Los tiempos de la negociación
25/03/2008
- Opinión
La negociación de los conflictos internos armados tiene peculiaridades en cada caso que es bastante difícil establecer regularidades, a pesar de la pretensión que siempre existe en el mundo académico de prever ciertos comportamientos en esa dirección, que algunos llegan a darle casi carácter de ‘ley’. En esa perspectiva se habla de la necesidad de precisar el momento en que un conflicto esté maduro para su negociación, aunque casi nadie se atreve con seriedad a dar las características de dicha madurez.
Por el contrario se habla de condiciones que resultan más o menos contradictorias: para unos, hay que debilitar al adversario para que la negociación sea rápida y en las condiciones que imponga la parte más fuerte (parecida a la tesis de que hay que derrotar primero al ‘enemigo’ para luego sí negociar); otros por el contrario, dicen que un conflicto sólo se puede negociar cuando las partes del mismo se auto convencen de la imposibilidad de la derrota militar del adversario (se supondría que si una de las partes o las dos, creen que van a poder vencer militarmente, harán todo el esfuerzo en esa dirección), es decir que no podrán obtener sus objetivos por medios militares; unos más, hablan de la necesidad de que exista ‘voluntad política’ entre las partes para lograr viabilizar una negociación. Finalmente, algunos se atreven a pronosticar cuál sería el modelo de negociación para los tiempos actuales.
Lo anterior lleva igualmente a reflexionar acerca de cuáles son los tiempos ideales de una negociación y es así como para muchos el tiempo ideal de la negociación para el M-19 hubiera sido en el gobierno del Presidente Belisario Betancur con un M-19 aprestigiado y no la organización que posteriormente va a cargar con el peso político de la toma del Palacio de Justicia; en el mismo sentido, se dice que el tiempo ideal para la negociación de las FARC hubiera sido con el gobierno de Andrés Pastrana en la zona de despeje del Caguan y con un contexto político nacional e internacional favorable. Pero todo indica que no existen los ‘tiempos ideales’ para una negociación, sino que es la confluencia de varias circunstancias las que hacen viable una solución negociada.
Por ello decimos que habría que volver a hacer una apuesta en ese sentido en los actuales momentos. Hay condiciones favorables, un entorno internacional cada vez más sensible a contribuir en la búsqueda de la paz para Colombia, un gobierno colombiano fortalecido y en esa medida puede liderar el proceso con claridad de objetivos y con generosidad política, una guerrilla que cada vez más debe convencerse de la imposibilidad del triunfo militar.
El ELN y el Gobierno deberían retomar a la mayor brevedad las conversaciones para precisar y definir el ‘acuerdo base’ y a partir de allí fortalecer este proceso de negociación, que estamos seguros puede ayudar a consolidar un clima positivo con el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela; en cuanto hace a las posibilidades de negociación con las FARC, igualmente habría que mirarla con realismo y reconociendo que podría darse a partir del ‘acuerdo humanitario’, en lo cual cada vez más hay un interés activo de la comunidad internacional y entendiendo que si bien una cosa es el ‘acuerdo humanitario’ y otra un proceso de negociación para terminar el conflicto armado, sin embargo las FARC siempre los ha considerado relacionados y en ese sentido es interesante que el embajador de USA William Brownfield haya dicho "estamos llegando a un punto en el que se tendrá que decidir si se le da una nueva oportunidad a esto", e igualmente ha señalado que dada la posibilidad algunos países de la región incluido EE.UU., deberán decidir el rol que piensan jugar y añadiríamos nosotros, que puedan jugar.
Alejo Vargas Velásquez
Profesor Universidad Nacional
Por el contrario se habla de condiciones que resultan más o menos contradictorias: para unos, hay que debilitar al adversario para que la negociación sea rápida y en las condiciones que imponga la parte más fuerte (parecida a la tesis de que hay que derrotar primero al ‘enemigo’ para luego sí negociar); otros por el contrario, dicen que un conflicto sólo se puede negociar cuando las partes del mismo se auto convencen de la imposibilidad de la derrota militar del adversario (se supondría que si una de las partes o las dos, creen que van a poder vencer militarmente, harán todo el esfuerzo en esa dirección), es decir que no podrán obtener sus objetivos por medios militares; unos más, hablan de la necesidad de que exista ‘voluntad política’ entre las partes para lograr viabilizar una negociación. Finalmente, algunos se atreven a pronosticar cuál sería el modelo de negociación para los tiempos actuales.
Lo anterior lleva igualmente a reflexionar acerca de cuáles son los tiempos ideales de una negociación y es así como para muchos el tiempo ideal de la negociación para el M-19 hubiera sido en el gobierno del Presidente Belisario Betancur con un M-19 aprestigiado y no la organización que posteriormente va a cargar con el peso político de la toma del Palacio de Justicia; en el mismo sentido, se dice que el tiempo ideal para la negociación de las FARC hubiera sido con el gobierno de Andrés Pastrana en la zona de despeje del Caguan y con un contexto político nacional e internacional favorable. Pero todo indica que no existen los ‘tiempos ideales’ para una negociación, sino que es la confluencia de varias circunstancias las que hacen viable una solución negociada.
Por ello decimos que habría que volver a hacer una apuesta en ese sentido en los actuales momentos. Hay condiciones favorables, un entorno internacional cada vez más sensible a contribuir en la búsqueda de la paz para Colombia, un gobierno colombiano fortalecido y en esa medida puede liderar el proceso con claridad de objetivos y con generosidad política, una guerrilla que cada vez más debe convencerse de la imposibilidad del triunfo militar.
El ELN y el Gobierno deberían retomar a la mayor brevedad las conversaciones para precisar y definir el ‘acuerdo base’ y a partir de allí fortalecer este proceso de negociación, que estamos seguros puede ayudar a consolidar un clima positivo con el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela; en cuanto hace a las posibilidades de negociación con las FARC, igualmente habría que mirarla con realismo y reconociendo que podría darse a partir del ‘acuerdo humanitario’, en lo cual cada vez más hay un interés activo de la comunidad internacional y entendiendo que si bien una cosa es el ‘acuerdo humanitario’ y otra un proceso de negociación para terminar el conflicto armado, sin embargo las FARC siempre los ha considerado relacionados y en ese sentido es interesante que el embajador de USA William Brownfield haya dicho "estamos llegando a un punto en el que se tendrá que decidir si se le da una nueva oportunidad a esto", e igualmente ha señalado que dada la posibilidad algunos países de la región incluido EE.UU., deberán decidir el rol que piensan jugar y añadiríamos nosotros, que puedan jugar.
Alejo Vargas Velásquez
Profesor Universidad Nacional
https://www.alainet.org/pt/node/126502?language=es
Del mismo autor
- ¿Es posible una nueva guerra fría? 26/10/2021
- Tensión en el mar de China 20/09/2021
- ¿Arrancó en serio la campaña presidencial? 19/07/2021
- Profundizar la democracia 05/07/2021
- ¿Es posible un gobierno de unidad nacional? 22/06/2021
- Las potencias globales buscan su reacomodo 31/05/2021
- Los jóvenes, protagonistas centrales de la protesta 24/05/2021
- Constitución de 1991 y cierre del conflicto armado 26/04/2021
- Pendiente: superar el conflicto con el ELN 12/04/2021
- Incertidumbres asociadas a elecciones 2022 29/03/2021
Guerra y Paz
- Prabir Purkayastha 08/04/2022
- Prabir Purkayastha 08/04/2022
- Adolfo Pérez Esquivel 06/04/2022
- Adolfo Pérez Esquivel 05/04/2022
- Vijay Prashad 04/04/2022