Mercenarismo, una de las variantes del terrorismo

31/03/2010
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Puede decirse que el mercenarismo es una de las variantes de la actividad terrorista.
 
Los mercenarios son individuos que se ponen al servicio de aquel que más  pague. Se les menciona como asesinos a sueldo, criminales apátridas, sicarios, esbirros y otras denominaciones.
 
Su única bandera es el provecho económico que reciban, independientemente de si eso implica traicionar a su patria, asesinar a un amigo, torturar una persona o cualquier otro acto que el sentimiento humano y el sentir patriótico pueda rechazar.
 
Generalmente, el mercenario no actúa como un ser humano ni siente amor por la patria, tampoco observa los principios éticos que forman parte de la actuación de un soldado regular. El soldado regular desprecia al mercenario por ser un asesino sin causa, aunque esté en su propio bando.
 
La actividad de los mercenarios ha sido analizada e incluida dentro de la legislación relacionada con el Derecho Internacional Humanitario, compuesto principalmente por los Convenios de Ginebra de 1949, los Protocolos Adicionales de 1977 y los Convenios de La Haya de 1899 y 1907.      
 
Estos instrumentos jurídicos internacionales se han conformado con el propósito de garantizar la asistencia y protección a las víctimas de los conflictos armados y tienen total vigencia en nuestros días.
 
Se considera que la utilización de mercenarios, contratados por las empresas privadas de seguridad, es un medio que viola el Derecho Internacional y los Derechos Humanos, pues esto obstaculiza el ejercicio de la libre determinación de los pueblos. En todos los casos debe castigarse la inmunidad con que actúan, pues de no hacerse, esto se convertiría en impunidad.
 
Consecuentemente con lo planteado, en 1970 la Asamblea General de Naciones Unidas emitió una declaración donde se plantea que los estados tienen el deber de prevenir la organización de grupos armados cuyo objetivo fuera intervenir en estados extranjeros. En función de esta declaración, a partir de aquel momento, la comunidad internacional dejó establecido que los mercenarios son actores fuera de la ley, por lo que no cuentan con respaldo jurídico para las acciones que realizan.
 
Este aspecto de la declaración lo viola diariamente el gobierno de Estados Unidos, pues permite que en su territorio se organicen y preparen militarmente grupos de mercenarios destinados a intervenir, realizar acciones terroristas y asesinatos en otros países, principalmente en Cuba, Bolivia, Nicaragua y Venezuela.
 
El Protocolo número uno de 1977, en su artículo 47 establece en detalle el tratamiento que internacionalmente se le debe dar a este asunto. Entre otros aspectos menciona:
 
 1. Los mercenarios no tendrán derecho al estatuto de combatiente o de prisionero de guerra.
 
2. Se entiende por mercenario toda persona que:
 
A) Haya sido especialmente reclutada, localmente o en el extranjero, a fin de combatir en un conflicto armado.
 
B) Tome parte directa en las hostilidades, animado esencialmente por el deseo de obtener un provecho personal de carácter monetario.
 
En el propio año 1977, la Organización para la Unidad Africana aprobó un Convenio sobre el Mercenarismo en África, que comprende principios similares a los establecidos el Protocolo número uno.
 
Cuando se habla de mercenario, la primera imagen que nos viene a la mente es la de aquellos que se auto titularon “Soldados de Fortuna”. Esta especie de animal irracional originalmente surgió en un número limitado de países capitalistas, principalmente Estados Unidos. Los mismos fueron utilizados en guerras fratricidas que el imperialismo estadounidense llevó a cabo contra pueblos como el Congo, Angola, Yugoeslavia, Vietnam y otros.
 
El “Soldado de Fortuna” regularmente era un mercenario que perteneció a las fuerzas armadas, o a los servicios especiales estadounidenses, principalmente la Agencia Central de Inteligencia (CIA).    En ellos aprendió a matar y torturar, en lo cual se especializó. Al ser desmovilizado, no escogió otra forma de vida que continuar matando y torturando, en este caso bajo las órdenes del mejor postor.
 
La versión moderna del “Soldado de Fortuna” es el “Especialista en Seguridad”.
 
Este nuevo engendro cumple con todas las funciones del anterior, por lo regular también procede las fuerzas armadas o de alguna agencia de inteligencia estadounidense, pero se presenta con un nombre distinto para tratar de buscar la aceptación popular e internacional. De estos, la firma norteamericana “Blackwater” tiene en Irak más de cincuenta mil y en Afganistán cerca de cuarenta mil.
 
En estos dos casos, el “Especialista en Seguridad” ocupa los espacios que van dejando las fuerzas armadas estadounidenses en su mal llamada “evacuación pacífica”, que no es evacuación pues los empleados de “Blackwater” cubren los espacios vacios, ni es pacífica pues estos últimos continúan masacrando al pueblo de Irak y Afganistán.
 
Los escándalos originados por el personal de “Blackwater” han sido de tal magnitud que la firma recientemente decidió cambiar su nombre por el de “Xe Services”, como si un cambio de nombre pudiera engañar a todos los que sufren sus satánicos métodos.
 
Los mercenarios de “Xe Services” son utilizados por la CIA en la guerra que Estados Unidos lleva a cabo contra el pueblo de Pakistán. Esta empresa y su personal es la encargada, utilizando los aviones teledirigidos “Pedrator”, de lanzar “rockets” en Pakistán contra cualquier grupo de personas que consideren sospechoso, razón por la cual han asesinado en los últimos meses decenas de personas inocentes, incluyendo mujeres y niños.
 
Otros individuos, utilizando las ventajas que proporciona la llamada “libre empresa”, han organizado “empresas de seguridad” que actuaron en distintos conflictos desarrollados en varios continentes. Entre estas se encuentran:
 
Executive Autcome, actuó en Angola y Sierra Leona.
Sandline Corporation, actuó en Papúa Nueva Guinea.     
Gurkha Security Guards Ltd., actuó en Sierra Leona.
 
Puede decirse que existen dos tipos de mercenarios.  
 
El que habiendo nacido en un país es contratado por otro para reprimir a la población y actuar junto con sus fuerzas armadas. En estas operaciones se enfrentan, asesinan y torturan a revolucionarios que luchan por la independencia del país que los contrató.
 
El mercenario también es utilizado por el país que le paga para realizar actos terroristas y sabotajes contra otros países que consideran enemigos. En resumen, cumple las órdenes del que paga.
 
Para dar un ejemplo de este tipo de mercenario, podemos citar a los que siendo de otras nacionalidades viajaron a Cuba con el pretexto del turismo para situar bombas en hoteles, restaurantes y centros nocturnos.
 
La otra clase de mercenario es el que financiado por un país que no es el de su nacimiento, lucha contra las fuerzas que defienden la patria donde nació y muchas veces reside.
 
El mercenario al servicio de una potencia extranjera, realiza actividades para crear desordenes, malestar, sabotajes a la producción y los bienes colectivos, e inclusive llega a veces a estar involucrado en acciones armadas y asesinatos.     Este tipo de individuo también cumple las órdenes del país que le paga y es comúnmente conocido como “vende patria”.
 
Desgraciadamente, en Cuba hemos tenido varios ejemplos de este último tipo de mercenario.
 
La Brigada 2506, que invadió nuestra patria con el propósito de derrocar la Revolución, es uno de esos ejemplos. Podemos agregar como patrón de este tipo de mercenario,   aquellos bandidos que durante algunos meses operaron en las montañas de Cuba, sembrando la muerte mediante horrendos asesinatos.
 
Son también mercenarios, los que reciben una cantidad de dinero procedente de distintas agencias de Estados Unidos y sobre esa base realizan actividades contrarias a la Revolución Cubana y alteran el orden con el fin de “llamar la atención en relación con un grupo o su filosofía”. Estos grupos tratan de aparecer como agredidos, cuando en realidad son transgresores de las leyes y el orden establecido en el país.
 
En la historia de las Operaciones Especiales de la CIA, vinculada principalmente a lo que en el antiguo Campo Socialista se llamó “revoluciones de colores”, se puso en práctica orientar a los asalariados de la agencia de espionaje el vestirse con prendas de determinado color. 
 
En especial, el vestirse de blanco se utilizó por los seguidores de Walesa en Polonia. En Panamá con las llamadas organizaciones civilistas y ahora en Cuba con las denominadas damas de blanco.
 
Como señalamos anteriormente, un mercenario es el que cumple las órdenes del país que le paga. No en todos los casos tiene un arma en sus manos, pudiera hasta aparecer como alguien pacífico que dice estar luchando por sus derechos, pero la realidad es que actúa según el método y en la forma que le orientan sus amos. 
 
La historia recoge como el mercenarismo ha sido utilizado por la CIA en la realización de sus operaciones, entre ellas, la actividad terrorista.
 
 Si nos referimos al criterio de la agencia de espionaje estadounidense sobre este mismo asunto, no podemos menos que ratificar lo que expresamos.
 
De acuerdo con lo publicado por el ex oficial de la Agencia Central de Inteligencia, Arthur S. Hulnick, en su libro “Arreglando la maquinaria de Espionaje” (Fixing the Spy Machine), terrorismo es el uso de la violencia para crear temor y pánico; para llamar la atención en relación con un grupo o su filosofía; para golpear víctimas, o para ejercer venganza contra un enemigo.    Esta definición, fue analizada y aprobada por la Junta de Revisión de Publicaciones de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos.
 
No existe otra calificación que la de mercenario para aquellos terroristas que con el beneplácito y el apoyo intelectual y material de las agencias de espionaje de Estados Unidos han cometido actos contra Cuba, sus ciudadanos y sus leyes, que están incluidos en los objetivos mencionados en dicho libro.
 
Podemos dar como ejemplo de esto el asesinato colectivo y criminal sabotaje llevado a cabo en octubre de 1976 contra un avión de Cubana de Aviación donde murieron 73 personas. Los mercenarios responsables y ejecutores de la acción, Orlando Bosh Ávila, Luis Posada Carriles, Freddy Lugo y Hernán Ricardo, en todo momento contaron con la protección de la CIA en relación con este hecho.
 
Los que se han visto involucrados en acciones organizadas con el propósito de asesinar a cubanos revolucionarios y sus dirigentes, principalmente al Comandante en Jefe, Fidel Castro y al presidente Raul Castro. Los que han perpetuado sabotajes contra los intereses de nuestra nación. Los que han organizado y participado en la colocación de artefactos explosivos en instalaciones cubanas. Los que siguiendo órdenes de los enemigos de la Revolución tratan de confundir a nuestro pueblo y obstaculizar la marcha de nuestras relaciones internacionales, se incluyen sin duda dentro del concepto de mercenarios.
 
Pudiéramos hacer un recuento pormenorizado de todas esas acciones que las distintas administraciones estadounidenses han organizado y financiado en estos más de cincuenta años de Revolución, incluyendo la administración Obama, sin embargo, considero no es este el momento de hacerlo. El momento será cuando todos esos mercenarios, que a la vez han actuado como terroristas y los que han confeccionado y aprobado los planes de operaciones especiales contra Cuba, tengan que comparecer ante un tribunal internacional para responder de toda la sangre que mancha sus manos.
 
Mientras ese momento llega, la Revolución sigue adelante y los revolucionarios, en cualquier situación y circunstancia, seguiremos enfrentándonos al mercenarismo y al terrorismo.
 
https://www.alainet.org/pt/node/140394
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