien lideró el año 2005 las marchas católicas contra el matrimonio del mismo sexo. Estas marchas con sabor falangista tienen el efecto de suscitar la violencia fóbica y los crímenes de odio, pero, en su visión, es mejor estar muerto que contrariar la voluntad de Dios. Afortunadamente en España la noción de estado laico es fuerte y la presión eclesial fue felizmente resistida. La ley pasó, aunque luego alcaldes del Partido Popular se opusieron a ponerla en práctica.
En Chile, en el 2004, se debatió finalmente la incorporación de la ley de divorcio que estaba prohibida por intervención de la Iglesia y la ley anti sodomía. Cuando se abrió la discusión para su reversión, la Iglesia intervino públicamente en su contra y perdió, afortunadamente para las fuerzas renovadoras.
En México, en las semanas de marzo del 2007, ha habido discusiones primero sobre la ley de parejas del distrito federal y de cinco Estados. Esta ley permite la unión de dos personas con derechos sucesorios en cada lugar pero no brinda igualdad ante la ley federal. No obstante, fue resistida militantemente por la iglesia y sus seguidores. Fue aprobada y puesta en vigencia a mediados de abril cuando se abrió el debate sobre el derecho de las mujeres sobre su cuerpo, lo que fue considerado como la ley del aborto y atacado con campañas mediáticas de alto costo en las calles, y los medios de comunicación masivos. El resultado fue una ley controvertida a nivel de la ciudad de México. Ahora, ambas leyes deberán discutirse en el Congreso federal para su promulgación como leyes federales. La batalla será dura.
Lo que no puede discutirse, sin embargo, es que a pesar de la creciente intolerancia, y la manifestación abiertamente política de la Iglesia Católica, en América Latina, en estos temas, hay un movimiento de liberación en marcha, sin discursos, que gana espacios día a día, con muchachos y chicas asumiendo actitudes más libres de forma cotidiana y con mayores niveles de naturalidad.
Eso no quiere decir que la homofobia interna se haya eliminado ni que los/las jóvenes hayan asumido actitudes libres de manera uniforme. No estamos ante 1968 sino ante cambios paulatinos dentro de un marco social más amplio que se ve angostado por las presiones desde el Vaticano a través de la iglesia católica de cada país.
Para acentuar los problemas hay los efectos de la administración neoconservadora de EE.UU. que restringió algunos derechos civiles adquiridos por la comunidad TLGB desde Stonewall El reciente despido de Lord Browne, Presidente de British Petroleum en Londres por mantener oculta una relación con su novio recordó la manera como Ted Heath debió dejar el cargo de Primer Ministro británico en 1974 cuando se le encontró en su velero en una tormenta, en la compañía de un agraciado joven. La liberal Inglaterra tiene sus normas políticas bien puestas y hay cosas que tampoco admite. Al otro lado, los alcaldes de París y Berlín viven con sus compañeros o se han Pacseado (PACS es el contrato matrimonial entre dos personas del mismo sexo en Francia). Las noticias de negocios dicen que el Presidente de British Petroleum fue echado porque mintió ante la corte por su relación con un compañero. Otros decimos que si hubiera dicho que tenía un compañero, no le hubieran dado el cargo. Tampoco en la liberal Inglaterra. La marcha atrás no sólo es en los países católicos ni en Estados Unidos, sino que es un viento en general.
La lucha legal
La lucha por avanzar está allí, abierta. Ante estas evidencias, las actitudes naturales de libertad deben consolidarse y se debe buscar cambios legales en todos aquellos países donde las izquierdas laicas tienen mayoría gubernamental. Venezuela, Brasil, Chile, Nicaragua, Cuba y Argentina son algunos donde el cambio de leyes nacionales se ve más fácil si los/las interesados se mueven. Paradójicamente donde hay movimiento fuerte por el cambio de leyes nacionales es allí donde gobiernan partidos conservadores, como Colombia y México. En Colombia el debate sobre una ley de matrimonios está en curso y en México está próximo a abrirse. En el Perú, Paraguay, Bolivia y Uruguay no es tema de agenda. La comunidad está aún abrumada por el retroceso y no muestra impulso para rechazar la intervención religiosa que es asombrosamente fuerte a pesar de la liberalidad social.
Quizás sea momento de hacer, como hizo el movimiento Act Up en la década del 80 en Estados Unidos, y sacar del closet a los/las conservadores gays y lesbianas, bi y trans que son personas públicas. Sería una reivindicación para todos aquellos que estamos tratando de cambiar el mundo por uno de igualdad y que nos vemos torpedeados por nuestros propios hermanos y hermanas que, en el nombre de la homofobia interna, se ocultan y nos traban, escudados por partidos políticos conservadores y la Iglesia Católica.
Sacar del closet no es difamar, como lo hacen los heterosexuales, sino señalar con pruebas. No se trata de victimizar a nadie sino de enrostrarle a la sociedad la hipocresía de los sectores más conservadores, desde presidentes de bancos centrales hasta senadores social cristianos que no ayudan en la causa sino la traban. “Dios perdona el pecado pero no el escándalo”. El escándalo es hablar, es mostrarse. Hay que hacer escándalo para abrir la sociedad y liberar las presiones de la discriminación, si esa es la definición. No existe persona TLGB sin presencia pública. Ese es el closet. El escándalo real es la falta de autenticidad, de naturalidad, la vergüenza de uno mismo, la falta de dignidad.
Otro mundo es posible donde la indiferencia rija ante la forma como las personas se unen sentimental y sexualmente Terminaré, parafraseando un viejo lema recordado por un joven amigo epistolar, “Hasta la victoria siempre”.
- Oscar Ugarteche, economista peruano y presidente de ALAI, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México, e integra la Red Latinoamericana de Deuda, Desarrollo y Derechos (Latindadd).
https://www.alainet.org/pt/node/126271?language=en
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